El Siglo XVIII: El Contexto Histórico de David Hume
David Hume nació en Edimburgo en el año 1711 y murió en 1776. El siglo XVIII es el momento de la historia en el que se empezaba a fraguar el fin de la Europa que había surgido con Carlomagno. Aquí, como en América, se hablaba de igualdad, de libertad… Se proclamaron los derechos del hombre y se luchó contra los privilegios de unos pocos. La burguesía, enriquecida con las nuevas industrias, relevó en el poder a una caduca nobleza y mermó el poder de los reyes. De 1776 a 1784, la guerra de la independencia norteamericana puso de manifiesto que todos los hombres son iguales e independientes por naturaleza, idea que había sido defendida por Locke y por Rousseau. Estos principios alentaron la Revolución Francesa, que derrumbó los cimientos de la vieja Europa. Estamos ante las revoluciones burguesas, y comienza una nueva época en la historia.
Cambios en Inglaterra: La Monarquía Parlamentaria y la Revolución Industrial
Los cambios más importantes en Inglaterra tuvieron lugar durante el reinado de Jorge III. En 1688 se produce una revolución llamada «La Gloriosa», protagonizada por la burguesía, que reclamaba poder político. Jorge III constituyó una monarquía parlamentaria, en la que el poder del rey estaba limitado por el pueblo, sobre todo por la burguesía. En 1750 comenzó la revolución agrícola y la prosperidad económica que se produjo favoreció el mercado de la naciente industria. En Inglaterra surgió la Revolución Industrial, que después se extendió por toda Europa. Había llegado el progreso.
Avances Tecnológicos y Culturales
Es el momento de grandes inventos como la máquina de hilar, la máquina de tejer o la máquina de vapor de Watt. Franklin inventó el pararrayos y Coulomb descubrió las leyes de la electricidad. En el ámbito cultural, en el siglo XVIII conviven dos estilos artísticos: el Barroco y el Rococó (refinado, sensual, preciosista, sobrecargado e intrascendente) y el Neoclasicismo (austero, racional y moralizante). Se sentaron las bases del Romanticismo, fruto de la revolución y reaccionario contra las normas artísticas.
Las Corrientes Filosóficas de la Modernidad: Empirismo y Racionalismo
Las dos corrientes filosóficas de la modernidad son el empirismo y el racionalismo.
El Empirismo: El Conocimiento a través de la Experiencia
El empirismo se desarrolla en las Islas Británicas durante los siglos XVI, XVII y XVIII, y sus principales representantes son Bacon, Hobbes, Locke y Hume. El empirismo y el racionalismo coinciden en la búsqueda de un conocimiento seguro. Para los empiristas, el conocimiento seguro es el que nos da la experiencia sensible y afirman que las ideas innatas no existen, pues «nuestra mente es como un papel en blanco», nada hay en ella antes de la experiencia sensible. Su criterio de evidencia se apoya en que todo conocimiento nace de la experiencia, por lo que nos podremos fiar de todo lo que provenga de los sentidos. El método científico no puede ser universal y necesario porque solo conocemos lo que hemos comprobado del pasado, no podemos saber nada del futuro. Por eso las leyes deben ser probables, generales y provisionales. En cuanto a la ética, los empiristas defienden el emotivismo moral: las emociones son las que juzgan si una acción es buena o mala, y según eso debemos guiarnos para alcanzar la felicidad.
El Racionalismo: La Razón como Fuente del Conocimiento
El racionalismo es un movimiento filosófico que se desarrolla en la Europa continental en el siglo XVII y cuyos representantes son Descartes, Leibniz y Spinoza. Significa una exaltación de la razón como única fuente de conocimiento seguro, pero es una razón autónoma, y se desprecian los sentidos porque son una fuente de confusión, nos engañan. Defiende la existencia de ideas innatas, que no se adquieren con la experiencia, sino que son de la razón y como tal son absolutamente fiables y siempre verdaderas. Todos los racionalistas admiran las matemáticas, ya que es un saber de verdades exactas y eternas. Defienden la «Mathesis universalis» (enseñanza universal) pues el método de la razón, que se aplica a las matemáticas, debe ser aplicado a toda la realidad. La realidad está escrita en lenguaje matemático, por eso la razón la puede comprender, pero los racionalistas necesitan recurrir a Dios como garantía de la correspondencia entre el pensamiento y la realidad. En el ámbito ético, dirán que el hombre debe guiarse por la razón para alcanzar la felicidad.
La Ilustración: La Razón como Guía para un Mundo Mejor
El siglo XVIII es conocido como el Siglo de las Luces, porque en él se desarrolla la Ilustración, movimiento filosófico y cultural que surge en Inglaterra y se extiende por Europa y que defiende la razón como el instrumento humano capaz de conocer el mundo, de transformarlo y de construir una sociedad mejor. Hume es el filósofo de la Ilustración en Inglaterra, Rousseau lo es en Francia y Kant en Alemania.
Origen y Características de la Ilustración
El origen de la Ilustración está relacionado con las revoluciones burguesas, que pretenden acabar con el absolutismo y el Antiguo Régimen. Se trata de un amplio movimiento de carácter cultural, no solo filosófico, que constituyó un estado de espíritu e impregnó todas las actividades literarias, artísticas, históricas y religiosas. Se llama Siglo de las Luces por su afán de clasificación racional que se propuso con respecto a todos los aspectos y dimensiones de la vida humana y del mundo. El producto cultural de este espíritu fue la Enciclopedia, diccionario razonado de las ciencias, de las artes y de los oficios.
tes y de los oficios.