Su punto de partida
Es su ontología y su antropología. Como todos los seres tienden a la perfección de su esencia (entelequia), y la esencia del ser humano se caracteriza por ser racional, la finalidad de la conducta humana, debe ser, alcanzar la perfección racional.
La ética de Aristóteles
Se le llama eudemonista porque considera que el objetivo de la ética debe ser lograr la felicidad de la persona. La felicidad es el fin supremo del hombre. Aristóteles va a indicar las pautas necesarias para alcanzar la felicidad, objetivo de la ética.
Los requisitos previos básicos
Son la salud, la amistad, poseer una riqueza suficiente y poseer esclavos. Posteriormente, hay que trabajar la virtud para alcanzar la felicidad.
Las virtudes éticas
Provienen del trabajo de la parte animal del alma del ser humano. Se trata de saber elegir el justo medio entre dos vicios para poder alcanzar la virtud.
Las virtudes dianoéticas
A estas Aristóteles las llama virtudes dianoéticas, entre las que se encuentran la sabiduría, la prudencia, la técnica, la ciencia y la intuición.
La felicidad común
La sociedad debe tender a su perfección y crear una organización política que cada vez procure una mayor felicidad para las personas y el ser humano, como es un animal político, debe procurar perfeccionar esta faceta social que le caracteriza.
El origen del Estado
Aristóteles mantiene una teoría naturalista sobre el origen de la sociedad. El ser humano es un animal político, y la unidad social de organización más simple es la familia. Sin embargo, como las familias no se bastan así mismas, se necesita de la ciudad. El Estado garantiza los ‘bienes exteriores’ que necesita la sociedad, como la posesión de un territorio, la seguridad militar, el equilibrio económico, etc.