VOCABULARIO
PLATÓN
● IDEA. Las ideas son las esencias de las cosas físicas y materiales, pero existen separada e independientemente de ellas en un mundo al que Platón llama mundo inteligible. Las Ideas o Formas son entidades inmateriales, eternas e inmutables y su conocimiento a través de la razón resulta imprescindible para poder comprender las cosas que hay en el mundo físico y material. Entre las Ideas y las cosas físicas existe una relación de participación equivalente a la que existe entre un modelo y sus imitaciones. Por ejemplo, cada ser humano concreto y singular es una copia que imita el modelo representado por la Idea de Ser Humano.
● MUNDO SENSIBLE. Según la Teoría de las Ideas, el mundo sensible es uno de los dos “mundos” que componen la realidad existente (el otro “mundo” o nivel de realidad es el mundo inteligible). El mundo sensible es un nivel de realidad compuesto de objetos físicos y materiales (perros, tizas, mesas…). Platón denomina “sensible” a este “mundo” porque lo captamos a través de los sentidos (vista, tacto…). Los rasgos carácterísticos principales que definen a estos objetos físicos son la temporalidad, el devenir o cambio, y la particularidad. El mundo sensible guarda una “relación de participación” (relación copia – modelo) con el otro nivel de realidad (el mundo inteligible): el mundo sensible imita al mundo inteligible.
● MUNDO INTELIGIBLE. Según la Teoría de las Ideas, el mundo inteligible es uno de los dos “mundos” que componen la realidad existente (el otro “mundo” o nivel de realidad es el mundo sensible). Este nivel de realidad se compone de Ideas o Esencias. Las Ideas son entidades eternas, inmutables e inmateriales. Platón lo denomina mundo o nivel de realidad inteligible porque su conocimiento tiene lugar a través de la facultad de la inteligencia. El conocimiento intelectual y racional de las Ideas o esencias nos permite explicar y comprender las cosas del nivel de mundo sensible.
● MUNDO INTELIGIBLE. Según la Teoría de las Ideas, el mundo inteligible es uno de los dos “mundos” que componen la realidad existente (el otro “mundo” o nivel de realidad es el mundo sensible). Este nivel de realidad se compone de Ideas o Esencias. Las Ideas son entidades eternas, inmutables e inmateriales. Platón lo denomina mundo o nivel de realidad inteligible porque su conocimiento tiene lugar a través de la facultad de la inteligencia. El conocimiento intelectual y racional de las Ideas o esencias nos permite explicar y comprender las cosas del nivel de mundo sensible.
● RAZÓN. Para Platón la razón, la inteligencia es la facultad humana que hace posible el conocimiento científico, tanto el conocimiento matemático como el conocimiento dialéctico (filosófico). Con la razón el ser humano conoce Ideas y es capaz de realizar razonamientos puramente intelectuales acerca de esas Ideas y de sus relaciones entre sí. La razón, para Platón, no sólo tiene una función teórica orientada al conocimiento de las ideas y de la verdad; también tiene una función práctica pues ha de ser la razón la que controle y domine los deseos y las emociones de cara al logro de una vida buena.
● DOXA (OPINIÓN). Se trata de un conocimiento superficial, descriptivo, poco fiable y cambiante que nos muestra lo que son las cosas aparentemente. Los órganos de conocimiento son los sentidos. La realidad a la que se accede a través de él es al nivel de realidad sensible y cambiante (mundo sensible). Dentro del conocimiento sensible u opinión Platón diferencia entre dos modos y grados: conjetura (el hombre concibe como “real” lo que representa una sombra, una imagen o un reflejo), y creencia (conocimiento descriptivo de las cosas físicas que incluye la capacidad para diferenciar las cosas físicas de sus sombras, imágenes o reflejos).
● EPISTEME (CIENCIA). Se trata de un conocimiento razonado y argumentado, fiable y seguro. El órgano de conocimiento es la razón. La realidad a la que se accede a través de la razón es las Ideas o esencias perfectas e inmutables. En este tipo de conocimiento Platón distingue dos modos y grados de conocimiento: inteligencia discursiva (razonamientos de las ciencias matemáticas) e inteligencia intuitiva (razonamientos de la Dialéctica o Filosofía). La ciencia utiliza una metodología basada en el uso de hipótesis (supuestos).
● ALMA. En la concepción dualista del hombre (cuerpo y alma), el alma es la parte inmaterial e inmortal del ser humano. Platón establece una división del alma humana en tres partes, aunque también es cierto que a veces habla de “tres almas”, en lugar de tres partes del alma. Cada una de estas partes (o almas) cumple una función específica en la vida del individuo: alma racional (conocimiento de las Ideas y control de las otras dos almas); alma irascible (emociones), y alma concupiscible (deseos materiales). Esta división platónica del alma aparece bellamente explicada en la imagen del auriga y de los caballos blanco y negro.
● VIRTUD. Para Platón la virtud es una cualidad o disposición que permite al ser humano alcanzar una vida buena y justa. Las virtudes tienen una estrecha relación con el alma humana, y dado que en ésta Platón diferencia tres partes (racional, irascible, y concupiscible) hay tres virtudes fundamentales: sabiduría (conocimiento racional), fortaleza (control racional de las emociones) y moderación (control racional de los deseos materiales). Estas tres virtudes constituyen los tres vértices de “el triángulo de una vida buena”.
● JUSTICIA. Concepto clave de la ética y de la política platónicas. En la ética el concepto de “justicia” hace referencia al equilibrio que tiene que existir en el ser humano entre las partes de su alma (razón, emoción y deseo). En el terreno político, la justicia es la virtud fundamental de la ciudad. Una “ciudad justa” es una ciudad donde exista un equilibrio entre las tres clases sociales que la componen (productores, militares y gobernantes). Dicho equilibrio se logra aplicando el principio de especialización funcional: que cada ciudadano, incluido dentro de una clase social por sus capacidades y cualidades, desarrolle exclusivamente aquella función para la que está más capacitado.
ARISTÓTELES
● SUSTANCIA. Aristóteles llama «sustancias» a las cosas concretas y particulares que componen la realidad. Las sustancias tienen una estructura hilemórfica ya que están compuestas de una materia («hyle») y de una forma («morphé»). Estos dos componentes sólo son separables «en abstracto». En la realidad, materia y forma constituyen un conjunto inseparable (no existe materia sin forma, ni existe la forma sin materia). La materia es el componente físico de las sustancias. La forma es el conjunto de cualidades específicas de una sustancia que hacen que sea la sustancia que es. Aristóteles distingue entre dos tipos de forma: la forma esencial o esencia y las formas accidentales.
● CIENCIA. Aristóteles establece una distinción entre dos tipos de saber o conocimiento: el saber o conocimiento teórico, y el saber o conocimiento práctico. El saber o conocimiento teórico trata sobre la contemplación y explicación «desinteresadas» de la realidad. Dentro de este saber teórico se encuadra para Aristóteles la Ciencia a la que Aristóteles define como «el conocimiento universal y necesario de los principios y causas de la realidad». La ciencia se encarga de «lo universal», es decir, de lo que vale para todos los casos particulares y esto marca una distancia muy grande respecto a la mera opinión, que suele girar precisamente respecto a alguna circunstancia particular y concreta.
