La Teoría Política de Aristóteles
Según Aristóteles, el hombre no puede alcanzar la virtud y, por tanto, la felicidad, al margen de la pólis. De ahí que la ética se subordine a la política, pues aunque ambas tratan sobre cuál es el bien del hombre, sin embargo, dice Aristóteles, “el bien es ciertamente deseable cuando interesa a un solo individuo, pero se reviste de un carácter más bello y más divino cuando interesa a un pueblo y a un Estado entero”. La prudencia es aquella virtud intelectual que nos permite saber cuál es nuestro bien individual, es decir, qué acción es el justo medio (mesótes) adecuado a nosotros; pero, si la aplicamos a discernir cuál es el bien de la pólis (o comunidad civil, se dice en el texto), entonces podemos llamarla política.
Vamos a exponer la teoría política de Aristóteles distinguiendo en ella cinco aspectos:
- El fundamento de la sociabilidad humana.
- El origen de la ciudad.
- El fin (télos) de la vida en sociedad.
- Las formas de gobierno.
- Los grupos humanos en la ciudad.
El Fundamento de la Sociabilidad Humana
La ética se subordina a la política porque el hecho de vivir en sociedad es algo esencial a la naturaleza humana. El hombre, dice Aristóteles, es por naturaleza un animal político (ánthropos phýsei zôon politikón). Y la raíz o fundamento de la sociabilidad humana reside en el hecho siguiente: el hombre es el único animal que posee palabra/lenguaje (lógos) y no sólo voz (phoné). Ésta última permite expresar placer o dolor, miedo o rencor, etc., es decir, algo privado y subjetivo; mientras que aquélla hace posible el acuerdo (gracias al diálogo) entre los hombres sobre lo que es justo o injusto, bueno o malo, etc., y, dice Aristóteles en el texto, “es la comunidad de estas cosas lo que constituye la casa y la ciudad”.
Al hombre, como ente sociable que es por naturaleza, sólo le es posible vivir humanamente y desarrollar con plenitud su ser-hombre, su humanidad, unido en sociedad con otros seres humanos. Esta naturaleza sociable del hombre ha ido constituyendo históricamente una serie de sociedades humanas o comunidades: primero la casa o familia, más tarde la aldea o pueblo, y por fin, la comunidad más perfecta de todas, la pólis o ciudad o comunidad civil.
El Origen de la Ciudad
La ciudad existe por naturaleza (por phýsis), no es algo artificial producido por un acuerdo o convención (por nómos) entre los hombres, como afirmaban los sofistas, ni puede ser creada según la Idea de ciudad perfecta, como pretendió Platón.
El origen de la vida social es que el individuo no se basta a sí mismo: no sólo porque no puede por sí mismo proveer a sus necesidades, sino también porque por sí mismo, es decir, fuera de la ley que conlleva vivir en comunidad y de la educación, no puede alcanzar la virtud y, por tanto, llevar una vida humana. El insocial por naturaleza, dice Aristóteles, o es una bestia (menos que hombre) o un dios (más que hombre).
Esta natural disposición humana a formar comunidades ha ido pasando por tres etapas:
1º) La familia o casa (oikos): es la comunidad primera constituida por la unión de hombre, mujer y esclavos, así como los hijos de todos ellos. El hombre y la mujer se unen para la generación; y el señor y el esclavo para la cooperación y la seguridad de ambos. Es la unidad económica básica, constituida para satisfacer las necesidades cotidianas.
2º) Más tarde, la incorporación de varias casas, originariamente del mismo linaje o familia, dio lugar a la formación de la aldea o pueblo (démos), constituida en vista de las necesidades no cotidianas.
3º) Y, por último, varias aldeas fueron agrupándose de modo natural para constituir una ciudad (pólis), que, dice Aristóteles en el texto, “tiene el extremo de toda suficiencia, y que surgió por necesidades de la vida, pero existe ahora para vivir bien”. Es decir, que la ciudad no sólo es capaz de satisfacer las necesidades materiales de la vida, sino también crear el ámbito moral en el que el hombre puede llegar a vivir bien (=ser feliz, gracias a la práctica de la virtud).
