La Doctrina Central de la Filosofía Platónica
La doctrina central de la filosofía platónica es la teoría de las ideas. Esta teoría consiste en la afirmación de que existen entidades inmateriales, absolutas, inmutables y universales independientemente del mundo físico: por ejemplo, la justicia en sí, la bondad en sí, el hombre en sí, las entidades matemáticas en sí. De ellas obtienen su ser todo lo justo, todo lo bueno, todos los hombres, todo lo armónico y proporcionado que hay en el mundo físico. No se trata de conceptos, de construcciones mentales. Se trata de realidades, más aún, de las únicas realidades en sentido pleno, ya que de ellas deriva todo lo que hay de real en el mundo físico. Las Ideas son realidades inteligibles e inmateriales con existencia independiente del mundo físico. Las Ideas son inmutables, eternas, universales y modelos de las realidades del mundo físico.
La Separación de las Ideas y el Mundo Sensible
Platón, por tanto, separa las ideas del mundo sensible. ¿Cuál es la relación entre las ideas y las realidades individuales del mundo sensible? En el diálogo Fedro aparece una narración mítica en la que se cuenta el destino de las almas. En este mito cada una de las almas es representada como un carro, dirigido por un auriga, del que tiran dos caballos, blanco el uno y negro el otro. Las almas ascienden hasta el universo, desde donde pueden contemplar las ideas, situadas fuera del universo, en un lugar suprasensible. Lo que Platón quiere expresar al afirmar su separación del mundo físico es que las ideas no dependen en su ser, en su verdad y en permanencia, de las cosas sensibles: un triángulo (la idea de triángulo, el triángulo ideal) es lo que es y posee las propiedades que posee, independientemente de que tal esencia se realice o no en el mundo sensible, físico.
Participación e Imitación: La Relación entre los Mundos
Sin embargo, aunque las ideas no dependen en su ser de los seres sensibles, éstos sí dependen de ellas: una figura es un triángulo en la medida en que en ella se realiza la idea de triángulo, una acción es justa en la medida en que en ella se da la idea de justicia, etc. ¿Cuál es, entonces, la relación de los seres sensibles con las ideas? Dos términos caracterizan esta relación: participación (los seres sensibles participan de las ideas correspondientes) e imitación (los seres sensibles imitan a las ideas). La noción de imitación pone el acento en que las ideas son modelos, son paradigmas que las cosas pretenden imitar, a los cuales quieren acercarse, sin conseguir igualarlos plenamente jamás: ninguna esfera física, de bronce o de madera, es plena y perfectamente esférica, sólo lo es la esfera ideal. Las ideas son, pues, ideales que no llegan a cumplirse perfectamente en el ámbito de lo sensible. Por lo demás, Platón reconoció la dificultad de explicar de manera adecuada la separación de las ideas y su relación con los seres sensibles. A cada clase de objetos que existen en el mundo sensible corresponde una idea, una esencia, en el mundo suprasensible, y esta idea es la auténtica realidad. El mundo sensible, el mundo en el que vive el hombre es, pues, una realidad de segunda clase, de categoría inferior, que únicamente es en la medida en que participa del mundo de las ideas.
Características de las Ideas
Las características de las ideas son:
- Las ideas son objetivas: no son pensamientos o contenidos del pensamiento, son realidades ideales auténticas y arquetipos de todo lo sensible.
- Son inmutables e indivisibles, a diferencia de las cosas del mundo sensible que cambian continuamente y son divisibles. Las ideas no cambian nunca y esto es lo que permite que se puedan definir y conocer con precisión. Aunque cada hombre cambie a lo largo de su vida, la idea de hombre es siempre la misma: no crece, ni cambia, ni muere.
- Son universales, mientras que las cosas sensibles son individuales.
- Son atemporales, eternas: no han comenzado a existir ni dejarán de existir. Aunque todos los hombres murieran, la idea de hombre seguirá siendo la que es, como la idea de dinosaurio es la que es aunque ya no exista ninguno.
- Son únicas: aunque existan muchos hombres, todos proceden de la idea de hombre. La unidad implica unicidad: no hay dos ideas iguales.
- Son perfectas: si los seres materiales son copias imperfectas, las ideas son modelos.
- Son inteligibles: sólo pueden ser conocidas por la razón, no por los sentidos.
- Se encuentran jerarquizadas formando una especie de pirámide en cuya cúspide está la Idea suprema, la Idea de Bien, la causa del ser y la inteligibilidad de todas las demás.
La Idea de Bien: Causa y Fin de la Realidad
Las ideas, pues, tienen existencia real, son causa de las cosas, son modelos del mundo sensible. Es más, al ser causa del mundo sensible, las ideas son más reales que lo que llamamos realidad, son la verdadera realidad. El mundo de las ideas alberga ideas o formas de los seres físicos y también ideas matemáticas. A él pertenecen también el conjunto de ideas morales y políticas a que han de acomodarse la conducta individual y la organización de la convivencia social. Para Platón las ideas no son un aglomerado inconexo de esencias, sino que constituyen un sistema en el que todas se ensamblan y coordinan. La estructura de las ideas es jerárquica y en su cúspide se encuentra la idea de bien, Platón la representa no sólo como la idea suprema, sino también como causa última de la verdad y causa última del ser de todas las cosas.