● HILEMORFISMO. Expresión utilizada para hacer referencia a la concepción aristotélica de la realidad. Según esta concepción, la realidad se compone de cosas concretas y singulares denominadas sustancias. Las sustancias tienen una estructura hilemórfica ya que están compuestas de una materia («hyle») y de una forma («morphé»). Estos dos componentes sólo son separables «en abstracto». En la realidad, materia y forma constituyen un conjunto inseparable (no existe materia sin forma, ni existe la forma sin materia). La materia es el componente físico de las sustancias. La forma es el conjunto de cualidades de una sustancia que hacen que sea la sustancia que es. Aristóteles distingue entre dos tipos de forma: la forma esencial y las formas accidentales.
● POTENCIA. Es el conjunto de capacidades o posibilidades de cada sustancia de la realidad. Para Aristóteles, una cosa no se agota solo en lo que es en el momento actual, sino que encierra un cúmulo de opciones, que pueden realizarse o no en el futuro. Estas posibilidades existen en las sustancias «en potencia». El cambio que experimentan las sustancias es el proceso por el cual «la potencia» de una sustancia se convierte en «acto», es decir, el cambio no es más que la realización de aquello que en las sustancias es mera posibilidad.
● ACTO. Es el conjunto de cualidades de la sustancia que están realizadas en el momento «actual». Acto es, pues, sinónimo de «realización»: el acto es una posibilidad que deja de serlo para constituirse en realidad palpable. El cambio que experimentan las sustancias es el proceso por el cual «la potencia y posibilidad» de una sustancia se convierte en «acto», es decir, el cambio no es más que la realización de aquello que en las sustancias es mera posibilidad.
● CAUSA. «Causa» es cualquier factor que interviene en la existencia de un determinado fenómeno de la realidad, concretamente los fenómenos de cambio y modificación que experimentan las sustancias de la realidad. Según Aristóteles, son cuatro las causas: material, formal, eficiente y final [incluir una breve definición de cada una de estas cuatro causas: consultar apartado 2.5 Las causas del cambio].
● ABSTRACCIÓN. Esta palabra resume el proceso de conocimiento del ser humano, tal y como lo concibe Aristóteles. La abstracción es la formación de conceptos que nos sirven para comprender y explicar mejor la realidad. Estos conceptos han de ser tan «generales» como sea posible, para que de esta forma tengan más capacidad explicativa. El conocimiento parte siempre de lo particular, pero los objetos «imprimen» su forma (carácterísticas, cualidades) en el entendimiento del sujeto que se encarga después de construir los conceptos correspondientes. En el proceso de abstracción la razón extrae del objeto concreto percibido la «forma esencial» que comparten todas las cosas de una misma especie y es así como, mediante la abstracción, la razón forma los conceptos de validez general.
● ALMA. Es el principio de vida de los seres vivos y motor de todas las actividades que pueden realizar por sí mismos. Para Aristóteles todos los seres vivos tienen «alma». En el caso del ser vivo «Hombre» encontramos tres almas: a) alma vegetativa (presente también en las plantas y en los animales), que comprende las actividades biológicas más básicas, como la nutrición, el crecimiento y la reproducción; b) alma sensitiva (presente también en los animales), que comprende la actividad del conocimiento sensible (la percepción de la realidad por los sentidos), la actividad apetitiva (los deseos), y la actividad locomotriz; y c) alma racional (exclusiva del ser humano), que posibilita la actividad pensante mediante la que el humano es capaz de comprender y explicar la realidad.
● FELICIDAD. Es el bien supremo del hombre. Para Aristóteles, la felicidad se identifica con la plenitud y la autorrealización. El hombre logrará ser feliz cuando se autorrealice y alcance su plenitud y perfección como ser humano. Dado que para Aristóteles la razón es lo que diferencia al ser humano de cualquier otro ser vivo, Aristóteles propone como ideal de felicidad perfecta una vida dedicada a la actividad contemplativa y teórica (actividad científica y filosófica) y una vida repleta de decisiones y acciones orientadas racionalmente («vivir racionalmente»). La realización de este ideal feliz conlleva la posesión de ciertas disposiciones de tipo moral que Aristóteles denomina «virtudes», todas ellas fundamentadas en una «regla» establecida por la prudencia y que recomienda actuar siempre elegir el término medio entre dos extremos, uno por exceso y otro por defecto.
● VIRTUD. Concepto central de la ética aristotélica. Las virtudes son disposiciones, tendencias de acción consistentes en elegir el término o justo medio entre dos extremos llamados «vicios», uno por exceso y otro por defecto. Según Aristóteles, todas las virtudes se basan en esta «regla de oro» general que la propia razón nos dicta y que podemos aplicar a cualquier situación: «Actúa de tal manera que siempre optes por el camino del justo medio». Por ejemplo, la valentía es el término medio entre la cobardía y la temeridad; la modestia es el término medio entre la humildad y la vanidad; la generosidad es el término medio entre la tacañería y la prodigalidad… Todas estas virtudes éticas constituyen nuestro «carácter» (una especie de «segunda naturaleza» que se superpone a nuestra «naturaleza original» y la sustituye) y se adquieren a través del hábito y la costumbre.
● POLIS (CIUDAD). De los tres tipos de comunidad que existen según Aristóteles, la ciudad o comunidad política es el más importante (los otros dos son la familia y la aldea). Es la comunidad más importante porque garantiza, además de la defensa y del intercambio comercial, el logro de una vida feliz y bella para los ciudadanos, una vida perfecta y autosuficiente, ya que es en el espacio público de la ciudad donde el ser humano logra alcanzar su meta más elevada: la felicidad.
Tomás de Aquino
● RAZÓN. La razón es una capacidad intelectual que permite al ser humano conocer la verdad. La razón utiliza la argumentación, la demostración y la verificación mediante el testimonio de la experiencia como procedimientos metodológicos para llegar al conocimiento de la verdad. Según Tomás de Aquino, la razón parte siempre de la experiencia empírica y a partir de ella intenta elaborar conceptos abstractos para comprender la realidad. Mediante la razón el ser humano puede llegar al descubrimiento de dos tipos de verdades: las verdades naturales (verdades accesibles únicamente a la razón) y los preámbulos de la fe (verdades de fe accesibles a la razón). Esta concepción de la razón, y del conocimiento en general, es similar a la aristotélica, pero conviene señalar una diferencia importante: en toda la filosofía medieval la razón se va a poner siempre en relación con la fe.
● FE. La fe consiste en la creencia firme en la verdad de determinados enunciados acerca de «cuestiones sobrenaturales» (relativas a Dios) sin necesidad de demostración, argumentación y verificación. A estas verdades de la fe Tomás de Aquino las denomina «artículos de fe». Según Tomás de Aquino, no hay incompatibilidad entre la fe y la razón en el sentido de que se contradigan acerca de determinadas cuestiones. En contra de lo que sosténía la teoría de la doble verdad defendida por el averroísmo latino (posibilidad de contradicción entre razón y fe), Tomás de Aquino considera que este «conflicto» entre facultades de conocimiento no puede producirse. La existencia de algún «choque» entre lo que dice la razón (la filosofía, la ciencia) y la fe (la religión) demuestra que la razón debe revisar su manera de proceder pues tales discrepancias son imposibles.
