La experiencia numinosa
En la experiencia numinosa no hay desvelamiento, sino la presencia de algo que se experimenta como poderosamente real, pero que no se muestra: lo siniestro. Sobre este tema han escrito autores como Schelling, Freud (quien dedicó al tema una famosa monografía, Lo siniestro: precedido por el hombre de la arena) y, en España, Eugenio Trías (Lo bello y lo siniestro).
Diferencia entre lo numinoso y lo siniestro
Mientras que lo numinoso es exclusivamente trascendente, lo siniestro puede ser tanto inmanente como trascendente. Ninguna realidad inmanente es, como tal, numinosa, pero sí hay realidades inmanentes siniestras.
A) Primera acepción de Heimlich
Heimlich se traduce, en una primera acepción, como hogareño, doméstico, conocido, familiar. Significa lo acostumbrado.
Carácter desacostumbrado: Lo numinoso lo tiene con una radicalidad no comparable, porque el principal aspecto de lo numinoso es el misterio y el misterio, como sabemos, se define como lo absolutamente heterogéneo.
B) Carácter espantoso de lo numinoso
El carácter espantoso también lo tiene lo numinoso, porque uno de sus aspectos accesorios es el aspecto tremendo, que consiste precisamente en su potencia aterradora. Lo numinoso, como es tremendo, provoca espanto, lo cual va unido al hecho principal de que se trata de algo opuesto por su aspecto misterioso.
C) Las dos acepciones de Heimlich
En una primera acepción, este término significa lo acostumbrado. En una segunda acepción, significa lo oculto. Su segunda acepción, al ser un carácter de lo siniestro, coincide con unheimlich.
Carácter oculto de lo numinoso: El carácter oculto pertenece a lo numinoso porque lo numinoso es lo trascendente, que, como consecuencia del ocultamiento, se encuentra sustraído en la experiencia cotidiana y que, en una experiencia oscura contrapuesta a la cotidiana, se presenta pero no se desvela.
Las vivencias de la experiencia numinosa no están enmarcadas en el yo-mundo
Se trata de vivencias en las que irrumpe, de manera simultáneamente aterradora y seductora, el aspecto de la realidad que no está incluido en esa polaridad.
Unheimlich: contrario a lo familiar
Unheimlich, contrario a lo familiar, se dice de forma metafórica. Mientras que en la experiencia cotidiana nos movemos en el interior del territorio permitido, en la experiencia numinosa nos acercamos a la frontera de un territorio prohibido al cual, precisamente porque no nos está prohibido, no podemos acercarnos confiadamente. En cuanto nos acercamos, sentimos que ese territorio no es nuestro y eso nos inquieta.
Dos términos en las vivencias de la experiencia numinosa
- Lo inmanente: está comprendido en el mundo y el yo.
- Lo trascendente: no se parece a nada mundano ni yoico.
Sin embargo, el encuentro de dos términos que son radicalmente diferentes entre sí no engendra un lugar sino un abismo. Por eso, cuando vivimos estas vivencias, lejos de estar en nuestro lugar, estamos ante un abismo.
Toma de conciencia existencial entre lo sagrado y lo profano
La experiencia numinosa nos lleva fuera de nuestro lugar y nos coloca ante el abismo. Colocados ante ese abismo, experimentamos la diferencia entre lo trascendente y lo inmanente, y, al experimentar esta diferencia, tomamos conciencia de una oposición existencial: la oposición entre lo sagrado y lo profano.
Diferencia entre lo sagrado y lo profano
Estos valores se diferencian de otros valores en que son valores numinosos, como dice Rudolf Otto. Esto quiere decir que no se originan en la experiencia natural, sino en la experiencia numinosa.
Correspondencia entre sacralidad y profanidad
La sacralidad le corresponde a lo trascendente, mientras que la profanidad le corresponde a lo inmanente. Esto quiere decir que cuando el hombre vive en una experiencia numinosa en la que lo trascendente se presenta con los tres aspectos que conocemos, valora positivamente lo trascendente como sagrado, mientras que se valora negativamente a sí mismo como profano. Valora también a los demás seres del mundo.
