La Filosofía de Immanuel Kant: Un Análisis de la Razón, la Moral y la Metafísica

La Filosofía de Immanuel Kant

Introducción

Immanuel Kant pertenece a la Ilustración alemana, movimiento que busca liberar a los seres humanos por medio de la razón. Kant considera que la Ilustración abre una nueva época en la historia de la humanidad, donde se puede salir de la «minoría de edad» para pensar por sí mismo y alcanzar la «mayoría de edad».

¿Qué es la Ilustración?

En su obra «¿Qué es la Ilustración?», Kant argumenta que la humanidad puede liberarse de la tutela de otros y pensar por sí misma. El lema de la Ilustración es «atrévete a saber, atrévete a usar la razón para ser libre». La minoría de edad se debe a la pereza y la cobardía, que llevan a las personas a delegar su pensamiento en otros, como libros, médicos o párrocos.

Para alcanzar la mayoría de edad, se necesita libertad, especialmente en el uso público de la razón. Kant elogia a Federico de Prusia por promover la Ilustración en Alemania, aunque critica su frase «Razonad y pensad sobre lo que queráis, pero obedeced». A pesar de esto, Kant reconoce que Federico ha plantado el «árbol de la libertad», que transformará la realidad.

El criticismo kantiano

Kant se forma en el racionalismo de Leibniz, pero critica su dogmatismo, que cree que la razón puede deducir todo sin la experiencia. También critica el empirismo de Hume, que cae en el escepticismo al negar la capacidad de la razón para conocer la realidad. Kant se propone unir lo mejor del racionalismo y el empirismo en una razón crítica (criticismo).

Las tres preguntas fundamentales de la filosofía

Para Kant, la filosofía debe responder a tres preguntas que se resumen en: ¿Qué es el hombre?

  • ¿Qué puedo conocer? (Epistemología o teoría del conocimiento)
  • ¿Qué debo hacer? (Moral o ética)
  • ¿Qué me cabe esperar? (Metafísica o filosofía de la historia y la religión)

El problema del conocimiento: ¿Qué puedo conocer?

La ciencia como modelo de conocimiento

Kant parte del hecho de que la ciencia (natural, matemática y física) ha alcanzado un progreso sólido, mientras que en la filosofía reina el desacuerdo entre racionalismo y empirismo. En su obra «Crítica de la razón pura», Kant se propone estudiar cómo son posibles los juicios de la ciencia.

Tipos de juicios

Kant clasifica los juicios según si el predicado está contenido en el sujeto o no:

  1. Analíticos: el predicado está contenido en el sujeto (ej. «El todo es mayor que la parte»). Aclaran el concepto.
  2. Sintéticos: el predicado no está contenido en el sujeto (ej. «Ese árbol es un nogal»). Amplían el conocimiento.

Según su origen, los juicios pueden ser a priori (independientes de la experiencia) o a posteriori (basados en la experiencia). Todos los juicios analíticos son a priori, pero los sintéticos suelen ser a posteriori. Sin embargo, existen juicios sintéticos a priori, que Kant se propone explicar.

El giro copernicano

Para explicar los juicios sintéticos a priori, Kant realiza un «giro copernicano» y se centra en el sujeto del conocimiento en lugar del objeto. Para Kant, existen condiciones trascendentales de la razón que posibilitan la realización de los juicios. Para ello, analiza las tres facultades del ser humano:

1. Sensibilidad

Es la capacidad de tener experiencia por medio de los sentidos. Tiene dos condiciones a priori llamadas intuiciones puras: el espacio, como condición de posibilidad de la experiencia externa, y el tiempo, como condición de posibilidad de la experiencia interna. Estas intuiciones no están en las cosas, sino en nuestra manera de percibirlas.

A través de la sensibilidad conocemos fenómenos, es decir, las cosas tal como se nos aparecen. Kant llama cosa en sí o noúmeno a lo que las cosas son en sí mismas, independientemente de ser conocidas por nosotros.

Los juicios sintéticos a priori en matemáticas son posibles porque la matemática trata del espacio (geometría) y del tiempo (aritmética), que son intuiciones a priori.

2. Entendimiento

Es la capacidad de pensar la experiencia por medio de conceptos que unifican las experiencias para hacer juicios. Las condiciones trascendentales del entendimiento hacen posible comprender lo percibido. Kant distingue dos tipos de conceptos:

  • Empíricos: obtenidos por la experiencia y la abstracción. Permiten hacer juicios sintéticos a posteriori.
  • Puros del entendimiento (categorías): producidos espontáneamente por el entendimiento. Son las más importantes y Kant las deduce de la forma lógica de los juicios. Ejemplos: causalidad, sustancia, unidad.
3. Razón

Es la capacidad de unir los juicios del entendimiento deductivamente, formando un sistema. La razón busca lo incondicionado a partir de lo condicionado. Utiliza ideas, que son totalidades que organizan nuestro conocimiento, como Dios, alma y mundo como totalidad. Estas ideas pertenecen al ámbito nouménico.