● VERDAD. Según Tomás de Aquino, mediante la razón y la fe el ser humano es capaz de descubrir diferentes tipos de verdades: verdades naturales, artículos de fe, y preámbulos de fe. Las «verdades naturales» son aquellas verdades que el ser humano conoce haciendo uso exclusivamente de la razón; las verdades matemáticas o científicas son verdades de este tipo. Los «artículos de fe» son verdades que sobrepasan el poder natural de la razón humana y que el ser humano conoce exclusivamente mediante la fe; de este tipo de verdades se ocupa la Teología Revelada. Finalmente, los «preámbulos de fe» son verdades que pueden ser aceptadas mediante la fe pero que también lo son por la razón humana. Un ejemplo de estas verdades es el enunciado Dios existe. Este tipo de verdades son las verdades de las que se ocupa la Teología Natural y Racional.
● Dios. Dios es un ser cuya existencia se demuestra según Tomás de Aquino mediante cinco argumentos racionales denominados vías. La conclusión a la que llega la razón en cada una de estas vías señala que Dios es «motor inmóvil» (responsable del movimiento del universo), la «causa primera de todo lo existente», el «ser necesario que explica la existencia de todo lo contingente», un «ser con la máxima perfección» y la «inteligencia ordenadora que explica el funcionamiento del universo». Por otro lado, si queremos afirmar algo sobre la esencia de Dios (su «naturaleza»), podemos hacerlo de dos maneras: mediante el procedimiento de «la negación» y mediante el procedimiento de «la eminencia». Mediante el procedimiento «negativo» podemos «negar» en Dios todo lo que significa limitación o imperfección; mediante el procedimiento de «la eminencia», podemos afirmar en él en grado sumo todo aquello que descubrimos como positivo o valioso en la naturaleza (belleza, inteligencia, poder, bondad…).
● ESENCIA. Es el conjunto de rasgos por los que una cosa es lo que es y permiten distinguirla y separarla de otras cosas. Por ejemplo, la esencia del hombre es «animal racional». Siguiendo a Aristóteles, Tomás de Aquino contrapone la «esencia» al «accidente». La «esencia» es el equivalente a la «forma esencial» aristotélica y se define como aquel rasgo que hace que una cosa sea «especial», es decir, de una especie determinada; los «accidentes», en cambio, son las carácterísticas que una cosa tiene pero que podría no tener sin dejar de ser la especie de cosa que es. Por ejemplo, «ser gordo» es un accidente pues si una persona deja de serlo, es decir, adelgaza, sigue siendo un ser humano. Tomás de Aquino también distingue entre «esencia» y «existencia»: dado que podemos saber la «esencia» de algo sin saber todavía si ese algo existe parece razonable concluir que son cosas distintas. En el caso de los «seres contingentes» (las cosas creadas) la esencia se distingue claramente de su existencia y por eso existen pero pueden no existir. Dios, en cambio, es un ser necesario: su esencia implica el existir y por eso existe eternamente.
● EXISTENCIA. Para Tomás de Aquino la existencia es el hecho de que algo que tiene una determinada esencia exista. En los «seres contingentes» (aquellos que existen pero pueden no existir) la existencia no está incluida en su esencia y por eso no son eternos sino temporales ya que para que un ser contingente exista es necesario que otro ser le dé la existencia. En cambio, Dios es un «ser necesario» que no puede no existir y por eso es eterno; Dios es el único ser en cuya esencia está incluido como uno de sus rasgos la existencia.
● CREACIÓN. La creación es, según Tomás de Aquino, el origen de todo ser a partir de la causa universal, que es Dios. La creación es, por tanto, el acto por el cual Dios, ser necesario, concede la existencia a todo cuanto existe, que se caracteriza por la contingencia. Para Tomás de Aquino este acto se realiza «desde la nada», y por tanto también la materia sería una creación divina, alejándose de esta manera de otras cosmologías como la griega (mito platónico del Demiurgo), para la cual la materia es eterna.
● LEY NATURAL. Para Tomás de Aquino la ley es una regla o mandato que se fundamenta en la razón y que establece cómo se debe obrar. La «ley natural» es la ley inscrita en la razón de todo ser humano. La ley natural es una «participación» de la ley eterna divina, es decir, la ley natural indica lo que Dios ha establecido, y por tanto, se fundamenta en Dios. La ley natural no es convencional, es inmutable y es universal (la misma para todos los seres humanos). Dado que Dios gobierna todas las cosas, también la vida humana, lo bueno y lo malo para el hombre es lo que Dios ha ordenado. Por ejemplo, la ley natural divina establece, entre cosas, el cuidado y conservación de la propia vida o la procreación y el cuidado de los hijos.
● LEY POSITIVA. Para Tomás de Aquino la ley es una regla o mandato que se fundamenta en la razón y que establece cómo se debe obrar. Tomás de Aquino establece una distinción entre «ley natural» y «ley positiva». La «ley positiva» es el conjunto de leyes promulgadas por los gobernantes. Según Tomás de Aquino, la ley positiva debe ser expresión de la ley natural, la cual es a su vez expresión de la ley eterna divina. Desde este punto de vista, aquellas «leyes positivas» que sean contrarias a la ley natural (contra natura) no son «leyes justas» y está justificado que el ciudadano se niegue a cumplirlas, mientras que aquellas leyes positivas que están en consonancia con la ley natural divina son «justas» y el ciudadano está obligado a obedecerlas.
Descartes
➘ RAZÓN. La razón (Descartes la llama también «buen sentido») es la capacidad humana de distinguir entre la verdad y la falsedad, la facultad de diferenciar lo verdadero de lo falso. La razón está repartida de forma equitativa en todos los seres humanos: todos los seres humanos somos “racionales” pues todos estamos dotados de razón. El hecho de que unos seres humanos consideren como verdadero lo que es falso, y como falso lo que es verdadero se debe a que «aplican» de manera diferente la razón. Es decir, la clave de que la razón se acerque o se aleje de la verdad está en el método que sigue la razón en «la aventura del conocimiento».
➘ CERTEZA. Siguiendo la primera de las reglas del método cartesiano, la regla de la evidencia, «sólo puede ser considerado como cierto aquel conocimiento que sea evidente, es decir, aquel conocimiento cuya verdad esté libre de toda duda o sospecha». El criterio de certeza que permite a nuestra mente distinguir lo evidente de lo que no es evidente es «la claridad» y «la distinción». La claridad y la distinción son, pues, los rasgos principales de la evidencia, y en consecuencia, de la certeza. Un conocimiento es «claro» cuando se presenta a la mente de un modo manifiesto. Lo contrario de la claridad es la «oscuridad». La distinción es el otro de los rasgos principales que definen a los conocimientos ciertos, verdaderos y evidentes. Un conocimiento se presenta con «distinción» en nuestra mente cuando aparece con precisión y completamente separado de otros conocimientos ajenos. Lo contrario de la distinción es la «confusión».
➘ MÉTODO. Conjunto de reglas propuestas por Descartes cuyo cumplimiento garantiza la adquisición de un conocimiento cierto y fiable. El método que diseña Descartes es un método similar al empleado en las Matemáticas. Esas reglas metodológicas son la regla de la evidencia, la regla del análisis, la regla de la síntesis, y la regla de la enumeración y de la revisión. La «regla de la evidencia» establece que solamente hay que admitir como verdadero y cierto aquello que es «evidente», es decir, aquello en lo que no cabe el más mínimo motivo para dudar de su verdad y certeza. La «regla del análisis» establece que hay que dividir y descomponer los conocimientos complejos hasta llegar a los elementos más simples que los constituyen. La «regla de la síntesis» consiste en proceder (deducir) con orden en nuestros pensamientos y razonamientos, pasando desde lo más simple y fácil de conocer hasta el conocimiento de lo más complejo y difícil. La cuarta regla se llama «regla de la enumeración y revisión» y establece que hay que revisar todo el proceso de análisis y síntesis para ver si se ha desarrollado correctamente, especialmente el proceso deductivo de obtención de lo más complejo a partir de lo más simple. Es fundamental para ello enumerar los pasos dados con tal de no omitir ninguno y saber en cada momento cómo ha tenido lugar el proceso deductivo.
