La Filosofía y su Relación con la Ciencia

Disertación: ¿Es la filosofía una ciencia?

La calificación de la filosofía como ciencia o no, siendo esta definida como disciplina intelectual que busca comprender y resolver preguntas sobre la existencia, conocimientos, realidad, etc., recurriendo al razonamiento, es un debate recurrente a lo largo de la historia. Mientras algunos pensadores afirman que es una ciencia, siendo la ciencia un enfoque o proceso sistemático y metódico para adquirir conocimientos sobre el mundo natural y los fenómenos que en este ocurren, otros argumentan que es una disciplina diferente.

Principalmente, se puede objetar que, a pesar de que la filosofía y la ciencia comparten el objetivo de explicar la realidad, lo hacen de forma diferente. La ciencia explica el mundo natural a través de la observación de lo físico y la experimentación; en cambio, la filosofía (generalmente) recurre a la reflexión y razonamiento lógico. En otras palabras, mientras la ciencia estudia la realidad mediante lo empírico y la experiencia sensible, la filosofía abarca cuestiones y conceptos abstractos más allá de lo físico, como la moralidad, la mente, la existencia, etc. Esta idea la refleja el filósofo **Kant** en su obra “Crítica de la razón pura”, en la que explica que la filosofía no es una ciencia, pues traspasa los límites de la experiencia empírica y lo hallado con métodos científicos.

Además, la filosofía se desarrolla sin seguir métodos o procedimientos específicos para adquirir conocimientos o resolver cuestiones, al contrario que las ciencias, que se basan en el método científico para describir los fenómenos naturales. Los filósofos a lo largo de la historia han planteado diferentes técnicas que dan lugar a conclusiones y posicionamientos distintos sobre una misma duda.

Asimismo, el razonamiento filosófico carece de un enfoque sistemático y objetividad, lo que impide verificar o justificar las diversas teorías que a raíz de este surgen. Esto, a su vez, imposibilita el descarte o confirmación de teorías para decidir cuál es la teoría correcta. Esta situación no se da en el ámbito científico, pues, a pesar de existir la posibilidad de darse diferentes hipótesis acerca de un fenómeno, estos casos se estudian y es posible llegar a un consenso o descartar algunas de ellas.

En resumen, la filosofía no puede considerarse ciencia, pues carece de las características que conforman la esencia de la ciencia, como métodos de resolución, el uso del conocimiento sensible para explicar la realidad o respuestas universales verificables. Asimismo, esta abarca más aspectos que las ciencias, reflexionando sobre el bien, la verdad, la justicia, entre muchas otras cuestiones que no se encuentran en la realidad física estudiada por la ciencia. Este hecho no le resta importancia a esta disciplina, ya que, aunque no es una ciencia, sigue siendo la responsable de dar explicación a interrogantes tan amplios y abstractos como la existencia.


Karl Marx

Términos:

Alienación: este concepto surge de Hegel, maestro de Marx, y se define como un sentimiento de desgarro, como sentirse alejado o separado de algo. Para Marx, es en la sociedad capitalista donde se alinea el hombre, tanto a nivel económico como ideológico. La alienación es la pérdida de algo que es esencial en la persona.

Existen diferentes tipos de alienación:

  • económica: el trabajador, en vez de realizarse como tal, se despersonaliza y pierde su realidad. Para Marx, la solución pasa por eliminar la propiedad privada de los medios de producción (banca e industrias).
  • social: consiste en dividir la sociedad en clases antagónicas entre sí, por un lado los capitalistas con todos los privilegios y por otro los proletarios, que se limitan a vender su fuerza física y habilidad intelectual.
  • política: el Estado pertenece a la clase dominante, en lugar de ponerse al servicio de la sociedad entera.
  • religiosa: hace que las personas se evadan de la realidad. «La religión es el opio del pueblo», decía Marx, adormece todas las luchas revolucionarias y retrasa la liberación de los proletarios.

Plusvalía: es el beneficio que obtiene el capitalista con la venta de las mercancías producidas por el trabajador. Si todas las mercancías se pueden cambiar en el mercado, es que tienen un valor; el trabajo es la única medida mediante la cual se puede medir el valor. Por una parte, el valor de uso es el que tienen las cosas para satisfacer una necesidad determinada, desde la más biológica hasta la más psicológica, mientras que el valor de cambio es el que tiene un objeto en el mercado, y se muestra cuantitativamente, se mide por dinero. En la sociedad capitalista, el trabajo del obrero es una mercancía que se compra y se vende, de acuerdo con la ley de la oferta y demanda. La plusvalía es la diferencia entre el valor de cambio de los bienes u objetos producidos por un trabajador y el salario que recibe a cambio.

Capital: es el dinero que se invierte en un proceso de producción industrial para obtener, al final de este, cuando se produce la realización o venta de la mercancía, la cantidad invertida más una cantidad adicional. El capital, para Marx, no es el dinero que alguien tenga guardado o que se gasta, sino aquel dinero que se pone en circulación para obtener a cambio una ganancia. Mientras más rápida sea la circulación de capital, más posibilidad tiene este de multiplicarse y ser acumulado. Si no hay circulación, no hay capital propiamente, según la definición de Marx.

Marx considera que el capital condiciona y domina el funcionamiento de la sociedad moderna; así, la crítica de la economía política es el punto de partida fundamental para comprender cómo funcionan las relaciones de dominación entre los proletarios y capitalistas.

Trabajo: es lo que nos debe realizar como seres humanos, pero en una sociedad capitalista, se produce una alienación del fruto del trabajo. El trabajador es parte de una cadena de producción, en la que los bienes que el trabajador produce no le pertenecen, son del dueño de los medios de producción. El trabajo es rentable para los capitalistas, pero da la miseria para los trabajadores.

El trabajo es la actividad por la que el hombre transforma la realidad para satisfacer sus necesidades físicas y personales. En las sociedades capitalistas, el trabajo es una experiencia alineada y no una actividad de autorrealización.

Para Marx, el trabajo va más allá de su dimensión económica y se convierte en una categoría antropológica: el hombre es un ser activo, y el trabajo es la expresión de sus capacidades. Es la actividad en la que el hombre se desarrolla y perfecciona; de ahí que el trabajo no sea un mero medio para la producción de mercancías, sino un fin en sí mismo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *