Teoría del conocimiento
Kant llega a la conclusión de que no todo el conocimiento procede de la experiencia, ya que las facultades humanas tienen un papel activo en la formación del mismo. Por ello, Kant determinará qué disciplinas se constituyen como una ciencia y cuáles no. Ante ello, la metafísica le planteará serias dudas, pues los tres objetos sobre los que pretende obtener conocimiento (Dios, alma y mundo) se sitúan más allá de la experiencia.
Características del conocimiento científico
Universal: los enunciados científicos son siempre verdaderos y se aplican a todos los individuos.
Necesario: los enunciados científicos son válidos para siempre; es decir, son de una forma y no pueden ser de ninguna otra, y negarlos supone caer en contradicción.
Ampliativo: los enunciados científicos deben ampliar nuestro conocimiento; es decir, proporcionar mayor información que la que viene contenida en el sujeto.
Juicios analíticos y sintéticos
Juicios analíticos: se trata de enunciados que establecen una relación de universalidad y necesidad entre sujeto y predicado, pero que no amplían nuestro conocimiento.
Juicios sintéticos: se trata de enunciados que sí amplían la información contenida en el sujeto y, por lo tanto, amplían también nuestro conocimiento. Dentro de ellos podemos distinguir entre:
Juicios sintéticos a posteriori: son enunciados que no establecen vínculo de universalidad y necesidad entre sujeto y predicado, ya que su relación parte de la experiencia.
Juicios sintéticos a priori: son enunciados que establecen una conexión necesaria entre sujeto y predicado, previa a la experiencia.
Metafísica
Para Kant la intuición representa una relación inmediata entre sujeto y objeto de conocimiento. Cualquier realidad que captemos se inserta en un espacio y en un tiempo determinados, es decir, nuestra experiencia de la realidad va a ser siempre espacio-temporal. En consecuencia, espacio y tiempo no son realidades objetivas y absolutas, sino elementos a priori.
Estética trascendental
Estos elementos a priori presentes en la sensibilidad posibilitan además la existencia de dos ciencias:
Geometría: se dedica al estudio del espacio puro, en abstracto.
Aritmética: se trata de una ciencia que se basa en la intuición temporal.
Lógica trascendental
La Lógica Trascendental estudia las condiciones de posibilidad del conocimiento científico a través de dos facultades: el entendimiento, mediante la Analítica Trascendental, y la razón, a través de la Dialéctica Trascendental.
Analítica trascendental
En ella Kant estudiará el entendimiento. Su investigación se centrará en las categorías. Kant, establecerá doce categorías. Estas doce categorías conforman los elementos a priori del entendimiento. El resultado de todo el proceso de conocimiento es lo que Kant denomina fenómeno.
Fenómeno y noúmeno
Kant denomina noúmeno a la realidad previa a la forma de conocer humana. Se trata de aquello que en sí mismo es incognoscible. De este modo, el fenómeno se convierte en el único objeto de conocimiento, ya que es lo que aparece o se nos presenta a través de la experiencia.
Dialéctica Trascendental
En la dialéctica trascendental se estudia la razón, facultad superior humana que busca el fundamento último de nuestras acciones y hechos, e investiga las causas últimas y los primeros principios de la realidad. Por ello, si aplicamos las categorías del entendimiento a estas ideas, nos encontraremos con enunciados contradictorios y falaces. Aún así, para Kant estas ideas tienen una función reguladora.
Psicología racional: conduce a pensar que todas las experiencias internas del sujeto apuntan a la vida psíquica de una persona. Si dicha idea se confunde con una realidad objetiva, estaremos realizando un uso ilegítimo de la razón.
Cosmología: la idea reguladora conduce a dirigir las investigaciones como si el universo fuese un todo en el que sus partes están relacionadas; pero si esta idea se convierte en un objeto de conocimiento llamado mundo, volveremos a realizar un uso inapropiado de la razón.