➘ DUDA. La «duda» es la actividad que implica la aplicación de la primera regla del método cartesiano: la regla de la evidencia. Dado que sólo es cierto lo evidente y lo evidente es lo indudable, Descartes se propone analizar todos sus conocimientos para ver cuáles de ellos son indudables, es decir, evidentes. La duda cartesiana es una duda metódica en cuanto que se trata de un procedimiento metodológico para alcanzar algo indudable y cierto. La duda es un punto de partida que se adopta para intentar descubrir si hay algo indudable. En el momento en que se llegue al descubrimiento de alguna verdad indiscutible se abandona la duda como recurso metódico. Por eso, la duda es algo provisional que se acepta durante una parte del proceso pero que se abandona en el momento en que la duda nos permita llegar a algo incuestionable. La duda cartesiana es una duda general ya que pone en cuestión todos los conocimientos que tenemos, tanto los procedentes del sentido común y la experiencia sensible, como los adquiridos mediante procedimientos más racionales.
➘ EVIDENCIA. Para Descartes la evidencia es el criterio de «lo cierto» y de ahí que «evidencia» y «certeza» sean expresiones sinónimas. Teniendo en cuenta la primera de las reglas del método cartesiano, la regla de la evidencia, «sólo puede ser considerado como cierto aquel conocimiento que sea evidente, es decir, aquel conocimiento cuya verdad esté libre de toda duda o sospecha». El criterio de certeza que permite a nuestra mente distinguir lo evidente de lo que no es evidente es «la claridad» y «la distinción». Un conocimiento es «claro» cuando se presenta a la mente de un modo manifiesto. Lo contrario de la claridad es «la oscuridad». La distinción es el otro de los rasgos principales que definen a los conocimientos ciertos, verdaderos y evidentes. Un conocimiento se presenta con «distinción» en nuestra mente cuando aparece con precisión y completamente separado de otros conocimientos ajenos. Lo contrario de la distinción es «la confusión».
➘ COGITO. Expresión latina relacionada directamente con la frase «Pienso, luego existo» (en latín, cogito ergo sum) y que hace referencia al descubrimiento, tras la aplicación de la duda metódica, de una verdad indudable: la existencia de una realidad («el yo propio») que tiene como atributo «el pensar», «la consciencia». Una vez que ha sido descubierta esta verdad incuestionable, una verdad clara y distinta (la existencia del yo como una cosa pensante), Descartes la va a considerar como el primer principio o punto de arranque a partir del cual Descartes va a fundamentar el sistema filosófico que pretende construir.
➘ IDEA. Las ideas son contenidos de la mente que tienen la capacidad de representar algo. Hay tres tipos de ideas en nuestra mente: adventicias, facticias e innatas. Las ideas adventicias (calor, suavidad, color, caballo, hombre…) son representaciones o imágenes mentales de cosas y cualidades externas que existen fuera de la mente. El origen de estas ideas se encuentra en la experiencia, es decir, en la información que nos aportan los sentidos. Las ideas facticias (centauro, sirena) son aquellas ideas que construye arbitrariamente e inventa la mente a partir de las ideas adventicias. El origen de estas ideas es la imaginación. Finalmente, las ideas innatas (Dios) son ideas que están presentes en la mente pero ni provienen de los sentidos (experiencia) ni se han formado por composición a partir de los datos de experiencia de los sentidos. Se trata de ideas que la mente, en su actividad pensante, desarrolla por sí misma. El origen de estas ideas es la propia mente o facultad racional.
➘ SUSTANCIA. Descartes denomina «sustancia» a los diferentes «sectores ontológicos» de la realidad, es decir, a las diferentes «realidades» que componen la totalidad de lo existente. Cada una de estas sustancias y sectores de realidad tiene un único rasgo que constituye su esencia y naturaleza y al que Descartes denomina «atributo». A las distintas formas bajo las que se presenta el atributo que define a cada sustancia Descartes las denomina «modos». Para Descartes hay tres tipos de sustancias: «mentes pensantes» (res cogitans), «las cosas materiales que componen el mundo» (res extensa), y «Dios» (res infinita).
Hume
➘ ESCEPTICISMO. El escepticismo es una corriente filosófica que consiste en dudar de la validez del conocimiento humano, planteando argumentos que de una forma u otra pretenden derribar cualquier pretensión de verdad. El escepticismo puede entenderse así como teoría filosófica, pero también como una actitud vital que consiste en desconfiar de toda verdad. Los inicios del escepticismo se remontan a Pirrón, un filósofo griego de la época helenística. En la Filosofía moderna, Hume, con su Empirismo consecuente, será uno de los mayores escépticos, pues desconfía de la verdad de conceptos como causalidad, yo, Dios, mundo material…
➘ EXPERIENCIA. Para Hume, y en general, para todos los filósofos empiristas, la experiencia (las impresiones) es la fuente fundamental del conocimiento. Todo lo que el ser humano puede conocer proviene de la información que proporciona la experiencia. Hay dos tipos de experiencia: experiencia externa y experiencia interna. La experiencia externa es la información proporcionada por los sentidos acerca de lo que hay en la realidad externa a la mente del sujeto: cosas físicas con sus cualidades sensibles (colores, formas, olores….). La experiencia interna es la información proporcionada por una reflexión introspectiva acerca de lo que el sujeto siente y vive en su interior (la vida anímica): emociones, sentimientos, pasiones…
➘ PERCEPCIÓN. Hume llama «percepción» a todo contenido que ocupa nuestra mente. Las percepciones son el material básico del que está hecho el conocimiento humano (son algo así como los ladrillos de los que está hecho el edificio del conocimiento humano). Hay dos tipos de percepciones, dependiendo del grado de vivacidad, fuerza e intensidad con el que se presentan a nuestro entendimiento: impresiones e ideas.
➘ IMPRESIONES. Las impresiones son percepciones vivas, fuertes e intensas. Su origen es la experiencia, tanto externa (sensaciones producidas por los sentidos) como interna (vivencia de estados internos). Todas las sensaciones, emociones y pasiones que experimentamos en el momento en que las «sentimos» son impresiones.
➘ IDEAS. Las ideas son percepciones tenues o débiles. El grado de vivacidad, fuerza o intensidad en la mente es menor que el de las impresiones. Su origen son las impresiones. De hecho, las ideas son algo así como las imágenes debilitadas, copias o huellas que dejan las impresiones en nuestra mente y por tanto, según Hume, no hay ideas innatas en nuestra mente. Las ideas son el material básico que utiliza nuestra mente cuando piensa y razona. [Si tienes tiempo deberías hacer referencia a los dos principios a los que hace referencia Hume y que tienes explicados en los apuntes: el principio de la copia, y el principio de la asociación de las ideas y sus leyes].
➘ HÁBITO. El hábito es una predisposición, originada por la repetición constante de determinados sucesos, mediante la cual la mente o entendimiento afirma qué hechos van a ocurrir. En este sentido, la costumbre o hábito se convierte para Hume en el fundamento alternativo a la causalidad como fundamento para aquellas ciencias que explican y predicen hechos (ciencias empíricas), y también para la vida diaria. Como dice Hume, más que la razón, la costumbre, el hábito es la guía de la vida humana y el fundamento de nuestras inferencias [razonamientos] causales y de nuestras expectativas respecto de los acontecimientos futuros.
