1. Resumen
En esta primera parte, Kant expone la situación de la metafísica. Según él, no ha encontrado el camino correcto hacia la ciencia, aunque sea la disciplina más antigua y la que perdurará siempre. Kant afirma que en la metafísica muchas veces se ha tenido que retroceder al ver que el camino no lleva a ningún lado, y que su modo de proceder se ha basado en conceptos.
Finalmente, se pregunta por qué la razón persigue el camino de la metafísica como una de sus cuestiones más importantes. También señala que la razón nos entretiene con pretextos y nos engaña, quizá porque hasta ahora hemos equivocado el camino.
2. Análisis
En esta primera parte, Kant nos habla de la situación de la metafísica, rama fundamental de la filosofía que pretende ofrecer conocimiento de la realidad al margen de la experiencia. Con respecto a las demás ciencias, como la lógica, la física y las matemáticas, que sí son ciencias gracias a que cumplen tres condiciones necesarias, la razón avanza, progresa, no retrocede ni toma otro camino.
Sin embargo, la situación de la metafísica es todo lo contrario: no hay avance ni progreso; vuelve atrás, retrocede y, además, hay desacuerdos entre sus partidarios. Todo esto provoca desconfianza y desprecio.
Las causas de esta situación son el dogmatismo, que Kant identifica con el racionalismo del siglo XVIII, en el que se procede a un endiosamiento de la razón como instrumento capaz de ofrecer, por sí sola y al margen de la experiencia, verdadero conocimiento, y el escepticismo, que Kant identifica con el empirismo del siglo XVII, que al rechazar el dogmatismo racionalista, pone como única fuente de conocimiento a la experiencia y, como consecuencia, aparece la imposibilidad del conocimiento científico.
Pero, ¿habría que rechazar la metafísica sin más? Según Kant, no, sino que es necesario distinguir entre:
- Metafísica dogmática: aquella que pretende ofrecer conocimiento de realidades suprasensibles confiando en la capacidad de la razón para proporcionar acerca de estas un conocimiento objetivo, universal y necesario.
- Metafísica como tendencia natural de la razón: la razón, según Kant, tiende de manera natural a rebasar los límites de la experiencia y plantearse cuestiones metafísicas como, por ejemplo, Dios, la inmortalidad, la libertad.
- Metafísica crítica: se trata de un análisis crítico de las capacidades de la razón, que Kant lleva a cabo analizando las condiciones que posibilitan el conocimiento científico y preguntándose si la metafísica las cumple o no: ¿es posible la metafísica como ciencia?
En definitiva, lo mejor es analizarla desde tres puntos de vista diferentes y así encontraremos, quizás, respuesta a nuestras preguntas. La respuesta la encontró Kant aplicando su famoso giro copernicano a la metafísica, imitando así el «cambio metodológico» que experimentaron la matemática y la física, y cuyos resultados significaron:
- No a la metafísica dogmática como ciencia.
- Sí a la metafísica como tendencia natural de la razón.
3. Resumen
En esta parte, Kant nos dice que las matemáticas y la física son ciencias, lo cual apoya con un cambio de método. También explica que hasta ahora se ha supuesto que los objetos determinan nuestro conocimiento, pero todos los intentos hechos bajo este supuesto para establecer a priori algo de estos objetos se adhieren a nuestro conocimiento, cosa que concuerda más con la posibilidad del conocimiento a priori de dichos objetos, un conocimiento que establece algo sobre estos antes de que se nos den, como admitió Copérnico.
4. Análisis
En esta parte, Kant pone a la matemática y a la física como ejemplos de conocimiento científico, ya que experimentaron un cambio o revolución metodológica. La matemática se convirtió en ciencia en la época de la Grecia clásica, pues los griegos comprendieron que las demostraciones eran conclusiones de la mente. La física se convirtió en ciencia durante el Renacimiento y la Edad Moderna, ya que se dieron cuenta de que las observaciones y descubrimientos tenían que estar regulados por leyes o principios de la razón. Ambas disciplinas demostraron que la universalidad y la objetividad del conocimiento vienen del lado del sujeto, de lo que este pone para obtener conocimiento del objeto.
Ese cambio que sufrieron es llamado por Kant giro copernicano, al compararlo con el que dio Copérnico. Este dice que si es el objeto quien determina al sujeto, no es posible conocer de este objeto nada a priori; luego ha de ser el sujeto quien determine al objeto, de manera a priori, a través de lo que este pone para obtener conocimiento del objeto. La consecuencia de esto es que la universalidad del conocimiento viene del lado del sujeto.
A partir del giro copernicano podemos entender el conocimiento como compuesto de dos elementos: lo dado por el objeto y lo puesto por el sujeto. Lo dado por el objeto es lo empírico, la materia, es a posteriori, es decir, particular y contingente, y dependiente de la experiencia. Lo puesto por el sujeto es lo a priori, el vacío de contenido, es universal y necesario, e independiente de la experiencia.
Este cambio posibilita, pues, el conocimiento científico que satisface los dos requisitos que Kant supone: ampliar nuestro conocimiento de la realidad (objeto) y ser universales y necesarios (sujeto). Requisitos que cumplen los juicios sintéticos a priori, que son los únicos juicios científicos. Estos amplían nuestro conocimiento de la realidad, son informativos y, además, son universales y necesarios.
Estos juicios se dividen, según la lógica tradicional, en:
- Juicios analíticos: en cuanto a la relación sujeto-predicado, el predicado está implicado en el sujeto (un soltero es un no casado). La verdad contenida es analítica, es decir, no hay ampliación, es tautológica.
- Juicios sintéticos: en cuanto a la relación sujeto-predicado, el predicado no está implícito en el sujeto (la ventana está abierta). La verdad contenida es sintética, es decir, hay ampliación de conocimiento y, con respecto a la experiencia, son a posteriori, esto es, derivan de la experiencia y son particulares y contingentes.