Los Límites del Conocimiento
El Idealismo Trascendental. Fenómeno y Noúmeno
A lo que aparece o se muestra al sujeto, es decir, lo que se da en el tiempo y el espacio, recibe el nombre de fenómeno. Ahora bien, si algo aparece, implica algo que no aparece, algo en sí. A esto que es “cosa en sí” se le denomina noúmeno.
Negativamente, noúmeno significa una cosa que no puede ser reconocida por la intuición sensible. Mientras que, positivamente, significa un objeto que puede ser conocido por la intuición intelectual. Como carecemos de intuición intelectual, nuestro conocimiento se limita a los fenómenos, por lo que el concepto de noúmeno se reduce a algo negativo.
Dialéctica Trascendental
Imposibilidad de la Metafísica como Ciencia
Entendiendo metafísica como conocimiento de realidades que están más allá de la experiencia, llegamos a la conclusión de que la metafísica es imposible, ya que las categorías solo pueden aplicarse a los fenómenos, a los datos de los sentidos. Por ello, es imposible aplicarle el método matemático a la metafísica, pues no puede conocerse algo que antes no ha sido experimentado.
Se llega, por tanto, a la conclusión de que la metafísica no puede avanzar como lo han hecho las matemáticas y la física, ya que los conceptos de la metafísica no los podemos experimentar porque el conocimiento tiene un límite.
La Razón
El conocimiento intelectual también conecta unos juicios con otros, formando razonamientos. Esto ocurre, por ejemplo, si conectamos dos juicios: “Todos los hombres son mortales” y “Todos los europeos son hombres”, luego “Todos los europeos son mortales”. Podemos ampliar el razonamiento incluyendo a los hombres dentro de los animales y a los animales dentro de los seres vivientes, enunciando juicios en el que la conclusión de uno fuera la premisa mayor de otro.
Obtenemos de ese ejemplo que la razón busca encontrar juicios cada vez más generales que abarquen y sirvan de fundamento a multiplicidad de juicios particulares.
La Libertad y la Razón Práctica. El Formalismo Moral
Razón Teórica y Razón Práctica
La razón teórica se ocupa de conocer cómo son las cosas, mientras que la razón práctica se ocupa de saber cómo debe ser la conducta humana. A la razón práctica le corresponde conocer cómo debe ser la conducta humana. Esta separación se establece expresando que la ciencia (teórica) se ocupa del ser, mientras que la moral (práctica) se ocupa del deber ser.
Formalismo Moral
La ética moral de Kant representa una novedad, pues se presenta como una ética formal.
Éticas Materiales
En primer lugar, no debe confundirse ética material con ética materialista, pues lo contrario de una ética materialista es una ética espiritualista, mientras que lo contrario de una ética material es una ética formal. De modo general, podemos decir que las éticas materiales son las que fijan un bien supremo para el ser humano como criterio de la bondad o de la maldad de su conducta. De acuerdo con este criterio, podemos decir que en la ética material nos encontramos con bienes y con normas o preceptos.
Resumiendo, la ética material es una ética que tiene contenido en cuanto que establece un bien supremo y en cuanto dice lo que ha de hacerse para conseguirlo.
Crítica de Kant a las Éticas Materiales
Kant rechazó las éticas materiales porque son empíricas, a posteriori, es decir, su contenido está extraído de la experiencia. Además, critica los preceptos de las éticas materiales por ser hipotéticos o condicionales como medios para conseguir un fin. Finalmente, las éticas materiales son heterónomas (no autónomas), que consisten en recibir la ley desde fuera de la propia razón.
Ética Formal de Kant
A partir de esta crítica a las éticas materiales, el razonamiento kantiano se expone del siguiente modo: Todas las éticas materiales son empíricas, hipotéticas y heterónomas. Una ética estrictamente universal y racional debe ser a priori, autónoma, y sus imperativos deben ser absolutos y categóricos. Luego, una ética estrictamente universal y racional no puede ser material, sino formal. Una ética formal es una ética que carece de contenido en establecer un bien o fin y en decirnos lo que hemos de hacer, sino que nos dice cómo debemos actuar.
El Deber
La ética formal no establece lo que hemos de hacer, sino que se limita a señalar cómo debemos obrar siempre. Un hombre actúa moralmente cuando actúa por deber, entendiendo deber como necesidad de una acción por respeto a la ley, es decir, el sometimiento a una ley por respeto a ella.
- Acciones contrarias al deber
- Acciones conformes al deber
- Acciones hechas por deber (solo estas tienen valor moral)
El Imperativo Categórico
La exigencia de obrar moralmente se expresa en un imperativo que es categórico. El imperativo categórico lo formula Kant de dos formas:
- Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal.
- Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin y nunca meramente como un medio.
Solo el hombre es fin en sí mismo en tanto que ser racional.