Resumen
Friedrich Nietzsche es conocido como el máximo exponente de una corriente filosófica que emerge en el siglo XIX y que se ha denominado la «filosofía de la voluntad irracional», del «devenir eterno» y del «vitalismo». Esta corriente se centra en la exaltación de la vida en todas sus formas, considerándola como caos, frenesí, crueldad y desenfreno terrenal. En este contexto, Nietzsche se inscribe en lo que se conoce como la «filosofía de la vida», un movimiento histórico-filosófico que sostiene que la vida es la realidad más radical en todos los niveles ontológicos, psico-antropológicos, gnoseológicos y éticos, convirtiendo la categoría de la vida en el centro de la reflexión filosófica. Para recuperar el verdadero valor de la vida, Nietzsche comienza realizando una crítica profunda a todos los elementos de la cultura occidental. Argumenta que esta sociedad, basada en los valores socrático-platónicos, judeo-cristianos y del racionalismo dogmático, se ha convertido en una cultura decadente que asfixia la vida y aliena al ser humano auténtico, aquel que vive plenamente en el único mundo material y sensible.
El pensamiento de Nietzsche parte del nihilismo como punto de partida, el cual simboliza la decadencia de la cultura occidental. Desde esta posición, Nietzsche propone dos representaciones del nihilismo: una pasiva o deconstructiva, simbolizada por el Dios Apolo, y otra activa o constructiva, simbolizada por el Dios Dionisio. La primera, representada por lo apolíneo, implica la destrucción de todos los valores tradicionales, negando cualquier absoluto y finalidad de la vida, lo que lleva al vacío y la desesperanza.
Por otro lado, la segunda, representada por lo dionisiaco, propone una nueva valoración de la vida y del ser humano, buscando instaurar una nueva filosofía y una nueva civilización. Este nihilismo activo, o filosofía del «vitalismo dionisiaco», se centra en la construcción de nuevos valores. Destacan tres ideas principales: la «voluntad de poder», entendida como la fuerza vital que impulsa la creación de nuevos valores y que se representa mediante el dios Dionisio; el concepto del «Superhombre» (Übermensch), un ser que trasciende las limitaciones impuestas por la moral convencional y se afirma en la plenitud de la vida; y la noción del «eterno retorno», que propone una concepción cíclica del tiempo, donde cada momento se repite infinitamente, otorgando un valor único a cada instante. En síntesis, la filosofía de Nietzsche busca destruir los valores establecidos para abrir paso a una nueva forma de entender la vida, basada en la pasión, la voluntad de poder y la afirmación radical del individuo en el devenir eterno. En este sentido, propone una inversión o reconversión de todos los valores, creando así una filosofía totalmente nueva y distinta a la anterior, fundada en la exaltación de la vida y la afirmación del individuo en el devenir eterno.
Texto 1
En este fragmento de «El crepúsculo de los ídolos», Nietzsche critica la postura general de los filósofos, tachándola de gran equivocación al rechazar la vida en su realidad. Acusa a la cultura occidental de falta de sentido histórico, aversión al cambio y tendencia al inmovilismo conceptual. Argumenta que los filósofos han convertido la realidad en una metafísica vacía, idolatrando conceptos sin significado real. Defiende la noción de cambio como esencial en la filosofía, contraponiéndola a la visión estática del ser. Niega que los sentidos sean fuente de inmoralidad, afirmando que son la verdadera fuente del conocimiento y el ser. Concluye comparando a los filósofos con «momias y sepultureros», por su obsesión con lo divino y el rechazo al cuerpo y los sentidos.
Nociones
Conceptos Supremos
Nietzsche considera que el lenguaje y los conceptos distorsionan la realidad, siendo herramientas de falsedad. Argumenta que la verdad es una ilusión, una construcción convencional aceptada por la sociedad. Los conceptos, según él, son meras metáforas lingüísticas que ocultan la realidad verdadera, siendo invenciones utilizadas para crear un «mundo verdadero» ficticio. Critica especialmente a Platón por su creación de un mundo ideal que contradice la realidad tangible y cambiante.
Concepto Dios
Para Nietzsche, el concepto de Dios es fundamental en la filosofía, representando la máxima expresión de los conceptos supremos. Él aborrece esta idea, afirmando que la muerte de Dios es necesaria para deshacerse de las falsas creencias en un ser divino que trasciende la realidad terrenal. Considera a Dios como una metáfora que simboliza los conceptos supremos y las verdades absolutas, lo cual contradice la vida auténtica. Advierte que si el concepto de Dios persiste, la civilización enfrentará su declive, ya que despojaría de significado a los valores auténticos de la vida.