➘ CAUSALIDAD. La causalidad es uno de los principios fundamentales de la filosofía y ciencia tradicionales, y puede enunciarse de la siguiente manera: «Dados dos hechos, A y B, A es causa de B cuando dado A se produce necesariamente B. Esto supone que dado A, y antes de que se produzca B, la mente es capaz de predecir con seguridad y certeza que B se va a producir». Según la concepción tradicional de este principio, existe una conexión necesaria entre dos hechos: el hecho causa y el hecho efecto. Que la relación o conexión entre los hechos es «necesaria» quiere decir que la presencia del hecho causa provoca inevitablemente el hecho efecto. Por ejemplo, decimos que si ponemos un cazo de agua al fuego el efecto necesario e inevitable es que el agua se calentará. Desde su enfoque empirista del conocimiento humano, Hume pretende poner en cuestión la existencia de conexiones necesarias entre hechos de la realidad. Según Hume, no tenemos «información empírica» alguna que permita afirmar que las conexiones necesarias causales entre hechos existen. Es decir, carecemos de la impresión de la que se pueda derivar la idea de conexión necesaria entre dos hechos.
➘ CREENCIA. Hume define la creencia como «un sentimiento» por el cual estamos convencidos de que se van a producir en la realidad determinados hechos. El origen de la creencia está en el hábito y la costumbre: el ver durante sucesivas veces que se producen determinados hechos nos lleva a pensar, a «creer» que en el futuro también se van a producir. Ahora bien, el hábito y la costumbre no pueden originar una verdad y una certeza equiparable a la existente en las relaciones entre ideas pues es concebible, pensable -y ello no es contradictorio- que ocurra otra cosa distinta a la esperada por el hábito o costumbre.
➘ SENTIMIENTO. «El sentimiento» juega un papel muy importante en la filosofía de Hume, tanto en su teoría del conocimiento como en su teoría ética. En el ámbito de la ética Hume defendíó una teoría conocida como «emotivismo moral». La tesis principal de esta teoría ética es que el fundamento de la catalogación de las acciones humanas como “buenas” o “malas”, “justas” o “injustas” desde el punto de vista moral se encuentra en las emociones y sentimientos (de “agrado” o “desagrado”) que esas acciones despiertan en los seres humanos. Cuando alguien hace un juicio de valor moral acerca de un hecho (“robar es malo”; “ayudar a quien lo necesita es bueno”), lo único que hacemos es expresar los sentimientos que provoca en nosotros ese hecho. En el ámbito del conocimiento humano, el sentimiento juega también un papel fundamental ya que la confianza del ser humano en las predicciones que es capaz de hacer no es una confianza racional sino una confianza más bien psicológica (“un sentimiento”) producto del hábito y la costumbre.
Kant
➘ SENSIBILIDAD. La «Sensibilidad» es la facultad que interviene en la primera fase del proceso cognoscitivo. En esta primera fase, el sujeto «recibe» información empírica de la realidad (sensaciones). Esta información es estructurada mediante los elementos trascendentales (formas a priori) de «el espacio» y «el tiempo». Es decir, todo lo que experimentamos (vemos, oímos…) lo situamos en un lugar («espacio») y en un momento («tiempo») porque es la «manera de percibir» que tenemos los seres humanos.
➘ ENTENDIMIENTO. El «Entendimiento» es una facultad que permite al ser humano «comprender» los fenómenos (información empírica ordenada espaciotemporalmente). Esta comprensión la realiza el entendimiento a través de «conceptos». Los conceptos dotan de sentido y significado a la multitud de sensaciones. Según Kant, hay dos tipos de conceptos: conceptos empíricos, y conceptos puros o categorías. Los conceptos empíricos provienen de la experiencia en el sentido de que están hechos de «materia empírica»: después de observar y comparar diversos objetos se extraen las carácterísticas comunes y así es como se forman estos conceptos. Las categorías o conceptos puros no provienen de la experiencia (por eso Kant los llama «puros», es decir, no contaminados de información empírica) sino que forman parte de la estructura mental del ser humano. Las categorías son conceptos vacíos de contenido y necesitan el material que aporta la sensibilidad («fenómenos») para «llenarse». Estas categorías son doce y entre ellas se encuentran las de «sustancia» y «causa».
➘ RAZÓN. En la filosofía kantiana la palabra «razón» tiene dos significados: uno más general y otro más restringido. En su uso más general, la razón es para Kant la capacidad de conocer y comprender la realidad («uso teórico de la razón») y la facultad de establecer normas e imperativos morales que indican al ser humano cómo debe actuar («uso práctico de la razón»). En su uso más restringido, la razón es para Kant una facultad cognoscitiva que permite al ser humano buscar principios más generales que permitan abarcar una mayor cantidad de fenómenos y buscarle un fundamento último. Esta fundamentación la pretende realizar la razón mediante tres ideas trascendentales: la idea trascendental de «Alma» o «Yo», la idea trascendental de «Mundo», y la idea trascendental de «Dios».
➘ A PRIORI. En la filosofía kantiana la expresión «a priori» se utiliza para hacer referencia a los elementos, estructuras o conocimientos que no tienen un origen empírico pues descansan en la naturaleza de nuestra razón. Por ejemplo, el espacio, el tiempo, las categorías o las ideas trascendentales de alma, mundo y Dios son estructuras «a priori» ya que no proceden de la experiencia sino que forman parte del equipaje mental innato del sujeto. En un sentido más restringido, Kant utiliza la palabra para calificar a aquellos juicios que son necesariamente verdaderos porque el predicado está incluido en el sujeto. Por ejemplo, la frase Los alumnos del IES Venancio Blanco están matriculados es un juicio “a priori”.
➘ A POSTERIORI. En la filosofía kantiana la expresión «a posteriori» se utiliza para hacer referencia a aquello que tiene su origen en la experiencia. En un sentido más restringido, Kant utiliza la palabra para calificar a aquellos juicios que elaboramos sobre la realidad a partir de la información que extraemos de la experiencia. Por ejemplo, la frase Los alumnos del IES Venancio Blanco son estudiosos es un juicio “a posteriori”.
➘ CATEGORÍA. Conceptos innatos del entendimiento. Las categorías o conceptos puros no provienen de la experiencia (por eso Kant los llama «puros», es decir, no contaminados de información empírica) sino que forman parte de la estructura mental del ser humano y hacen posibles los juicios en los que se materializa nuestra comprensión de la realidad. Las categorías son conceptos vacíos de contenido y necesitan el material que aporta la sensibilidad («fenómenos») para «llenarse». Estas categorías son doce y entre ellas se encuentran las de «sustancia» y «causa».
➘ FENÓMENO. Conjunto de sensaciones estructuradas por las formas a priori de la sensibilidad (el espacio y el tiempo). El «fenómeno» es la información recibida en la primera fase del conocimiento humano. Hay dos tipos de «fenómenos»: los fenómenos físicos u objetivos (las sensaciones estructuradas espacialmente procedentes de la experiencia externa: colores, olores, formas…) y los fenómenos psíquicos o subjetivos (las sensaciones estructuradas temporalmente procedentes de la experiencia interna: sentimientos, recuerdos, pensamientos…).
