Contexto histórico
Entre los siglos V-IV a. C., se produjeron diversos conflictos políticos en la antigua Grecia. A mediados del siglo V a. C., los griegos se enfrentaron a los persas en las Guerras Médicas, que culminaron con el triunfo de Atenas. La ciudad experimentó un período de esplendor bajo el gobierno de Pericles, hasta finales del siglo V a. C., cuando se enfrentó a Esparta en las Guerras del Peloponeso. Este conflicto, originado por diferencias políticas entre la democracia ateniense y la aristocracia espartana, finalizó con el triunfo de Esparta y la instauración de la Oligarquía de los Treinta Tiranos. Este régimen duró más de un año, tras el cual se restauró la democracia, aunque en una forma corrupta.
La influencia del contexto en el pensamiento de Platón
Platón, filósofo ateniense (siglos V-IV a. C.) y discípulo de Sócrates, fue testigo del auge y declive de la democracia ateniense. Inicialmente interesado en la política, Platón expresó su desilusión con el sistema democrático en su obra La República. A medida que la democracia ateniense se debilitaba, Platón la rechazaba, argumentando que el gobierno debía estar en manos de personas preparadas y no de aquellos incapaces de gobernar. La condena a muerte de Sócrates también influyó en su rechazo a participar en la política.
El pensamiento de Platón se nutrió de diversas influencias:
- De Sócrates, tomó su interés por los problemas morales y la búsqueda de definiciones universales.
- De Heráclito, adoptó la idea del devenir y la importancia de los sentidos.
- De Parménides, tomó la idea del Ser, aunque para Platón esta idea era múltiple y pertenecía a todas las Ideas del mundo de las ideas, priorizando la razón sobre los sentidos.
- De Pitágoras, asimiló la importancia de las matemáticas.
La República y la búsqueda del Estado justo
En La República, Platón expone la necesidad de un Estado justo que garantice la felicidad de todos sus miembros. Para fundamentar este tipo de gobierno, desarrolló su Teoría de las Ideas, en la que la razón es el origen del conocimiento verdadero. A través del Símil de la Línea (Libro VI), Platón explica sus dos dualismos:
Dualismo Epistemológico
Platón argumenta que es posible ascender de la ignorancia al conocimiento verdadero mediante la dialéctica ascendente, un proceso que atraviesa diferentes niveles intelectuales:
- Conocimiento sensible:
- Eikasía (conjetura)
- Doxa (creencia)
- Conocimiento inteligible:
- Dianoia (pensamiento discursivo)
- Noesis (intelección)
Dualismo Ontológico
Platón divide la realidad en dos mundos:
- Mundo sensible:
- Sombras
- Objetos sensibles
- Mundo inteligible:
- Entes matemáticos
- Idea del Bien
Estos niveles, tanto en el dualismo epistemológico como en el ontológico, están ordenados jerárquicamente, desde el menor al mayor grado de realidad.
La Teoría de las Ideas
La Teoría de las Ideas es el núcleo del pensamiento de Platón. Para él, las cosas sensibles están sujetas al cambio, pero su esencia permanece. Las cosas tienden a parecerse a su esencia, pero son copias imperfectas de las Ideas. La jerarquía de las Ideas se estructura de la siguiente manera:
- Idea del Bien
- Justicia, Belleza, Sabiduría y Ser
- Ideas matemáticas
- Ideas de las cosas
Todas las Ideas participan de la Idea de un nivel superior, y todas, en última instancia, de la Idea del Bien.
La teoría de la reminiscencia
Inspirándose en Sócrates y los pitagóricos, Platón formula la teoría de la reminiscencia. Según esta teoría, el alma, originaria del mundo inteligible, conoce todas las Ideas. Al caer al mundo sensible, las olvida y debe recordarlas para recuperar el conocimiento previo.
La Idea del Bien
Platón no ofrece una definición precisa de la Idea del Bien, pero sugiere algunas aproximaciones:
- El Bien se alcanza a través del estudio de la dialéctica.
- Es necesario conocer el Bien para que las demás cosas tengan valor.
Platón utiliza la analogía del Sol (Libro VI) para ilustrar la Idea del Bien: en la oscuridad, solo vemos sombras, mientras que bajo la luz del sol, percibimos las cosas con nitidez y podemos conocerlas.