Teología: tras la realidad material y psíquica existe una realidad trascendente, que es el fundamento incondicional de todo lo demás. A esta realidad la llamamos Dios. Las refuta de la siguiente manera:
Argumento físico-teleológico: A partir del orden y complejidad que encontramos en el mundo, concluimos la existencia de un Dios ordenador como causa.
Argumento cosmológico: Si el mundo es una realidad contingente, su existencia requiere que exista también un ser necesario.
Argumento ontológico: Según Kant, a partir de la definición de Dios como ser perfecto, no podemos concluir su existencia, ya que estaríamos confundiendo el plano lógico con el plano ontológico.
Como conclusión, no se pueden establecer juicios sintéticos a priori sobre el alma, el mundo o Dios, ya que son ideas reguladoras.
Política kantiana
Considera que el ser humano tiene una naturaleza insociable y violenta, por lo que cada persona aspira a satisfacer sus impulsos egoístas. Sin embargo, la naturaleza racional del ser humano hará conscientes a los individuos a establecer un acuerdo. De este modo, los individuos se comprometen a aceptar unas normas de convivencia para vivir sin agresiones ni violencia.
Relación entre Estados: Las ansias de poder y expansión de las diferentes naciones se traducen en constantes agresiones, guerras y conquistas. Por lo tanto, las relaciones internacionales están marcadas por la brutalidad y el odio. De este modo, será la toma de conciencia de que la muerte puede ser el destino final de toda la humanidad, la que obligue a los Estados a alcanzar un acuerdo.
¿Qué debo hacer? El formalismo moral kantiano
Su ética es una ética deontológica, lo que significa que hace recaer el valor moral de las acciones en el concepto de deber. De este modo, se opone a las éticas teleológicas, como la aristotélica, que hacen residir el valor moral en su finalidad.
Fundamentación de la Metafísica de las costumbres
Para Kant, existen otra especie de intuiciones no sensibles que abren un nuevo territorio al margen del metafísico y del científico. Al tratarse de objetos de la intuición no sensible, los considera noúmenos en sentido positivo; es decir, no sirven para la formación del conocimiento científico, pero sí para otras áreas de la vida.
El concepto de deber
Actuar por deber es equivalente a actuar siguiendo la buena voluntad. Según Kant, para saber si un acto es o no bueno, hay que atender a la intención que lo guía. Por ello, lo único realmente bueno sin ninguna restricción es una buena voluntad.
Contrarias al deber. Estas acciones son inmorales.
Conformes al deber, pero realizadas por interés o miedo. Estas acciones carecen de valor moral, y se incluirían en el imperativo hipotético.
Conformes al deber, y realizadas por respeto al deber. Solo estas acciones son moralmente buenas.
El imperativo categórico
Es imperativo porque el deber constriñe la voluntad e impone la acción moral, y es categórico porque la acción, para que sea moral, tiene que ser un fin en sí misma, y nunca un medio para lograr otro fin. En caso contrario, nos encontraremos con el imperativo hipotético, en el cual la voluntad actúa como medio para lograr un fin.
La autonomía moral
Kant denomina, en cambio, autonomía moral al hecho de que sea yo, y no otro, quien deba decidir cuál es mi deber. Una persona es autónoma cuando no está sometida más que a su propia razón, y se impone a sí misma la ley moral. La ética kantiana es, por lo tanto, una ética autónoma, pues es cada persona la que aplica en cada caso el imperativo categórico, dándose su propia ley moral, y estableciendo así mismo su deber con independencia de otras motivaciones externas.
Postulados de la Razón Práctica
Kant separa los conceptos de bondad y felicidad. Aún así, reconoce que lo lógico y racional es que la persona buena sea feliz. Para que la vida moral sea posible, Kant necesita postular las mismas realidades metafísicas que habían sido objeto de crítica en su Razón Teórica, y cuya conclusión negaba que Dios, alma o determinismo físico, pudieran ser demostrados científicamente.