LOS PRESOCRÁTICOS Y EL ORIGEN DEL COSMOS
Del Mito al Logos: La Búsqueda del Arkhé
Antes de concebir el cosmos como un orden, la comprensión del mundo se basaba en los mitos, leyendas de tradición oral que surgieron en Grecia en el siglo VII a.C. Autores como Homero y Hesíodo recopilaron estos relatos que explicaban la realidad a través de las acciones de los dioses en un caos primordial. El mito fue la primera respuesta de la humanidad ante la existencia.
En contraste, el logos, que significa palabra, concepto, sabiduría o razón, surge como una nueva forma de entender el mundo. El logos se opone al mito al buscar explicar la realidad mediante leyes lógicas. Este paso del mito al logos se inicia en las polis griegas con los presocráticos, considerados los primeros filósofos. Ellos se interesaron por el conocimiento y reconocieron que el universo no era un caos, sino un conjunto organizado de seres: el cosmos.
Estos pensadores creían que este orden debía ser fruto de unas leyes o un principio fundamental, por lo que se dedicaron a buscar el arkhé (principio, origen del cosmos) de la physis (naturaleza, esencia, cosmos). Cada filósofo tuvo una visión distinta del arkhé.
Los Monistas: Un Único Arkhé
Los monistas creían en la existencia de un único arkhé y una physis absoluta. Entre ellos se encuentran los milesios:
- Tales de Mileto estableció el agua como arkhé, afirmando que «el agua es el principio de todas las cosas».
- Anaxímenes de Mileto propuso el aire como arkhé, que al contraerse o expandirse adquiría las propiedades de todos los cuerpos.
- Anaximandro de Mileto postuló el ápeiron, un arkhé indefinido, inmortal y único, dotado de un movimiento eterno e infinito.
Otros filósofos monistas fueron los pitagóricos, quienes creían que el arkhé era el número. Intuían que la naturaleza estaba escrita en clave de números y concebían el cosmos como un todo ordenado por relaciones numéricas.
Heráclito, conocido como «El Oscuro», propuso la contradicción y el fuego como arkhé, representando la dialéctica entre contrarios. Creía que la tensión y el conflicto eran la causa del movimiento universal y que todo fluye entre opuestos («Panta Rei» – todo fluye). Sin embargo, afirmaba que existía un orden en el universo, el logos, que daba lugar a todo.
Parménides de Elea, considerado el primer metafísico, afirmó la existencia de una realidad más allá de lo físico. En su poema Sobre la Naturaleza, describió dos caminos para descubrir el ser verdadero: la vía de la verdad, que sostiene que el ser es uno, eterno, inmutable e inmóvil; y la vía de la opinión, que se basa en las apariencias. Para él, el arkhé era el ser y el cambio era pasar del ser al no ser y viceversa.
Los Pluralistas: Múltiples Principios
Demócrito negó la existencia de un único arkhé y propuso la existencia de los átomos (sólidos, llenos e inmutables) y el vacío. Explicó que los átomos, con sus ganchos, se unían entre sí formando figuras geométricas y posteriormente los cuatro elementos básicos (agua, aire, tierra y fuego), cuya combinación daba lugar a todos los entes del universo. Su teoría mecanicista sostenía que todo es materia y que el cosmos evoluciona sometido a leyes.
Anaxágoras sostuvo que los seres físicos estaban formados por partículas elementales indivisibles y eternas llamadas homeomerías o spérmata, de diversa naturaleza. Estas partículas se encontraban en el caos sin movimiento hasta que un ser dotado de infinito poder e infinita sabiduría llamado «Nous» les dio movimiento y las unió, formando los cuatro elementos básicos y, finalmente, todos los entes. Su teoría, conocida como providencialismo, afirma la existencia de una inteligencia independiente de la materia.