➘ Noúmeno. También llamado «cosa en sí». Es la realidad que «está ahí» pero que no podemos conocer porque lo que conocemos está ya mediatizado por nuestras estructuras de conocimiento (espacio, tiempo, categorías).
➘ IMPERATIVO CATEGÓRICO. Los imperativos categóricos (en plural) son aquellos mandatos morales que prescriben y ordenan realizar una acción de forma incondicionada, es decir, son mandatos que ordenan hacer algo porque la razón descubre la bondad de esa acción, independientemente de lo que con ella se pueda conseguir o de las circunstancias en las que se encuentra el sujeto. Por ejemplo, “no debes matar”. El imperativo categórico (en singular) hace referencia a esa fórmula moral que el ser humano es capaz de extraer de su propia razón y que ha de ser aplicada en cada situación en la que el sujeto se plantee cómo debe actuar para hacer lo correcto. Esta “fórmula general categórica” tiene varias formulaciones pero destacan dos: a) “Obra siempre de tal manera que puedas querer que la regla de tu acción sea ley universal válida para todos los hombres”; y b) “Obra siempre de tal manera que trates a los demás seres humanos como fines en sí mismos y nunca como medios para conseguir algún fin”.
➘ AUTONOMÍA. Es uno de los rasgos distintivos de la ética de Kant, y consiste en la capacidad del sujeto de darse normas a sí mismo. Esas normas las formula el ser humano desde su razón. Dado que esas normas morales proceden de sí mismo, concretamente de su razón, el ser humano se convierte en un ser autónomo capaz de actuar respetando una ley que se ha dado a sí mismo. Frente a la heteronomía moral propia de las religiones y de otras teorías éticas (las leyes morales son impuestas «desde fuera», ya sea por Dios, por la sociedad, por inclinaciones naturales humanas…), la ética kantiana defiende la autonomía moral del ser humano: la ley moral procede del sujeto mismo, concretamente de su razón; es el sujeto mismo quien se «autogobierna» moralmente.
Marx
➘ DIALÉCTICA. Se trata de un esquema conceptual que Marx hereda del filósofo alemán Hegel y que serviría para ofrecer una explicación del devenir de la realidad y de la historia de la humanidad. La tesis central de la dialéctica consiste en afirmar que el conflicto, la lucha y la oposición son el fundamento último de los cambios que experimenta la realidad en su conjunto. Siguiendo el esquema hegeliano, la dialéctica estará organizada en tres momentos: tesis-antítesis-síntesis. El tercer momento, la síntesis, que supera el conflicto de tesis y antítesis conservando alguno de sus rasgos, sería el punto de partida para un nuevo proceso dialéctico.
➘ MATERIALISMO HISTÓRICO.Teoría según la cual los cambios sociales, políticos e ideológicos que se producen a lo largo de la historia se explican a partir de los cambios que se dan en la manera como los seres humanos producen los bienes de consumo, es decir, en la organización de la actividad económica. Aplicando a la Historia el esquema de la dialéctica, la tesis central del materialismo histórico consiste en afirmar que la lucha de clases es el motor de la historia. Así, para Marx, las condiciones materiales de vida estarían en la base de la historia, y habría que buscar en la oposición de clases sociales y en la economía la explicación de todo cuanto acontece. La historia de la humanidad se podría resumir en la sucesión de los diferentes modos de producción, y en cómo en cada uno de ellos una clase social domina sobre otra en la producción de riqueza y esta dominación se traslada a la sociedad y la cultura, configurando todos los ámbitos de la vida.
➘ PRAXIS. La «praxis» es la acción mediante la que el ser humano, a través de su trabajo, transforma la realidad y obtiene los bienes que necesita para sobrevivir. En la «praxis»(actividad productiva) el individuo establece relaciones sociales con otros individuos. De ahí que Marx hable de “producción social de la vida”: el hombre se “relaciona” con otros hombres para “producir” aquellas cosas que permiten satisfacer sus “necesidades vitales” (comida, vivienda, vestido, etc.). El concepto de “praxis” también tiene mucho que ver con la concepción que Marx tiene de la filosofía como una disciplina fundamentalmente «práctica», volcada a la acción transformadora de la realidad. Esta concepción marxista de la Filosofía aparece claramente reflejada en su frase: “Hasta el momento los filósofos han interpretado el mundo, y de lo que se trata es de transformarlo”.
➘ ALIENACIÓN. La palabra «alienación» es utilizada por Marx para hacer referencia a la situación de «distorsión» y «deformación» en la que se encuentra la clase social explotada en aquellos modos de producción en los que la clase social explotadora tiene la propiedad privada de los medios de producción, especialmente en el modo de producción burgués o capitalista. Karl Marx habla dediferentes tipos de alienación: económica, social, jurídica y política, y religiosa. La principal de todas es la económica pues es la base de las otras formas de alienación. La alienación económica consiste en afirmar que en los modos económicos de producción en los que existe la propiedad privada de los medios de producción, especialmente en el capitalista, el trabajo (actividad específicamente humana) «no dignifica» al trabajador sino que es un instrumento de explotación que hace que el trabajador se encuentre «extrañado» realizándolo.
➘ INFRAESTRUCTURA. Es la estructura o base económica de una época histórica. La infraestructura es el modo de organizar la producción, distribución y producción de bienes en una sociedad determinada. En este sentido la infraestructura es equivalente a lo que es el modo de producción de una sociedad. La importancia de la infraestructura dentro de una etapa o sociedad histórica es clave según Marx ya que la organización de la actividad económica condiciona las otras esferas de la vida de esa etapa o sociedad histórica: la esfera jurídica, la esfera política, y la esfera ideológica (la superestructura).
➘ SUPERESTRUCTURA.Uno de los elementos estructurales de cada sociedad o época histórica (el otro elemento estructural es la estructura económica o modo de producción).Incluye el entramado político, jurídico, ideológico y cultural vigente en una época o sociedad. La superestructura jurídica y políticase refiere a las leyes (el Derecho) y a las instituciones políticas vigentes en un momento dado. La superestructura ideológica, espiritual o “formas de conciencia social” hace referencia a las ideas (filosóficas, artísticas), creencias religiosas y costumbres vigentes en una época o sociedad histórica determinada. Este elemento estructural está condicionado por la base o estructura económica, de ahí que cuando cambia la base económica cambia también, más o menos rápidamente, la superestructura.
➘ FUERZAS PRODUCTIVAS. Es el conjunto de todos aquellos factores que intervienen en la actividad económica. Incluye las actividades económicas, los “medios de producción” (materias primas; instrumentos de trabajo: herramientas y máquinas; conocimientos científicos y técnicos) y a los hombres que participan, de una manera u otra, en el proceso de producción y reparto de los bienes. Es uno de los elementos que se diferencian dentro de un modo de producción (el otro elemento son las relaciones de producción). El desarrollo de las fueras productivas dentro de una determina sociedad entra en conflicto con las relaciones de producción existentes y al producirse este «choque» el modo de producción entra en crisis y se inicia un periodo de «revolución social» que acabará por sustituir el modo de producción vigente por un modo de producción nuevo más acorde con ese desarrollo de las fuerzas productivas.
