Los Filósofos Presocráticos y la Búsqueda del Arjé: Un Recorrido Histórico

Los Filósofos Presocráticos

Tales de Mileto

Matemático, astrónomo y legislador, conocido como el primer filósofo. La antigüedad lo considera como uno de los siete sabios. Sabemos de él:

  1. Que el primer principio del que todo está surgiendo y adonde todo va a parar es el agua, que es el arkhé.
  2. También dijo:»todo está lleno de diose», esto se interpreta como que todo está animado, vivo. Se conoce con el nombre de hilozoísmo.

Anaximandro

Considera el arkhé como el apeiron (literalmente lo indeterminado, lo no-determinado).

Anaxímenes

Dice que el arkhé es el aire porque le parece que reúne las características del arkhé de Tales y del de Anaximandro. Las cosas surgen a partir del aire por condensación y enrarecimiento, por esto nace el fuego y por condensación las nubes, de las nubes el agua y del agua la tierra. Alma = aire.

Heráclito de Éfeso

Escribía aforismos. Todo influye, todo permanece, analiza la estructura dinámica de la realidad. Se considera el precursor del pensamiento dialéctico. Su arkhé es el fuego y defiende la existencia de una armonía universal de los conflictos mediante el logos.

Empédocles

Considera que el mundo está constituido por cuatro raíces: tierra, agua, aire, fuego. Mezcladas surgen las cosas, separadas perecen. El amor que une y el odio que separa.

Anaxágoras

Los elementos primeros son las semillas, que son infinitos elementos infinitamente divisibles y cualitativamente distintos. No podemos encontrar nunca semillas absolutamente simples que sean de agua y nada más. Separandose y uniéndose las semillas surgen las cosas. Al principio que rige esta separación le llama nous, esto es un principio de separación por el que surgió la diversidad de las cosas.

Los Sofistas

  1. Yuppies

    Se dedicaban a la política. Llevan una vida errante. Hombres de acción y de iniciativa. Con vocación política y voluntad de influir en la vida pública. Sofística significa formación; pero pretendían, más que la virtud, la capacitación política. Dicha capacitación se consigue con la “palabra brillante”. Se busca el “arte de la persuasión”, no la verdad. Llaman a su arte “conducción de almas” pero para Platón se trataba más bien de “captura de almas”.

  2. Escepticismo, relativismo, individualismo

    Se duda de la capacidad de la razón humana para acceder a la verdad. Protágoras afirma que no existen las verdades universales y objetivas, que la verdad no depende del objeto sino del sujeto. Gorgias asegura que la verdad no existe, si existiera no se podría conocer, y si se conociera no se podría comunicar (paradójicamente, lo afirma como verdad, con rotundidad).

Sócrates

Método

Tenía un método muy peculiar que consistía en hacer pensar a la gente y que ellos mismos sacaran a la luz sus propios pensamientos. (Su padre era alfarero y escultor y su madre comadrona, en ambos oficios se da a luz algo desde el interior). Sócrates parte del conocimiento que que tiene cada persona; no hay que enseñarles cosas, sino hacerles descubrir la verdad que está en el interior.

Su método tiene tres momentos:

  1. La Ironía

    Es el punto de partida; hay que llevar al interlocutor a la convicción de que no sabe nada haciendo preguntas hasta romper el dogma. De esta forma, sin decírselo directamente, hace que el hombre descubra su propia ignorancia, le hace dudar, le lleva a investigar y, criticando las opiniones de los demás y admitiendo su propia ignorancia, le hace llegar a la verdad. “Sólo sé que no sé nada” ejemplifica la ironía socrática.

  2. La Mayéutica

    Significa parto, dar a luz la verdad. El diálogo hace alumbrar la verdad (con ayuda de otros se llega a la verdad).

  3. La Definición

    Es llegar al fondo de las cosas. La definición es el desvelamiento de la verdad que se ha descubierto en el diálogo.

Intelectualismo moral

Frente a la decepción por la diversidad de opiniones de los filósofos antiguos (físicos), sustituye la preocupación por el cosmos por la auténtica preocupación por el Hombre: su naturaleza moral. La sabiduría no le viene al hombre desde fuera, sino desde dentro. El sabio no es el que vive de seguridades, sino el que duda y se interroga. El intelectualismo moral es aquella doctrina que identifica la virtud con el saber. El que sabe es virtuoso; el que obra mal es un ignorante, porque el bien, que es lo útil para el individuo y para la ciudad, influye de tal manera sobre el entendimiento del que lo conoce, que una vez conocido, determina la voluntad, la cual no puede dejar de quererlo y practicarlo. El que no lo ha practicado es porque no lo ha conocido, es decir, porque no sabe lo que es el bien. “Solamente sabiendo qué es la justicia se puede ser justo; solamente sabiendo lo que es bueno se puede obrar el bien”. Paradoja: ¿Es mejor zapatero el que sabe hacer bien los zapatos pero los hace mal que aquel otro no sabiendo hacer zapatos los hace bien (aunque sea por casualidad)? El que peca, por lo tanto, no es por mala voluntad, sino por ignorancia. No debe haber un castigo, sino una instrucción, y en vez de cárceles, escuelas.

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