Liberalismo Renovado
Dentro del liberalismo en el siglo XX se distinguen dos líneas de pensamiento:
Los defensores del liberalismo como doctrina de filosofía política coinciden en considerar la libertad individual como el valor fundamental que debe protegerse frente al impulso intervencionista de todo Estado que tiende a imponer el control y recortar la capacidad de los ciudadanos para tomar decisiones libres. Para ello proponen una forma de Estado que se limite en su extensión y funcionamiento a lo necesario para fomentar la iniciativa particular, el verdadero motor del desarrollo social. Las diferencias entre ellos surgen al tratar de establecer el tamaño del Estado y cuándo debe intervenir para corregir desigualdades injustas.
Popper fue crítico con la escuela de Frankfurt porque su propuesta era la creación de sociedades cerradas, llamadas así porque plantean un modelo ideal de sociedad diseñado de antemano que hay que tratar de alcanzar. De este modo se coarta la libertad porque cualquier parte que se aparte del modelo es desechada. Frente a este tipo de sociedades, Popper propone crear sociedades abiertas donde se fomente el ejercicio de la libertad individual, se favorezca el ejercicio crítico de la razón para resolver los problemas concretos que surjan en una realidad social que es cambiante y se garantice la posibilidad de criticar a los gobernantes.
Keynes y Friedman parten de los presupuestos del liberalismo económico clásico pero no comparten la tesis de que el mercado es capaz de autorregularse.
Ambos proponen una intervención del Estado en la economía para corregir los desequilibrios, aunque difieren en el tipo de intervención. Keynes defiende incrementar el gasto público cuando se produce una crisis para evitar que la economía se contraiga y crezca el desempleo por falta de inversión en empresas privadas. Friedman plantea la creación de un banco central que controle la cantidad de dinero que circula subiendo o bajando los intereses de modo que se contenga la inflación y se eviten las devaluaciones de la moneda.
Comunitarismo
Surgió una corriente de pensamiento en la filosofía política que se puede considerar una tercera vía entre el socialismo y el capitalismo. Las tesis que defienden sus representantes difieren de manera sustancial, pero todos ellos tienen como denominador común la crítica al liberalismo individualista desde posiciones muy alejadas del socialismo.
Los comunitaristas defienden que la sociedad no es fruto de la decisión libre y voluntaria de unos individuos plenamente formados y conscientes de las consecuencias de sus decisiones. Muy al contrario, son las sociedades y comunidades particulares en las que se forman a los individuos las que les proporcionan los medios necesarios para ser ciudadanos libres capaces de decidir con libertad y autonomía, por lo que es la sociedad la que da sentido y fundamento al individuo, es la comunidad la que da al individuo unos valores y vínculos personales y culturales que le permiten ejercer su libertad individual.
En conclusión, para los comunitaristas pretender reducir al mínimo la influencia de la sociedad en el individuo, va en contra del ejercicio de la libertad individual.
Liberalismo Renovado (Repetido)
Dentro del liberalismo en el siglo XX se distinguen dos líneas de pensamiento:
Los defensores del liberalismo como doctrina de filosofía política coinciden en considerar la libertad individual como el valor fundamental que debe protegerse frente al impulso intervencionista de todo Estado que tiende a imponer el control y recortar la capacidad de los ciudadanos para tomar decisiones libres. Para ello proponen una forma de Estado que se limite en su extensión y funcionamiento a lo necesario para fomentar la iniciativa particular, el verdadero motor del desarrollo social. Las diferencias entre ellos surgen al tratar de establecer el tamaño del Estado y cuándo debe intervenir para corregir desigualdades injustas.
Popper fue crítico con la escuela de Frankfurt porque su propuesta era la creación de sociedades cerradas, llamadas así porque plantean un modelo ideal de sociedad diseñado de antemano que hay que tratar de alcanzar. De este modo se coarta la libertad porque cualquier parte que se aparte del modelo es desechada. Frente a este tipo de sociedades, Popper propone crear sociedades abiertas donde se fomente el ejercicio de la libertad individual, se favorezca el ejercicio crítico de la razón para resolver los problemas concretos que surjan en una realidad social que es cambiante y se garantice la posibilidad de criticar a los gobernantes.