La Metafísica de Descartes: La Duda Metódica y la Sustancia

La Metafísica de Descartes

La Duda Metódica y el Cogito Ergo Sum

La aplicación del método cartesiano comienza por la raíz del árbol de la ciencia: la metafísica. Descartes necesitaba encontrar una evidencia, y para ello decide proponer la duda como forma de deshechar todo aquello que no es evidente.

La duda de Descartes es una duda metódica e hiperbólica, es decir, es un medio para volver por el camino de la certeza a afirmar todo aquello de lo que se ha dudado. En el proceso duda de tres cosas:

  1. De los sentidos humanos, ya que en numerosas ocasiones llevan al error, y por lo tanto no son fiables.
  2. Del conocimiento científico debido a que en numerosas ocasiones nos han conducido a error.
  3. De toda la realidad puesto que podría ser un sueño o podría existir un genio maligno que nos está engañando.

Descartes encuentra la evidencia que buscaba en el propio sujeto: se da cuenta de que el sujeto puede equivocarse en su pensamiento pero no en que existe. Así formula el famoso «cogito ergo sum» (pienso, luego existo). Esta idea provenía de San Agustín y de su obra La Ciudad de Dios donde decía lo siguiente: «Si me engaño soy yo quien me engaño y por tanto en tanto en cuanto creo que existo no me engaño».

De este modo Descartes afirma el sujeto aunque no la verdad de lo que piensa. El yo es la primera evidencia y por lo tanto es una intuición. Pienso luego existo no es una deducción, es una intuición que podría sustituirse por existo porque pienso.

La Sustancia en la Metafísica de Descartes

Descartes define la sustancia como res, es decir, una cosa: «lo concreto existente, algo que posee existencia completa y que no necesita de otra cosa para existir». Estrictamente hablando solo habrá una sustancia que será llamada sustancia infinita y que se corresponderá con Dios. Sin embargo, en un sentido más flexible habrá otro tipo de sustancia que será la sustancia finita.

Hay dos tipos de sustancia finita: almas y cuerpos. El alma será res cogitans (cosa pensante) y su atributo será el pensamiento. Para Descartes lo que vemos son res extensa, todos ellos ocupan un lugar.

Modos

Dentro de la res extensa, es decir, dentro de los objetos o cuerpos, podemos distinguir los modos que se corresponderán a cualidades como el peso, el color, etc.

Glándula Pineal

Aunque era difícil encajar la esencia pura del pensamiento con la extensión del cuerpo, Descartes lo hizo a través de lo que llama glándula pineal.

La Demostración de Dios

Descartes en su pensamiento físico concebía el universo formado por una serie de átomos que serían divisibles, en contra del atomismo clásico. Si la materia era extensión, toda materia tenía que poder dividirse. Además, no existiría el vacío porque la materia es extensión y lo ocupa todo.

Descartes creía en el movimiento de la tierra y en el heliocentrismo y pensaba que detrás de todo movimiento debía haber un Dios, es decir, que actuaba como un relojero poniendo en hora el reloj del universo. Este Dios se correspondía con la sustancia infinita y para demostrar su existencia Descartes dio tres argumentos:

  1. La causa de la idea de perfección. Descartes se pregunta de dónde proceden las ideas innatas, especialmente la idea de perfección. El ser humano nunca ha conocido nada que no fuera perfecto y eso solo podrá provenir de un ser perfecto, y el ser perfecto es Dios. Para Descartes, en algún momento de la creación Dios nos ha imprimido esa idea que ha quedado en nosotros como una huella divina.
  2. Se basa en el principio metafísico de que el efecto no…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *