El Concepto de Vida como Realidad Radical
Ortega y Gasset afirma que la filosofía es el conocimiento del universo o»cuanto ha». El primer problema filosófico consiste en determinar qué elementos del universo nos son dados de forma tal que escapen de toda duda. Ortega encuentra que esa realidad radical es la vida.
La realidad radical es, pues, nuestra vida, la de cada uno en particular. El mismo hecho de hacer filosofía es una forma particular de vivir. Ortega trata de crear un nuevo concepto de realidad radical, distinto del antiguo y del moderno.
La Teoría de la Realidad
Tras el concepto de vida como realidad radical se esconde una teoría de la realidad. La explicación de esta teoría nos aclarará por qué la vida aparece como realidad radical en la filosofía de Ortega.
La perspectiva no aspira a absolutizar el mundo, sino que solo se considera un punto de vista más. La única forma de acercarse a la realidad del mundo será multiplicando los puntos de vista y asumiendo esa irreductible multiplicidad. No se trata de una circunstancia biológica, sino humana e histórica.
Ortega afirma que somos esenciales circunstanciales y que el conocimiento de este hecho debería hacernos olvidar los valores hieráticos que dictan perspectivas eternas.
El Yo, la Circunstancia y la Perspectiva
Junto a la circunstancia y a la perspectiva aparece otra realidad irrefutable: el yo. La circunstancia solo adquiere consistencia y radicalidad cuando la emparentamos con el sujeto que la vive. Por eso mi vida es la realidad radical que conozco si advierto que yo soy yo y mi circunstancia.
El mundo tiene tres niveles de significación:
1. Significación estructural-formal: así, nuestra vida puede representarse»como un arco que une el mundo y y». En este primer nivel,»mund» es similar a»circunstanci». 2. Expresa el plexo constituido de sentido que en cada caso adquieren las circunstancias como resultado de la interpretación que el yo hace de ellas. 3. Todo horizonte es ampliable y dilatable.
El Hombre como Ser Histórico: Las Categorías de la Vida
Si hemos definido la vida como una realidad radical, hemos hecho hincapié en el sentido filosófico de esta idea. Ahora tenemos que abordar sus atributos. Se trata de buscar ciertas categorías para que podamos definir mejor la vida (la vida humana):
– Vivir es, ante todo, encontrarse en el mundo. Mundo es lo vivido como tal. – Pero no nos encontramos en el mundo de una forma vaga, sino concreta: estamos ocupando algo. Por ello, vivir es convivir con una circunstancia. -«Todo hacer es ocuparme en algo para alg»: estamos dedicados a algo para una finalidad. La vida es imprevista, es posibilidad y problema. – Yo decido hacer lo que hago; yo he sido libre al decidirme por esta. Nada se nos da hecho. Vida es anticipación y proyecto. – Si decido es porque tengo libertad para escoger. En palabras de Ortega, vivir es hallarse en un mundo que ofrece posibilidades. – Esas posibilidades no son en absoluto ilimitadas. El mundo de la vida es esencialmente circunstancial, y el hombre ha de decidirse dentro de la circunstancia, asumiendo»s» circunstancia. – La última categoría es la temporalidad. Ontológicamente, si la vida es esencialmente perspectiva y toda perspectiva es móvil, ahora podemos establecer que la raíz de esa movilidad es la temporalidad de la propia vida humana. La sustancia de la vida es el tiempo, el cambio. Cambia la perspectiva porque existe el pasado y el futuro del ser humano, que ocasiona en el presente un continuo dinamismo. El enfoque gnoseológico nos lleva a que toda noción referente a la vida humana es función del tiempo histórico.
Realidad y Lenguaje
La relación entre filosofía y lenguaje es muy importante. Los conceptos filosóficos se desarrollan en relación mutua y siempre forman parte de algún sistema. ¿Dónde está ese origen? Nietzsche nos contesta con un ejemplo: el parecido filosófico entre las filosofías india, griega y alemana se debe al propio parecido lingüístico. Pero Nietzsche duda de esa formalización apriórica del lenguaje que la costumbre santifica y se pregunta si no seremos engañados precisamente por el propio lenguaje.
El lenguaje no expresa las esencias de las cosas y no las expresa porque estas no existen. En la realidad no hay un rasgo que se encuentre en todos los individuos de igual manera. Para Nietzsche, ni siquiera un individuo es idéntico a sí mismo, pues la identidad que le atribuimos es consecuencia de nuestro modo sustancialista de representarnos la realidad. Esta utilidad se convierte en desventaja cuando olvidamos su origen metafórico y creemos que representa la realidad tal y como es. El lenguaje solo sirve para transmitir la sensación que se tiene de la cosa.
La realidad plural y cambiante provoca una excitación nerviosa que genera una imagen que trata de expresar palabras. La gramática ejerce su papel negativo fundamentalmente de tres modos:
– En el lenguaje humano abundan las frases con el verbo»se», que favorece la creencia en entidades dotadas de rasgos permanentes o sustanciales. – Con el lenguaje aplicamos una palabra a realidades diferentes, lo que produce la creencia de que existen esencias, naturalezas universales.
La Nueva Idea de Lenguaje
Otro planteamiento que Nietzsche toca con su ontología es el del lenguaje acerca del ser. Contra la petrificación que sufre el devenir al quedar fijado en una categoría que la costumbre convierte en inmutable, se exalta el poder de la imaginación metafórica que posee el ser humano. La metáfora es una verdadera perspectiva porque con ella se logra una integración de diversidades. No es lo mismo emplear una metáfora que ser empleado por ella. En este caso, el enfoque particular se considera la única perspectiva posible. Unicidad y pluralidad son las actitudes respectivas de estas dos clases de metafísicos.
Crítica de las Ciencias Positivas
Nietzsche critica la ciencia positiva porque es una matematización de lo real. Para Nietzsche, el querer reducir todas las cualidades a cantidades es un error y una locura. Esta metodología está guiada por un imperativo y un criterio de valoración. La ironía se patentiza más cuando dice que los positivistas constituyen una estirpe ruda y laboriosa de maquinistas que ya no pretenden realizar más que trabajos groseros. La ley de la naturaleza, física o química, no es algo que conozcamos en sí: conocemos solo sus efectos, solo aparecen como suma de relaciones. Nietzsche no ataca la ciencia en sí, sino una metodología determinada. Este método se relaciona con la metafísica tradicional porque se inspira directamente en la lógica.
La crítica a la ciencia y a su idea de progreso tiene dos vertientes:
– Moral: la ciencia investiga el curso de la naturaleza, pero nunca puede dar un orden al hombre. La ciencia solo conoce cantidad y número. – Estado: la ciencia se ha convertido en nodriza al servicio de unos intereses creados.
Nihilismo y Sus Formas
El nihilismo no es otra cosa que repensar hasta sus últimas consecuencias la propia metafísica, entendida no como armazón fundamental de lo existente. El nihilismo posee dos caras:
– Negativa: como esencia de la tradición platónico-cristiana que explica la crítica destructiva de la tradición occidental. Nietzsche no solo pensó las consecuencias del nihilismo, sino que también refleja los tres grandes momentos de la corriente: – Nihilismo como consecuencia inmediata de la destrucción de los valores vigentes hasta entonces. – Como afirmación del propio proceso nihilista en tanto que consecuencia necesaria del pensamiento platónico-cristiano. – Como punto de inflexión hacia una nueva perspectiva del ser y del hombre.iva del ser y del hombre.