Las 5 razones de la existencia de Dios Tomás de Aquino

CONOCIMIENTO


-Razón y fe

La relación entre la fe y la razón se había convertido en el gran tema del pensamiento medieval. Ya en el Siglo XI había dado lugar a una gran disputa entre los dialécticos (que otorgaban la primacía a la razón) y los antidialécticos (con San Agustín a la cabeza, que otorgaban la primacía a la fe). Para Santo Tomás, hay que replantear el problema de esta relación sobre bases distintas a las del agustinismo. Nuestro conocimiento parte de los sentidos, pues tiene su origen en los datos que nos suministra la experiencia sensible; por eso, la noticia que es posible alcanzar acerca de Dios ha de ser, por fuerza, imperfecta y basada en la comparación que quepa establecer entre los seres creados, realidades limitadas, imperfectas y materiales que nos son conocidas, y su  creador y causa, cuyo ser es en sí mismo inaccesible a la razón humana.
La fe cristiana, sin embargo, proporciona noticias más allá de estos límites acerca de la naturaleza de Dios y del destino del hombre. Estas noticias reveladas al hombre resultan concebidas como algo gratuitamente añadido a la razón humana, algo que no viene a suprimirla, sino a perfeccionarla


– Preámbulos de fe

Existen contenidos de la razón que no lo son en absoluto de la fe (por ejemplo, la gravedad) y viceversa (por ejemplo, el misterio de la Trinidad), pero también existen verdades que pertenecen a ambos ámbitos:
Son los llamados preámbulos de fe, entre los que ocupa lugar importante laexistencia de Dios. Dos son las razones de que existan estas verdades comunes:
A) Es conveniente que ciertas verdades asequibles a la razón sean también impuestas por la fe, pues muchos hombres carecen de tiempo y preparación filosófica  y de no ser por la fe no les sería posible acceder a su conocimiento.
B)
Por la posibilidad de error que amenaza constantemente a la razón humana.

– Colaboración entre la fe y la razón

La filosofía y la teología no se distinguen fundamentalmente por sus contenidos, pues algunos son comunes, sino por la forma de acceder a ellos. Son dos fuentes de conocimiento: la teología toma sus contenidos de la fe y la filosofía de la razón.
Como fuentes de conocimiento ambas son independientes, autónomas, sin embargo, deben colaborar mutuamente:
A) La razón presta una estimable ayuda a la fe, la cual se hace patente en la construcción de la teología como ciencia.

Los datos científicos pueden ser útiles para esclarecer los artículos de fe

B)

La fe presta ayuda a la razón sirviéndola de criterio extrínseco

Como los artículos de la fe cristianacontienen afirmaciones cuya verdad es indudable, en caso de que la razón llegue a conclusiones incompatibles con la fe, tales conclusiones serán, necesariamente, falsas y el filósofo habrá de revisar sus razonamientos a fin de corregir sus deficiencias. Como se ve, la auonomía concedida a la razón es limitada.

– Teoría del conocimiento

Es aristotélico en este apartado:

Todo conocimiento arranca de una percepción sensible

El problema radica en el paso de lo particular e individual (no se ve “el” árbol, sino “este” árbol) a lo universal. La solución se encuentra en la abstracción:
nuestro entendimiento agente actúa sobre las imágenes captadas por los sentidos despojándolas de sus elementos individuales y quedándose con lo común, lo universal. A partir de lo que ha quedado, el entendimiento paciente elaborará un concepto universal que permitirá conocer racionalmente las cosas concretas.

Dios


– La existencia de Dios

Aquino, como creyente, parte de la certeza de que Dios existe, pero organiza su filosofía para mostrar que su existencia y realidad es necesaria.
La existencia de Dios es evidente en sí misma, pues en él coincide la esencia y la existencia, pero no para nosotros, pues no comprendemos la esencia divina. Por eso no nos parece irracional decir que Dios no existe. De ahí que haya que probar su existencia
. S. Anselmo pretendíó probarlo a priori, con el, llamado a partir de Kant, argumento ontológico, y que quería demostrar que la no existencia de Dios es inconcebible: si Dios es aquello mayor que lo cual no cabe pensar nada, debe existir, porque si no, no sería aquello mayor. Sin embargo, para Santo Tomás no es válido: hay un paso ilícito del orden ideal al orden real, pues conceder que Dios sea ese ser no implica necesariamente su existencia fuera de la mente.
A Dios hay que demostrarlo a posteriori, a partir del conocimiento que nos da la experiencia, a partir de los efectos (no en vano, para Santo Tomás, todo conocimiento humano comienza por los sentidos). Además, como se dice en la Epístola a los Romanos de san Pablo, Dios puede ser conocido por sus obras.

– Las 5 vías de demostración de la existencia de Dios

Esquema de las vías

A)

Constatación de un hecho de experiencia

B)

Aplicación del principio de causalidad aristotélico

C)

Imposibilidad de llevar ese principio al infinito

D)

Conclusión: Dios debe existir

Desarrollo de las vías

A)
Primera vía, vía del movimiento (inspirada en Aristóteles y usada por Maimónides y san Alberto Magno): consta por los testimonios de los sentidos que las cosas se mueven. Toda cosa que se mueve debe ser movida por otra. Si extendemos este proceso al infinito no habría movimiento, pues si no hay primer motor, no hay movimiento segundo, intermedio o final. Por lo tanto, debe haber un motor inmóvil que mueva sin ser movido.
B)
Segunda vía, vía de la causa eficiente (inspirada en Aristóteles y usada por Avicena y san Alberto Magno): en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Nada puede ser causa eficiente de sí mismo, pues necesitaría ser anterior a sí mismo, existir antes de venir a la existencia, y eso es imposible. Se necesita una primera causa que origine la intermedia…Si se extendiera al infinito este proceso, no existiría primera causa y, por tanto, tampoco causa intermedia y efectos. Pero esto es falso, por lo que existe una causa eficiente primera (causa incausada).
C)
Tercera vía, vía del ser necesario (inspirada en Maimónides, que la toma de Avicena): las cosas pueden existir o no existir, es decir, están sometidos a la contingencia. Lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir hubo un tiempo en que no existía. Si todas las cosas llevan en sí esa posibilidad, hubo un tiempo en que nada existíó, y de ser así tampoco existiría nada ahora, pues lo que no existe no empieza a existir más que en función de algo que ya existe. Pero las cosas existen, por tanto existe un ser necesario que es causa de la necesidad de los demás.
D)
Cuarta vía, vía del ser supremo (inspirada en el neoplatonismo): encontramos unos grados de perfección en las cosas: unas son más o menos bellas, buenas…El más o el menos se dicen de las cosas en cuanto se aproximan más o menos a lo máximo. Existe, por tanto, algo que es el máximo ser y que es causa de cualquier perfección de los seres.
E)

Quinta vía, vía del gobierno del mundo

Hay cosas que no tienen conocimiento, como los cuerpos naturales, y obran por un fin, lo que se puede comprobar observando cómo siempre obran igual para conseguir lo mejor. Para alcanzar su objetivo no obran al azar, sino intencionadamente, pero las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia. Por tanto hay un gobernador supremo, que hace que todas las cosas se dirijan a un fin.

– La ontología

La ontología tomista procede del concepto cristiano de creación:

Hacer algo de la nada


Sólo Dios tiene poder de crear

Él posee la existencia total, fuera de él no hay nada, si existe algo es porque él lo ha producido. Los demás nos decimos creadores por analogía, pues no nos es posible crear de la nada: producimos algo a partir de cosas que ya existen.

Esencia – Existencia

Es una distinción tomada del filósofo árabe Alfarabí. La doctrina de la creación subraya la radical diferencia existente entre Dios y el resto de los seres, que son contingentes:

Existen, pero podrían no existir

Esta contingencia de los seres creados llevó a Tomás de Aquino a distinguir entre lo que las cosas son (la esencia) y el hecho de que existan o no existan (la existencia)
, distinción absolutamente fundamental en su pensamiento.
Lo que distingue a las realidades creadas es su composición de esencia y existencia, lo que encaja perfectamente con su carácter contingente: si existen pero pueden no existir es que su existencia no pertenece necesariamente a su esencia, tienen una esencia y alguien le da existencia. El caso de Dios es distinto.