➘ RELACIONES DE PRODUCCIÓN. Son las relaciones sociales que se establecen entre los diferentes hombres que participan, de una u otra manera, en el proceso de producción, distribución y reparto de los bienes materiales producidos. Básicamente, estas relaciones de producción son las relaciones que se establecen entre los propietarios de los medios de producción y los productores directosen el proceso de producción. La esclavitud, la servidumbre o el trabajo asalariado son ejemplos de lo que Marx llama “relaciones de producción”. Las dos formas de las relaciones de producción son la relación de explotación entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores directos (modos de producción antiguo, feudal y burgués) y la relación de colaboración recíproca en la que no hay explotación (futuro modo de producción comunista).
➘ LUCHA DE CLASES. Es la oposición y el enfrentamiento entre dos clases sociales, que constituye el motor fundamental del cambio social y de la historia. En los modos de producción históricos se constituye una clase social dominadora que por definición es la negación (“la antagónica”) de la otra clase social. Esta negación se refleja en diferentes ámbitos: en la base en la producción y distribución de bienes y riqueza, pero después en el resto de espacios, como la cultura, la política y la sociedad. La lucha de clases es necesaria para que la historia progrese y se termine produciendo el hundimiento del capitalismo, dando paso a la sociedad comunista, que al abolir la propiedad de los medios de producción se caracterizará precisamente por ser una sociedad sin clases sociales.
➘ TRABAJO. Es la actividad transformadora ejecutada por el ser humano y que tiene como finalidad la transformación de la naturaleza para producir bienes. El trabajo puede considerarse como lo definitorio del ser humano, su esencia. Somos fundamentalmente «seres trabajadores», y esta actividad tiene un carácter ético: el trabajo es la actividad mediante la que el ser humano «se humaniza», «se autorrealiza». Ahora bien, en los modos de producción basados en la explotación laboral el trabajo se vive como una “actividad alienante” y no como una actividad que contribuya a la autorrealización del ser humano. De ahí, la reivindicación marxista de un “nuevo modo de producción” (el comunista) en el que, en ausencia de explotación laboral, el trabajo recobre su «carácter humanizador».
➘ PLUSVALÍA. Es el beneficio que obtiene el burgués capitalista con la venta de mercancías producidas por el trabajador. Este beneficio es la diferencia entre el coste de producción de un bien determinado y el precio de mercado del mismo. El precio de cualquier producto es resultado de la suma de la materia prima, los medios de producción y el trabajo necesario para producirlo. El capitalismo funciona añadiendo a este precio una cierta cantidad, que es precisamente la plusvalía o valor añadido, que sirve precisamente para señalar la contradicción fundamental del capitalismo. La burguésía niega al proletariado porque se apropia en exclusiva de esta plusvalía que ha sido producida gracias a la colaboración de ambos, pues los burgueses aportan materias primas y medios de producción (ambos conceptos podrían englobarse bajo el término «capital») y los proletarios contribuyen con su trabajo. Esta colaboración no se refleja en el reparto de beneficio, del que se apropian únicamente los burgueses. Así en el sistema capitalista los proletarios ven cómo los burgueses se apropian de algo, la plusvalía, que han producido de forma conjunta.
NIETZCHE
➘ GENEALOGÍA. Es un método de investigación que aplica Nietzsche en varias de sus obras, pero de un modo especial en la titulada La genealogía de la moral. La idea central de este método es investigar el origen y desarrollo de los conceptos clave de la de la moral, los conceptos de “bueno” y “malo”. Nietzsche señala que tendemos a dar por sentado lo que significan estas palabras, pero si investigamos su origen y su desarrollo descubrimos que su significado original era, precisamente, el opuesto al que tienen en el momento actual estas palabras. En el caso concreto de la moral, el método genealógico lleva a Nietzsche a descubrir la existencia de una «inversión» en el significado de los conceptos morales.
➘ MORAL DE SEÑORES. También la llama “moral de los fuertes”, “moral aristocrática”, “moral de los superiores”. Los valores propios de esta moral son los valores que afirman “la vida” (valores vitales): la fuerza, el placer, la superación, el riesgo, el orgullo… Es una «moral jerárquica» ya que defiende el mantenimiento de “la diferencia y distancia” entre “unos” hombres (“los señores”, “los superiores”) y “los otros” (“los débiles”, “los inferiores”, “los esclavos”).
➘ MORAL DE ESCLAVOS. También la llama “moral del hombre vulgar”, “moral de los débiles”, “moral del miedo”. Los valores propios de esta moral son “la igualdad” “la benevolencia”, “la solidaridad”, “la compasión”, “la fraternidad”, “la obediencia”, “la sumisión”, “la docilidad”, “la humildad”… Es una «moral antijerárquica» ya que hace una defensa de “la nivelación y la igualdad” (dice Nietzsche que “sólo los mediocres defienden la igualdad”). Es, también, una “moral del miedo”. Según Nietzsche, “el miedo” es el factor desencadenante de “la moral de los esclavos” pues ésta se funda en “el temor al peligro” y tiene como fin la conservación colectiva del rebaño. Por eso, para “los esclavos y los débiles” es “bueno” lo que garantiza la supervivencia del rebaño (la igualdad, la solidaridad, el altruismo…), y es “malo” aquello que es peligroso para la subsistencia y pervivencia del “rebaño”. La moral cristiana es una “moral de esclavos” y es la que ha acabado imponiéndose en la cultura occidental.
➘ Nihilismo. El término «Nihilismo» (palabra derivada de la palabra latina “nihil” que significa “nada”) se refiere a la situación en la que se encuentra la humanidad a partir de lo que él llama «la muerte de Dios». La expresión «Dios ha muerto» fue utilizada por Nietzsche para diagnosticar la existencia de un fenómeno que se ha ido produciendo en la cultura occidental: la secularización (pérdida de la fe en un Dios supremo), y la crisis de la creencia en valores trascendentales y absolutos. Nietzsche distingue entre un Nihilismo negativo y pesimista, y un Nihilismo positivo y optimista. El Nihilismo negativo y pesimista se caracteriza por representar el fin toda esperanza humana. La pérdida de la fe en Dios y la caída de los valores e ideales de la cultura occidental desemboca en una situación de “vacío”, de “angustia existencial”, de “incertidumbre vital” en la que el hombre se encuentra como “desorientado y perdido”. En este sentido, “la muerte de Dios” representa “un gran peligro” para el Hombre ya que la ausencia de los valores e ideales que han sustentado toda una tradición cultural hacen que su vida sea “un absurdo”. Sin embargo, el Nihilismo positivo y optimista se caracteriza por representar una situación de apertura a nuevas posibilidades humanas. La muerte de Dios representa “una gran esperanza” para la humanidad. Nietzsche habla de que, frente al “eclipse” que representa la falta de sentido a la vida por la pérdida de los valores tradicionales, tras “la muerte de Dios”, una “nueva aurora”, “un nuevo amanecer” se vislumbra para la humanidad.
➘ SUPERHOMBRE. Es el modelo antropológico que nos propone Nietzsche, y sería esa “nueva humanidad” capaz de vivir al margen de la moral y la religión, capaz de crear sus propios valores y ser fiel a la vida, sin permitir que cualquier abstracción de la razón le distraiga de lo que le dicte su instinto y sus pasiones. Para Nietzsche, el superhombre es la meta final del ser humano y la tarea pendiente de su tiempo consistía precisamente en “dar el salto” del hombre al superhombre. Para explicar el proceso que conduce al superhombre Nietzsche utilizó la metáfora de las transformaciones (camello, león y niño).