El valor numinoso de lo trascendente
Que lo trascendente posea el valor numinoso significa, como dice Rudolf Otto, que es algo valioso por encima de todos los conceptos y que exige un incomparable respeto. El hombre y el mundo quedan empequeñecidos y presentan, por tanto, el valor numinoso contrario: lo profano.
Cómo se traduce la oposición entre lo sagrado y lo profano
Estos dos valores se traducen a menudo como una oposición entre lo real o irreal, o pseudorreal. Sagrado equivale así a real, a real de verdad, y lo profano, en cambio, a irreal o real solo en apariencia.
B) Sistema de dualidades
Las dualidades aspecto exterior/subjetivo, yo/mundo, cuerpo/intimidad y hábitat/próximo se extienden para dar cabida a lo trascendente. Los dos términos de la dualidad son inmanentes, pero, en la quinta, un término de la dualidad es inmanente y el otro trascendente. Esto quiere decir que, con la suma de esta quinta dualidad, el sistema de dualidades se extiende para dar cabida en él a lo trascendente.
Imposibilidad de extensión del sistema de dualidades
Si el sistema de dualidades no se pudiera extender, la existencia humana no podría ser una vida abierta a la trascendencia y, al no poder estar abierta, los hombres no podríamos asumir los modos de vivir o de estar en el mundo que se definen precisamente a partir de la relación con la trascendencia. En estos mundos se encuentra el mundo de la religión y la filosofía. Sin esa extensión, el hombre no podría ser ni homo religiosus ni homo philosophus.
El tercer aspecto como sagrado
Al analizar la experiencia numinosa, ya es algo experimentado. Sabemos algo de su manera de ser, lo suficiente para poderlo calificar. La experiencia numinosa es una experiencia de lo sagrado y, en ella, lo trascendente, sin desvelarse, hace sentir su sacralidad. Por tanto, podemos calificar al tercer aspecto que constituye la trascendencia con el adjetivo “sagrado”.
Comparación entre el valor sagrado de lo trascendente y el de otros objetos
El valor sagrado reside en un objeto del mundo que es exterior, como los demás objetos del mundo, y se atribuye a ese objeto siguiendo el criterio de una determinada tradición cultural. En cambio, en el caso del aspecto trascendente, el valor sagrado no reside en ningún objeto exterior y tampoco se atribuye siguiendo el criterio de ninguna tradición cultural, porque lo que hace que lo trascendente se valore como sagrado es la propia impresión numinosa. Esta impresión no es un fenómeno cultural.
Explicación del mapa
- Oculto: De los tres aspectos que tiene la realidad, el aspecto sagrado es el que, en el ocultamiento, se sustrae, quedando oculto.
- Trascendente: Como se sustrae, no forma parte de nuestro lugar vivencial, sino que queda fuera de él, constituyendo otra dimensión: la trascendencia.
- Heterogéneo: Como constituye otra dimensión, se diferencia radicalmente de todo lo que podemos encontrar en la experiencia cotidiana y resulta simultáneamente estremecedor y seductor.
- Inaccesible:
- Siniestro: Como es heterogéneo, es absoluto: 1) resulta totalmente inaccesible; 2) es insólito en grado máximo. Este segundo rasgo, unido a su carácter oculto y a su aspecto estremecedor, lo convierten en siniestro.
El desocultamiento
Si el desocultamiento se efectuara, como se efectuó en el caso de algunos filósofos griegos, entonces ese aspecto dejaría de ser algo oculto y, al dejar de ser algo oculto, también dejaría de ser inaccesible y siniestro. Se convertiría en lo contrario: en accesible y familiar.
La tarea de la filosofía
Si la filosofía busca el saber trascendente, tiene que efectuar el desocultamiento, tiene que llevar a cabo esa transformación. No puede prescindir de lo numinoso, pero tampoco puede afrontarlo y dejarlo en su oscuridad, sino que tiene que abrirse para transformar su oscuridad en luz y convertirlo, de este modo, en su casa.