Sólo en un ser necesario, que no puede no existir, la esencia y la existencia se identifican

Dios no recibe su existencia, sino que “es” su existencia. Así es como cobra sentido la frase que dice a Moisés: yo soy el que es.
Esta distinción es interpretada a través de los conceptos aristotélicos de potenciay acto: la esencia es la potencia (puede existir) y la existencia es el acto (actualiza esa capacidad).

Los grados de ser y perfección

 Para Santo Tomás, a cada esencia corresponde un tipo de existencia determinada, pues la esencia es diferente. Nosotros usamos el término “existencia” de manera unívoca, y así decimos que la piedra o el árbol “existen”; Tomás de Aquino no: la esencia de la piedra es distinta a la del árbol, y, por tanto, su existencia también.

El acto de ser se despliega en distintos niveles de perfección según las esencias que en cada caso actualiza


El acto de ser es más perfecto en un hombre que en un animal, en un animal que en una planta, en una planta que en una piedra…Pero, ¿por qué están determinados esos grados de ser? Por la mayor o menor cercanía a la causa primera de existencia (Dios), y por la mayor o menor participación en su perfección. La razón de todo esto es que la diversidad de esencias creadas exige una ordenación jerárquica.

SER HUMANO

El hombre es una sola substancia formada de cuerpo y alma, es decir, están unidos de manera substancial.
El hombre es la más importante de las criaturas por su alma racional y espiritual, pues Dios creó el alma de cada hombre singularmente a su imagen y semejanza.
 El alma es la forma sustancial del cuerpo, es decir, aquello que hace que el hombre sea lo que es en todas sus dimensiones. De ahí se deduce que es principio de vida y sin ella el cuerpo perece. Por eso, cuando llega la muerte y el alma se separa de él, éste se desintegra.
 El hombre tiene un solo alma, que es de naturaleza intelectiva y regula y unifica las funciones vegetativas y sensitivas del cuerpo.
El alma es inmortal por dos razones:
A)
Fue creada directamente por Dios y sólo Dios podría destruir el alma.
B)
Es espiritual y no puede corromperse y morir.

ÉTICA


– La ley natural y la ley eterna

El concepto clave de la ética tomista es el de ley natural.
Piensa que en todo hombre existe una ley natural, que se conoce a través de la conciencia moral, y que es preciso seguir para obrar correctamente. Esta ley natural no es otra cosa que la presencia de la ley eterna en la naturaleza humana, el plan de Dios para el gobierno del universo.
De este modo, la ley eterna es la ordenación divina del universo. Lo que ocurre es que esta ordenación no regula de la misma forma el comportamiento humano y el de los demás seres naturales. El comportamiento de éstos es regulado a través de leyes físicas de las que no es posible escapar. Sin embargo, el hombre, al ser libre, puede sustraerse a la ley natural, pues ésta respeta su libertad
El fin último del hombre es la posesión de Dios, soberano bien. Todos los demás fines de las acciones humanas deben encaminarse a este último objetivo. El mal moral consiste en no proponerse como fin último la posesión de Dios. Para lograr este objetivo el hombre debe cumplir lo que impone la ley natural.

Contenidos de la ley natural

A)

Hacer el bien y evitar el mal

B) En tanto que substancia, como cualquier otra, el hombre tiende a conservar su propia existencia, por lo que se impone el deber moral de no atentar contra ella.
C) En tanto que animal, como cualquier otro, el hombre tiende a procrear, lo que impone normas relativas a la consecución de tal fin y al cuidado de lo hijos.
D) En tanto que ser racional, el hombre tiende a conocer la verdad y vivir en sociedad, lo que impone la obligación de buscar la verdad y respetar las exigencias de la justicia.
El problema es que se recogen sólo preceptos morales de carácter general, han de ser concretados. Por eso el hombre crea la ley positiva