➘ VOLUNTAD DE PODER. La voluntad de poder es un impulso primario que empuja a todo ser vivo a “crecer”, a “renovarse”, a “expandirse”, a “desarrollar todas sus potencialidades” y a “superarse a sí mismo”. En el mundo vegetal y animal la “voluntad de poder” se concreta en la lucha por la supervivencia y en la perpetuación de la especie. En la especie humana “la voluntad de poder” se concreta en las ansias de vivir del individuo, en su lucha por superar los obstáculos que la realidad le presenta, y en su reconocimiento personal como una individualidad diferente que busca su autoafirmación. Así pues, la voluntad de poder no consiste en “querer el poder o el dominio sobre los demás” sino “adquirir poder sobre uno mismo”.
➘ ETERNO RETORNO. La idea del «eterno retorno» es una de las ideas más misteriosas y complejas de Nietzsche. Desde una interpretación cosmológica se trata de una idea que apuesta por la eterna repetición de todo lo que ha existido y existe. Si el tiempo es infinito pero la base de la realidad de las cosas es finita, cabe pensar que todas las combinaciones que existen se repetirán una y otra vez (al igual que un reloj de arena que, cuando bajan todos los granos, se invierte y se vuelve a repetir todo). Desde una interpretación «más filosófica» centrada en la vida individual la idea del eterno retorno tiene mucha relación con la expresión «amor fati» («amor al destino»). Esta expresión se utiliza para describir la actitud de quien ve todo cuanto le sucede en la vida, incluido el sufrimiento, como positivo y dispuesto a aceptar que todo lo que se vive se pueda repetir eternamente. Ante la vida, dice Nietzsche, podemos reaccionar de dos maneras: «negando la vida», viéndola como una carga y esperando algún «desenlace maravilloso» que le dé un sentido (la vida celestial de las religiones), o «afirmando la vida», aceptándola como lo que es, un juego trágico en el que suceden triunfos y derrotas, alegrías y penas. «Afirmar la vida» equivale a aceptar la vida que hemos querido tener y estar dispuesto a repetirla eternamente.
Ortega Y Gasset
➘ MUNDO. Según Ortega, el hombre jamás se encuentra en soledad consigo mismo (no es un “yo aislado”) sino siempre en comunicación con “un mundo”. “El mundo” no es algo exterior a nuestra vida sino algo que forma parte de ella como uno de sus ingredientes. A este mundo Ortega lo denomina también “circunstancia”. De aquí procede la famosa frase de Ortega: “Yo soy yo y mi circunstancia”. La palabra “circunstancia” o “mundo” hace referencia a toda esa realidad que rodea y afecta a la vida de cada hombre: el mundo físico, el entorno cultural, histórico, social en el que el sujeto está instalado, pero también nuestro cuerpo, nuestras habilidades, nuestras capacidades psicológicas. El “yo” y “el mundo” son como esas parejas de divinidades (Dióscuros) de la antigua Grecia y Roma que nacían y vivían juntas. “Yo soy inseparable del mundo”, y “el mundo es inseparable de mí” porque se compone de lo que me afecta a mí.
➘ CIRCUNSTANCIA. Es todo aquello que me rodea hasta el punto de formar parte de mi yo. En cierta forma es una palabra sinónima de la de “mundo”. Circunstancia es por tanto mi mundo, todo el cúmulo de situaciones que estoy obligado a tener en cuenta a la hora de tomar una decisión, y que forman una parte esencial de mi propia vida. La noción de circunstancia nos recuerda que la vida está siempre en un contexto, que está «situada», y que no es posible vivir al margen de ese contexto, que llega a configurarnos como personas.
➘ PERSPECTIVA. Es el punto de vista individual, la visión del mundo y de la vida que cada uno de nosotros tiene y representa. Según Ortega, «todo conocimiento está anclado siempre en un punto de vista, en una situación, en una perspectiva, en un lugar vital concreto». Este concepto implica cierta «subjetivización» del conocimiento y la realidad”, pero ello no supone “romper con la verdad”. Tal y como lo entiende Ortega, la perspectiva no anula la búsqueda de la verdad: más bien es la aportación individual a la misma, y así se podría entender que la verdad emerge precisamente de la suma de perspectivas.
➘ RAZÓN VITAL. En la Historia del pensamiento occidental ha prevalecido y dominado una concepción de la razón, la razón pura o razón físico-matemática, según la cual la razón ha de “trabajar” prescindiendo de las peculiaridades de cada sujeto y de su cultura con el objetico de alcanzar un conocimiento duradero y permanente que sirviese para todos los tiempos y para todos los lugares, en definitiva, un conocimiento “válido para todos los hombres”. La teoría perspectivística que defiende Ortega, teoría que sostiene que todo conocimiento está anclado siempre en un punto de vista, en una situación, lleva al filósofo español a proponer una sustitución de la “razón pura” por una nueva razón, la “razón vital”. Se trata de un concepto de “razón” que no solo reconoce el contexto vital del individuo a la hora de conocer la realidad sino que también destaca la importancia de la razón para definir y anticipar proyectos de vida.
➘ RAZÓN HISTÓRICA. Este concepto de razón acuñado por Ortega pretende responder a la desilusión generada por la razón físico-matemática o, lo que es lo mismo, el cientificismo, para comprender el sentido de la vida del hombre. La ciencia no satisface al ser humano porque éste es fundamentalmente “historia”. Por ello, es preciso impulsar una nueva forma de entender la razón como algo construido y generado a lo largo de la historia, y no como independiente de ella, como sí hace la razón físico-matemática. El objeto propio de la razón histórica es el acontecer, el proceso, el flujo de acontecimientos que conectan el pasado con el presente.
➘ IDEAS. Son aquellos pensamientos o incluso ocurrencias que han sido creadas por el sujeto o al menos adquiridas conscientemente por el mismo. Una idea puede copiarse o podemos llegar a ella después de un trabajo de reflexión o investigación personal. Las ideas incluyen por tanto todo nuestro pensamiento consciente, así como lo que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida. Las ideas (filosóficas, religiosas, políticas, científicas…) se formulan, se discuten, se propagan, se sostienen… se puede llegar incluso a morir por ellas. Las ideas dependen de nosotros para su existencia pues son “resultado de nuestra capacidad intelectual”, es decir, una elaboración nuestra.
➘ CREENCIAS. Son aquellos pensamientos que no creamos nosotros, sino que más bien nos crean, pues nos preceden en el tiempo, y en cierta forma vivimos en ellas, estamos en ellas sin percatarnos de ellas. Las creencias nos preceden y nos “vertebran” sin que seamos capaces de darnos cuenta. No dependen de nuestro pensamiento consciente, no las elegimos ni decidimos copiarlas o identificarnos con ellas, sino que estas creencias “nos hacen”, están ya presentes en un fondo social y cultural cuando comenzamos a pensar. Por ello dice Ortega que “Las ideas se tienen; en las creencias se está”. Si las ideas constituyen el “estrato más superficial” del pensamiento, las creencias son “el estrato más profundo”. Para explicar la diferencia entre “ideas” y “creencias” Ortega se sirve de los siguientes ejemplos. El primero es lo que ocurre cuando alguien decide salir a la calle: para hacerlo no necesita reflexionar sobre el hecho de que la calle existe. Esa existencia de la calle, con la que contamos sin necesidad de meditar sobre ella, Ortega la considera una “creencia”. El segundo ejemplo que pone es que cuando alguien camina ya por la calle lo hace sin intentar atravesar los muros de los edificios. Tiene la profunda “creencia” de que los muros son impenetrables.