La ciudad es posterior históricamente a las otras formas de comunidad o asociación humanas, pero por naturaleza es anterior a ambas, pues la naturaleza de una cosa es lo que tal cosa llega a ser una vez ha acabado su generación; y la casa y la aldea sólo alcanzan su plena realización cuando llegan a constituir una pólis (=fin natural de aquéllas). Luego ésta estaba presente en aquéllas como su principio natural o forma esencial.
El Fin (Télos) de la Vida en Sociedad
El fin que la naturaleza sociable del hombre persigue alcanzar en la pólis es el vivir bien o felicidad. Pues sólo en la ciudad el hombre, además de satisfacer sus necesidades materiales, llega a actualizar de modo completo su potencial sociabilidad, permitiéndole llevar una vida auténticamente humana, dedicada al ejercicio de la inteligencia y al diálogo, es decir, llevar una vida teorética y conforme a las exigencias de la virtud.
Formas de Gobierno
Un gobierno sólo se justifica/es legítimo si sirve al bien común o bien vivir de los ciudadanos; lo que hace inaceptable una forma de gobierno es que las leyes aprobadas no se dirijan al bien vivir o bien común, sino al bien privado o particular. La clasificación de las formas de gobierno, según Aristóteles, es la siguiente: Según Aristóteles, por naturaleza el hombre se une, al principio, con una mujer, para dejar semejantes tras de sí, y con un esclavo, que ha nacido para ser mandado pues no es capaz de prever las cosas con su mente, para la seguridad. De este modo surgieron las comunidades primeras.
Tabla de Formas de Gobierno
Formas Aceptables (procuran el bien común) | Formas Inaceptables (sólo buscan el bien particular, perjudicando al todo social) |
---|---|
A-Monarquía (gobierno de uno solo en provecho de todos) | I-Tiranía (gobierno de uno solo en perjuicio de todos) |
A-Aristocracia (gobierno de los mejores en provecho de todos) | I-Oligarquía (gobierno de unos pocos en perjuicio de todos) |
A-Democracia (gobierno de la mayoría en provecho de todos) | I-Demagogia (gobierno de la mayoría en perjuicio de todos) |
Aristóteles se inclina por una forma de gobierno que sea un justo medio adecuado a la ciudad particular y conseguido al combinar las tres formas aceptables. Considera que así la ciudad está menos sujeta a turbulencias políticas, es decir, consigue una mayor estabilidad.
Los Grupos Humanos en la Ciudad
El bien vivir o felicidad (auténtico fin –télos– de la pólis), sólo es accesible para los ciudadanos libres, no para los esclavos ni para las mujeres, pues a éstos la naturaleza (“que no hace nada en vano”, dice Aristóteles) los ha creado como utensilios vivientes para la felicidad del hombre libre. Las mujeres y los esclavos son por naturaleza (=esencialmente) incapaces de prever las cosas con su mente y, por tanto, han nacido para obedecer. (Aristóteles afirma que hay hombres que siendo de hecho esclavos, no lo son por naturaleza, sino por accidente, como haber caído prisioneros en la guerra; pero en el caso de las mujeres no hay vuelta de hoja: su naturaleza es tal que no pueden llevar una vida teorética ni, por lo tanto, alcanzar una felicidad {eudaimonía} auténticamente humana.). Asimismo, a diferencia de Platón, Aristóteles no admite que se supriman la familia ni la propiedad privada. La familia, porque como sabemos es la unidad económica básica, es decir, la comunidad primera en la que el hombre satisface las necesidades inmediatas de la vida. Y la propiedad privada, porque todo aquello que no es de nadie o es de todos se descuida más en todos los aspectos que lo que pertenece a uno solo.