Propiedades de la ley natural

A)

Evidencia

Sus preceptos han de ser fácilmente cognoscibles, de modo que todos los hombres puedan conocerlos.
B)

Universalidad

Alude al concepto de “naturaleza”, común a todos los hombres.
C)

Inmutabilidad

No varía a pesar de las diversidades culturales, raciales, los cambios históricos. También alude al concepto de “naturaleza”

– La ley positiva. Relaciones con la ley natural

La ley positiva no es sino la ley civil, la ley que crea el hombre.
A)

La positiva es una exigencia de la natural

Impone la vida en sociedad y ésta sólo es posible sobre la base de unas leyes que regulen la convivencia.
B)

La positiva constituye una prolongación de la natural

Su contenido viene a concretar las normas naturales.
C)

Las exigencias de la natural han de ser respetadas por la legislación positiva

La ley natural constituye el marco que señala los límites dentro cuales ha de organizarse moralmente la convivencia humana.
Tomás de Aquino no concibe el mundo del derecho y el de la moral como dos mundos desconectados e independientes, convergen en un punto: la idea de justicia: la exigencia de dar a cada uno lo suyo es una exigencia moral y es también el fundamento del derecho.

POLÍTICA


– El Estado

El Estado, como para Aristóteles, es una institución natural, fundamentada en la naturaleza del hombre


El hombre no es un individuo aislado, sino que es un ser social, nacido para vivir en común con otros hombres, como demuestra el hecho de que no se le ha proporcionado vestido, alimento…Además, se comunica con el lenguaje, señal de que ha nacido para la sociedad.

– Gobierno y sociedad

Si la sociedad es natural, también el gobierno. Lo mismo que el cuerpo se desintegra cuando falta el alma, también sucede lo mismo si falta un principio que unifique (gobierno) y dirija las actividades para el bien común.
Tanto el gobierno como el Estado son queridos por Dios, pues éste se encuentra prefigurado en la naturaleza humana y ella ha sido creada por Dios. El Estado no es, por tanto, ni consecuencia del pecado original (como sosténía S. Agustín) ni una creación del egoísmo humano (como defenderá Hume).
El Estado es una sociedad perfecta, pues tiene todos los medios necesarios (las fuerzas armadas y el sistema judicial) para conseguir su propio fin: el bien común de los ciudadanos.
Este fin exige en primer lugar la paz dentro del Estado, entre los ciudadanos; en segundo lugar, la dirección unificada de sus actividades; y en tercer lugar, que se provea adecuadamente las necesidades de la vida. Como el fin de la Iglesia (el bien de toda la humanidad) es más elevado que el del Estado, la Iglesia es una sociedad superior y de algún modo aquel debe supeditarse a ésta, aunque es autónomo dentro de su esfera propia.
La soberanía del Estado no es absoluta, sino que está limitada:
A)

Por ley natural

El legislador y soberano tiene que aplicar y concretar la ley natural, pero nunca puede ir en contra de un contenido de la ley natural, porque ésta proviene de Dios.
B)

Por el bien común

Una ley puede ser injusta si va contra el bien común. Entonces los súbditos no tienen obligación de cumplirla; es más, es lícito desobedecerles porque hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Es lícita la rebelión contra el tirano que no cumple, aunque Tomás de Aquino no defiende la rebelión contra el tirano, porque si fracasa, produce males mayores. Lo que hay que hacer es evitar que el monarca se convierta en tirano.

Formas de gobierno

A)

Buenas

Democracia observante de la ley, aristocracia y monarquía.
B)

Malas

Democracia demagógica, oligarquía y tiranía.

La tiranía es la peor, la monarquía es la mejor


Proporciona más unidad, es más natural, pues rige al pueblo como la cabeza al cuerpo: las abejas tienen reina, Dios reina. Pero no es fácil conseguir que la mejor persona sea el monarca, y por tanto lo mejor es una forma justa, en la que el poder del monarca sea moderado por los magistrados elegidos por el pueblo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *