El Problema de la Realidad: La Vida como “Voluntad de Poder”
Para Nietzsche, la cultura occidental se asienta en la idea o creencia de:
- El mundo sensible, considerado una realidad aparente.
- El mundo de las ideas, considerado una auténtica realidad.
Esto implica una valoración negativa del mundo sensible y una valoración positiva del mundo inteligible.
Crítica a la Metafísica
- A la visión de la realidad platónica: No hay dos mundos, no hay trascendencia.
- A la teoría del conocimiento y de la ciencia: La ciencia ve la realidad solo bajo la perspectiva cuantitativo-mecanicista.
- A la teoría sobre el ser humano: Es el instinto vital el que guía la conducta, no la razón.
Nueva Filosofía: El Vitalismo
- El vitalismo: La única realidad es la de la vida presente.
- El perspectivismo: No hay una única verdad sino perspectivas vitales distintas. La metáfora expresa mejor la “verdad” que el concepto.
- Nueva visión del hombre: El superhombre. Liberado de las imposiciones, que cree en la vida presente y sus valores.
El Vitalismo
Para Nietzsche, la única realidad que existe es la del mundo sensible y la vida en él contenida. Todas las entidades de la metafísica occidental se han extinguido. Estas realidades son configuraciones de la voluntad de poder, el hecho más elemental y algo diferente a la voluntad de existir. Esta es una voluntad de expansión, de desarrollo del poder: es la pasión por afirmarse de una fuerza.
La vida es una manifestación de la voluntad de poder, que tiene el objetivo de afirmarse e imponerse. Nietzsche distingue una fuerza activa, que es una vida ascendente y una fuerza reactiva, que es la vida decadente. La vida y el ser humano están en continua transformación. Esto impide una explicación estática del cambio de cualquier realidad. La voluntad de poder tiene simplemente el ciego impulso por imponerse.
El Problema de la Naturaleza Humana: La Idea del “Superhombre”
La filosofía occidental había entendido al ser humano como un animal racional, considerado lo más significativo del ser humano. Nietzsche, al contrario que los demás filósofos, considera que la razón humana está al servicio de los instintos, que nos gobiernan, al igual que la voluntad de poder. La única ley de nuestra conducta es el instinto vital y la satisfacción de todas nuestras pulsiones.
Propuesta: La idea del “Superhombre”
El “superhombre” es la liberación del hombre de viejas creencias y la única ley es su propia voluntad. No cree en nada que esté por encima de él, no obedece a ninguna moral, ni está subordinado a ningún estado. Es libre e individualista, vive su vida conforme a sus deseos y es dueño de sí mismo. Tal estado es espiritual y no racial. Sigue la “moral de los señores”. No cree en el más allá, sino en “el eterno retorno”, en lo inmanente frente a lo trascendente. Y hacer una nueva valoración de la vida.
Para llegar al superhombre se sigue una serie de pasos:
- El del “camello”: El hombre occidental subordinado a la vieja moral, obediente a sus mandatos, soportando la carga sin rebelarse.
- El del “león”: Hombre cansado de soportar la carga y se rebela contra su amo, imponiendo su propia voluntad.
- El del “niño”: Hombre liberado de todas las cargas, creador de sus valores y afirmación de sí mismo. Aquí empieza el superhombre, y una nueva humanidad libre y con ansia de vivir.
El Problema de la Moral: “La Moral de los Señores” frente a “La Moral de los Esclavos”
La crítica a la moral platónico-cristiana
Para Nietzsche, el principal error de la moral occidental es su antinaturalidad, ir en contra de la vida. Su división de la realidad en dos mundos implica una minusvaloración de la vida. La moral platónico-cristiana ha propuesto el dominio del cuerpo y las pasiones, y la restricción de todos los instintos a través del establecimiento de normas y decálogos (prometiendo un premio en un mundo espiritual que no existe). Es entonces una moral nihilista.
Propuesta: “La moral de los señores”
Nietzsche distingue dos tipos de moral:
- La “moral de los esclavos”: es la moral de los débiles, elevan a la categoría de los “buenos” valores como el control de los instintos, el sufrimiento… Nace con el judaísmo y es reafirmada por el cristianismo (religión de esclavos y débiles). Esta moral considera “malos” todos los valores del hombre vitalista, como el disfrute de la vida, la salud, o la libertad.
- La “moral de los señores”: Es la moral de los fuertes y no se somete a ninguna voluntad que no sea la suya. Aman la vida, el poder, la grandeza, la razón que está dirigida por los instintos. Era la moral pagana en Grecia, hasta la irrupción del platonismo, la moral del superhombre.
Para Nietzsche, debe producirse una transmutación de los valores que devuelva a la moral de los señores, y se vuelvan a considerar “buenos” los valores de esta moral frente a los valores de la moral de los esclavos. Con “la muerte de Dios” y de los nuevos dioses como el Estado, debe volver a prevalecer la moral de los fuertes, la moral de la vida.
El Problema de la Religión: El Ateísmo y la Creencia en el Eterno Retorno
La Ilustración ha demostrado que “Dios ha muerto”. Este proceso inició en el Renacimiento con la afirmación del hombre frente a Dios. Descartes es el iniciador del racionalismo, que dará muerte a Dios, bajo la premisa de que la razón y lo demostrable debe ser el fundamento de todo, Dios será expulsado de nuestras creencias. Con la Ilustración no puede demostrarse la existencia de Dios, se ha desvanecido, debido a nuestra tradición cultural occidental. Sin embargo se han creado otros dioses, que según Nietzsche también deben eliminarse.
Para Nietzsche, cualquier religión es una falsa creencia, nacida del miedo y angustia ante la muerte, y de la impotencia del hombre. El cristianismo trajo consigo:
- Una desvalorización del mundo terreno.
- El extravío de los instintos más fuertes.
- El ensalzamiento de valores mezquinos como la obediencia o el sacrificio.
- El concepto de pecado.
Propuesta: El ateísmo y la creencia en el “eterno retorno”
De la muerte de Dios, Nietzsche pretende sacar consecuencias positivas, pretendiendo crear una nueva humanidad que valora la vida más que otra cosa y pretende vivirla con intensidad. Su creencia es un “eterno retorno de lo idéntico”, que supone que todo volverá a suceder, por lo que cada hecho tiene una importancia infinita, porque se volverá a repetir siempre. Nietzsche recomendaba vivir del modo que se desee volver a vivir, conseguir lo que deseas y actuar con conciencia. Esta teoría pretende subrayar la inmanencia frente a la trascendencia y cambiar la noción lineal del tiempo y nuestra actitud ante la vida. Hemos de vivir la vida que deseemos vivir una y mil veces. Por eso nos proponemos hacer lo que realmente queremos. Nietzsche asegura que los momentos malos de la vida no deben importarle. Esta doctrina selecciona a los que están dispuestos a aceptar el contenido de su vida de los que no lo están. En ella no hay premio o castigo (cielo e infierno), cada cual tendrá lo que ha vivido. De ahí la importancia de aprovechar la vida.