Kant distingue dos usos de las ideas:

  • Uso regulativo: las ideas funcionan como ideales de la razón y buscan un conocimiento cada vez más amplio. Aquí las ideas tienen valor dentro del conocimiento.
  • Uso constitutivo: se toman las ideas como si fueran cosas en sí mismas. Aquí la razón cae en contradicciones (antinomias) y falsos razonamientos.

Límites del conocimiento

Las categorías no provienen de la experiencia, por lo que su límite es la experiencia. Hay dos usos de las categorías:

  • Uso legítimo: cuando se aplican a los fenómenos y se obtiene conocimiento.
  • Uso ilegítimo: cuando se aplican más allá de la experiencia.

Kant afirma: «Todo conocimiento comienza con la experiencia, pero no todo conocimiento proviene de la experiencia. Sin experiencia, nada se nos sería dado, y sin categorías, nada sería pensado. La experiencia sin categorías es ciega, las categorías sin experiencia son vacías.»

La unión entre las categorías y las intuiciones sensibles hace posibles los juicios sintéticos a priori.

La razón puede caer en contradicciones (antinomias) cuando intenta conocer el noúmeno. Por ejemplo, se puede demostrar que el mundo tiene un origen en el tiempo y que no lo tiene, que Dios existe y que no existe, que hay libertad y que no hay libertad.

La filosofía como aprendizaje

Si la filosofía ha intentado decir algo acerca del mundo, del alma y de Dios, la filosofía no puede ser ciencia. Sin embargo, no es un saber despreciable, porque está en la propia naturaleza de la razón superar los límites que ella misma establece.

Según Kant, todos los hombres sienten el impulso metafísico, es decir, la tendencia a superar los límites de la razón para buscar respuestas a las preguntas fundamentales. En ese proceso, el conocimiento se amplía. Por tanto, solo se puede aprender a filosofar, a tener problemas filosóficos e intentar resolverlos.

El problema de la moral: ¿Qué debo hacer?

La ética formal kantiana

Para Kant, hay dos cosas que llenan su espíritu de profundo respeto y admiración: el cielo estrellado sobre su cabeza y la ley moral en su interior. Kant critica las morales anteriores a él por ser materiales, es decir, por basarse en un bien supremo empírico y en juicios hipotéticos («si… entonces…»). Además, son heterónomas, es decir, impuestas al sujeto desde fuera.

Frente a ellas, Kant defiende una ética formal, vacía de contenido empírico, que no dice al sujeto lo que tiene que hacer, sino cómo tiene que ser lo que haga para que sea moral. Es a priori y universal, ya que el valor moral de una acción no se determina por la experiencia. Sus preceptos son categóricos, su cumplimiento es obligado sin esperar conseguir ningún fin. Es una moral autónoma, determinada por la propia razón a priori del sujeto.

El imperativo categórico

Para establecer su ética formal, Kant necesita un imperativo a priori de la moral, que es el imperativo categórico. Este imperativo establece las condiciones formales que debe cumplir toda acción para que sea moral y que realiza efectivamente el deber establecido por la razón. Es imperativo porque se expresa como una orden y es categórico porque representa la obligación moral de realizarlo sin condición ninguna, solo porque así lo establece nuestra razón.

El imperativo categórico dice: «Obra de tal forma que puedas querer que la máxima de tu acción se convierta en ley universal de la naturaleza.»

Para Kant, la máxima es el motivo por el que se hace la acción, y todos los comportamientos humanos están sometidos a máximas. El imperativo categórico establece que tenemos que querer generalizar esa máxima para todos los casos posibles sin excepción.

Por ejemplo, si alguien es un estafador, engaña a los demás para obtener beneficios. Si generaliza su máxima, todos serían estafadores, lo que sería contradictorio. Por tanto, no puede querer que su máxima se convierta en ley universal. Para Kant, la moral tiene que ser única, universal y necesaria.

Formulaciones del imperativo categórico

Kant ofrece varias formulaciones del imperativo categórico, entre las que destacan:

  1. Hay que obrar siempre según una norma que pueda desearse se impusiera como ley universal obligatoria.
  2. Hay que obrar siempre según una norma que asegure el trato de todo ser racional como un fin en sí mismo y nunca se utilice a ningún ser humano solo como un medio para nuestros fines egoístas.

El Reino de los Fines

Cumpliendo el imperativo categórico, según Kant, se conseguiría construir el Reino de los Fines, una sociedad ideal donde cada persona sería siempre tratada como un fin y no como un medio.

Postulados de la razón práctica

Desde el punto de vista moral, tenemos que afirmar cosas que desde el punto de vista teórico son problemáticas. Kant lo hace en forma de postulados (condición de la moral misma pero indemostrable teóricamente):

  • Libertad: la existencia en nuestra razón de la exigencia de obrar por deber supone la libertad como algo previo para poder vencer nuestros intereses.
  • Alma inmortal: el cumplimiento del deber al que nos sentimos obligados moralmente nunca acaba y por ello es necesaria la inmortalidad del alma.
  • Existencia de Dios: nuestra razón establece una identificación entre la virtud y la felicidad que no se da en nosotros, por lo que dicha unión se afirma como realizada en Dios.

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