Heráclito de Éfesos (aprox., 545-480 a.C.)

Nacido en Jonia, Heráclito es una figura enigmática. Su estilo alegórico y complejo le valió el apodo de «El Oscuro». Interpretar su pensamiento con certeza es un desafío. La idea más difundida sobre su filosofía, la del cambio constante como esencia de la realidad, se debe principalmente a Platón, quien la usaba como contrapunto en sus debates. La frase más célebre atribuida a Heráclito, «todo fluye» y «no te puedes bañar dos veces en el mismo río», proviene de Platón.

El Fuego como Arjé y el Logos Universal

El lenguaje metafórico de Heráclito dificulta su interpretación. Al igual que los milesios, podría estar identificando la arjé, la sustancia primordial. La elección del fuego expresa el carácter cambiante de la realidad, similar a las llamas que cambian constantemente de forma, tamaño y color.

COSMOS = FUEGO = CAMBIO ETERNO = MEDIDA = RAZÓN

«Razón» traduce «Logos», utilizado por primera vez con el significado de una racionalidad universal que gobierna la realidad. En esta etapa temprana de la filosofía, es posible que Heráclito estuviera identificando esa Razón con una sustancia material, el fuego, que por su cambio constante y ordenado, sujeto a leyes comprensibles, es racional y divina. Una sustancia cambiante y una racionalidad universal que unifica los aspectos múltiples y contradictorios de nuestra experiencia.

La Unidad de los Contrarios

Los contrarios que percibimos son partes de una realidad racional superior donde adquieren unidad:

1. Inseparables: Se «necesitan» mutuamente, solo se conciben como opuestos, en contraste y contradicción. Lo frío solo se entiende en oposición a lo caliente.
2. El Logos como Medida: La ley que los mantiene en tensión, gobierna su alternancia y los cambios resultantes. El dominio de uno se equilibra con el del otro.
3. Razón vs. Inteligencias Particulares: Las inteligencias individuales captan solo aspectos parciales del mundo. La Razón da unidad a todo.

Heráclito introduce una idea crucial para la filosofía posterior: el papel absoluto de la razón como gobernadora objetiva de la realidad.

C. El Pitagorismo

El pitagorismo es la primera escuela filosófica. Sus miembros compartían ideas y vivían bajo reglas morales, quizás similares a las órdenes monacales. Se formó en torno a Pitágoras de Samos (fechas desconocidas, posiblemente anterior a Heráclito). Su biografía es una mezcla de anécdotas y leyendas. De Samos, emigró a la Magna Grecia, donde fundó su escuela. El pitagorismo fue una especie de secta, con reglas de silencio y anonimato que limitaban sus contactos con la sociedad y daban a sus doctrinas un carácter esotérico. Las doctrinas atribuidas al maestro podrían ser de sus discípulos, incluyendo el famoso teorema de Pitágoras. Junto a este perfil sectario, la escuela fue conocida por sus estudios de matemáticas, astronomía y música.

Dos Tendencias: Acusmáticos y Matemáticos

La cohesión de la secta se fragmentó en dos tendencias:

• Acusmáticos: Fieles a las enseñanzas orales del maestro, con un perfil religioso y místico.
• Matemáticos: Menos ortodoxos, dedicados a la investigación filosófica, matemática y astronómica.

El Número como Principio

1. Música y Números: El interés por la música llevó a los pitagóricos a observar la correspondencia entre propiedades físicas de los sonidos y relaciones numéricas.
2. Geometría de los Números: Los pitagóricos asociaban el cálculo a formas visuales, interpretándolo como una proyección geométrica de los números, sus propiedades y relaciones.
3. Proporción y Armonía: Al arte griego le interesaba la búsqueda de la proporción y la armonía, similar a la correspondencia entre música y números.
4. Números Sagrados: El componente religioso de la escuela llevó a los pitagóricos a atribuir propiedades y poderes sagrados a ciertas cantidades, asombrados por el ajuste perfecto de los cálculos y demostraciones numéricas.