La Genealogía de la Moral de Nietzsche: Un Análisis Filosófico

Sociedad en la Genealogía de la Moral de Nietzsche

Nietzsche analiza la moral imperante en nuestra sociedad en su obra Genealogía de la Moral. Examina el sentido original de los términos “bueno” y “malvado”, argumentando que los valores originales se han trastocado. Lo que antes se consideraba «bueno», asociado a valores aristocráticos, ahora se identifica con la debilidad. Nietzsche señala a la casta sacerdotal como la culpable de esta inversión, argumentando que han renegado del cuerpo y promovido el amor al prójimo y la humildad.

La Moral de Esclavos y el Resentimiento

La tradición judeocristiana, según Nietzsche, ha impuesto una moral de esclavos caracterizada por la mansedumbre y el resentimiento cobarde. Esta moral evita la confrontación directa en nombre de un castigo futuro. La Ilustración, con su énfasis en el deber y la democracia, continúa este camino. Nietzsche considera la democracia como una imposición de los mediocres, de la mayoría débil sobre los mejores. Reivindica el retorno a los valores aristocráticos y al dominio de los señores.

Crítica al Marxismo

Nietzsche también critica el marxismo por su intención de ceder el poder a las masas. Argumenta que los esclavos no deben tener el poder, sino que los hombres excepcionales deben liderar.

Crítica a la Sociedad Alemana

Nietzsche critica la sociedad alemana de su tiempo, argumentando que el idealismo de Hegel, con su concepto del Dios del Estado como culminación de la eticidad humana, representa una negación de la vida y un intento de homogeneizar la individualidad.

Dios y el Nihilismo

Para Nietzsche, Dios es la máxima expresión del nihilismo, el símbolo del desprecio por lo terrenal. La historia occidental, según su perspectiva, ha decaído porque los valores auténticos, aquellos que favorecían la vida, se han degenerado en favor de valores trascendentes. La idea de Dios es el máximo exponente de esta tradición.

El Ateísmo y la Muerte de Dios

Con la Ilustración surge el ateísmo, dejando a la humanidad sin el sentido que ella misma había creado. La muerte de Dios, según Nietzsche, representa el punto culminante del nihilismo. La vida pierde su trascendencia y los valores asociados a Dios pierden su vigencia.

El Superhombre y la Creación de Nuevos Valores

Sin embargo, Nietzsche ve esto como algo positivo, ya que permite la creación de nuevos valores. No se trata de reemplazar al Dios cristiano por el Estado o la Democracia, sino de dar paso al Superhombre, el individuo que crea y recrea valores continuamente, que es su propio Dios.

El Eterno Retorno

Con la muerte de Dios también muere la esperanza en la vida eterna, dejando solo el instante. Surge entonces la idea del eterno retorno, la repetición eterna del instante. Este concepto, según Nietzsche, es creado por el hombre libre que hace de cada instante un momento digno de la eternidad, trasladando el peso de la vida futura al presente.

Conocimiento y Perspectivismo

La filosofía de Nietzsche es vitalista y critica la negación de la vida por parte del conocimiento en la cultura occidental. Considera la conceptualización de la realidad como un error, ya que la congela. La vida es cambio continuo, pero el ser humano la ha organizado creando metáforas con más realidad que la realidad misma.

Verdad y Mentira en Sentido Extramoral

En Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, Nietzsche afirma que la verdad fue una invención humana para la supervivencia. Sin embargo, la cultura occidental olvidó su origen e hizo real el concepto, despreciando lo individual y concreto.

Perspectivismo

Nietzsche defiende el perspectivismo, la idea de que la verdad no es objetiva, sino que todo conocimiento es verdadero desde un punto de vista particular. El conocimiento de la auténtica verdad no es objetivo, sino intuitivo.

Hombre Racional vs. Hombre Intuitivo

Nietzsche distingue entre el hombre racional o científico (que actúa conforme a conceptos aceptados convencionalmente) y el hombre intuitivo o artista (que juega con las intuiciones y destruye los conceptos). Considera los conceptos inferiores a las intuiciones. Intuición y abstracción son enemigos naturales, al igual que el hombre racional y el intuitivo.

La Verdad y el Interés Social

La verdad, para Nietzsche, está vinculada al interés social: su uso determina la costumbre y se convierte en norma. Olvidamos la «mentira original» y construimos un universo que justifica una moralidad específica. Este proceso se manifiesta en el lenguaje, por lo que Nietzsche recurre al significado original de las palabras como método de investigación filosófica.

Crítica a la Ciencia y la Filosofía

Nietzsche critica la ciencia y la filosofía. La auténtica verdad es inaccesible e inaprensible, pero la ciencia cree poseerla con suficiente rigor para descubrir leyes naturales que determinan el futuro. La ciencia, para Nietzsche, es solo una forma de interpretar la realidad. El error de la ciencia y la filosofía es creer que la vida es un orden, cuando es el ser humano quien inventa ese orden.

El Ser Humano y la Voluntad de Poder

El ser humano, para Nietzsche, es un ser natural cuyo móvil es la voluntad de poder, de ser lo más posible. Como ser vivo, aspira a desarrollar su vida, a crear. La voluntad de poder es el conjunto de fuerzas presentes en la naturaleza, que actúan en la violencia y la contradicción. Este concepto está influenciado por Schopenhauer.

Lo Apolíneo y lo Dionisiaco

Sin embargo, el ser humano ha negado sus aspectos más vitales. Nietzsche distingue entre lo apolíneo (orden y medida) y lo dionisiaco (intuición), argumentando que hemos optado por lo apolíneo. La razón ha destruido la idea de Dios, llevándonos al nihilismo, a la ausencia de sentido. Hemos trasladado el sentido de lo real a las invenciones. Al destruirse estas invenciones, debemos recuperar los valores vitalistas.

Así Habló Zaratustra

En Así Habló Zaratustra, Nietzsche ejemplifica el proceso de transformación del ser humano en tres etapas: el camello (agobiado por el “yo debo”), el león (que se enfrenta a la tradición y al deber) y el niño (que, desde el olvido, construye nuevos valores).

El Superhombre

El ser humano, según Nietzsche, vive en el resentimiento, agobiado por la culpa, siguiendo una moral que impone la mediocridad y le impide ser auténtico. Tras la muerte de Dios, el hombre debe dar el paso hacia el Superhombre.

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