Antropología en el Pensamiento de Marx
Marx ofrece ejemplos para ilustrar cómo el hombre se desenvuelve en la sociedad, con un enfoque crítico en el capitalismo. Observa que la lucha de clases ha evolucionado hasta culminar en el sistema capitalista, donde el objeto se transforma en mercancía y las personas son tratadas como objetos. Argumenta que todas las sociedades pueden analizarse bajo una misma estructura: una infraestructura y una superestructura.
La infraestructura se define por la relación entre quienes poseen los medios de producción y quienes solo poseen su fuerza de trabajo. El trabajador solo obtendrá beneficios si cumple con las tareas impuestas por el capitalista. El proletario, que solo es dueño de su descendencia, se enfrenta a la necesidad de proveer para su familia, mientras que la sociedad sufre por la escasez de recursos. En el capitalismo, todo tiene un precio, incluso el proletario, quien puede ser seleccionado o descartado. Enajenación, alienación y explotación son términos que definen la condición humana bajo este sistema.
Marx destaca que en el trabajo se produce un proceso de alienación que transforma al individuo en una cosa. La alienación describe cómo el hombre, a pesar de ser intrínsecamente bueno, tener intereses y comprometerse con su labor, se ve forzado a realizar un trabajo que no le satisface. Las personas se convierten en meras herramientas de mano de obra, participando en procesos de producción que les despojan de la propiedad de su trabajo. Este sentimiento de alienación conduce a la tristeza y la esclavitud, lo que Marx denomina subyugación, ya que los individuos se ven obligados a someterse para sobrevivir. El hombre se vende por dinero, convirtiéndose en un medio, la fuerza de trabajo que el empresario necesita.
El medio tiene un doble valor: el valor de uso (la cualidad intrínseca de la mercancía) y el valor de cambio (el valor que el objeto adquiere en el mercado). Los capitalistas remuneran a los proletarios por su tiempo de trabajo, no por los productos que generan. Dada la estructura laboral, al hombre no le beneficia buscar otro empleo, ya que todos son similares y ningún empresario está dispuesto a perder dinero. El hombre se siente ajeno a sí mismo mientras trabaja, y solo se recupera cuando está fuera del trabajo.
Socio-Política en la Teoría Marxista
El hombre piensa en función de cómo actúa. Si en la estructura social modificamos la superestructura, la infraestructura también cambiará. En todas las sociedades, la infraestructura comprende las fuerzas de producción; los medios de producción pertenecen al capitalista, quien proporciona recursos al proletario para que realice su trabajo. Sin embargo, estos recursos no son propiedad del proletario, lo que genera relaciones de producción desiguales. Si estas relaciones no cambian, las clases sociales persistirán. Los ricos crean ideologías que incluyen la religión, el derecho y la ética. Aparte de las enseñanzas de Jesús, Marx explica que si se modifican las relaciones económicas y se mejora la situación económica, los proletarios no necesitarán buscar refugio en la religión para aliviar su opresión. Las relaciones de producción se transforman cuando el proletariado logra acceder a los medios de producción.
Marx propone la síntesis final como resultado del choque entre la antítesis y la tesis. Considera que el capitalismo es intrínsecamente injusto porque el proletario es explotado por el burgués, quien se enriquece a través de la plusvalía. La antítesis al sistema capitalista es la dictadura del proletariado, una fase correctiva para alcanzar la igualdad de medios, tomando parte de los medios que no les pertenecen. Cuando el trabajador se da cuenta de que sus problemas son compartidos por el resto de la sociedad, surge la conciencia de clase (comunismo), que lo impulsa a formar una masa incontrolable. Esto conduce a una fase de corrección, un enfrentamiento social severo que causa muchas muertes.
Se apropian de la riqueza de las clases aristocráticas y, una vez iniciada esta fase, se debe continuar hasta alcanzar la síntesis, que tiene dos etapas:
- Socialismo: Se observa un auge en la riqueza social. Es un sistema que busca el bien común y, si se logra, se puede avanzar a la siguiente fase.
- Comunismo: Todos viven en bienestar y la antítesis desaparece. La propiedad privada es reemplazada por la propiedad colectiva de los medios de producción, se eliminan los partidos políticos y solo existe el partido comunista. Sin embargo, cuando se intenta implementar en la política, no se logra. Marx presenta una visión optimista y utópica que restringe las libertades.
Epistemología Marxista
Marx sostiene que el pensamiento de las personas está determinado por sus acciones. A la acción se le denomina materia, y esta explica la relación entre el hombre y la materia. De aquí surge el materialismo: la materia evoluciona constantemente, lo que conduce al materialismo dialéctico. Marx se ve influenciado por Hegel (izquierda hegeliana). En la relación con la materia, quienes la poseen serán ricos y tendrán libertad garantizada, mientras que quienes no la poseen carecerán de libertad y serán considerados esclavos, ya que trabajan para alguien que posee la materia. Cuando estos dos grupos chocan, surgen lemas como «La tierra para quien la trabaja». El trabajador argumentará que le corresponde, mientras que el rico dirá que la tierra es suya. Esto se conoce como materialismo histórico, donde una persona busca mantener su estatus y otras buscan alcanzarlo.
Marx aspira a que el materialismo histórico sea una teoría científica y afirma que sus análisis económicos de la realidad deben proponer un cambio (que los que no tienen, tengan). Esta propuesta genera un choque violento pero necesario, ya que la mayoría carece de posesiones. Marx sugiere que si se forma un partido comunista, este siempre ganaría debido a su superioridad numérica. Argumenta que si se les proporciona la base teórica y se les ayuda a ver la realidad, puede ocurrir un cambio. Negar que las personas están oprimidas por su trabajo es injusto, y Marx decide establecer una serie de leyes:
- Ley del tránsito de la cantidad a la cualidad: Aumentar la cantidad modifica la cualidad. Cuando los cambios cuantitativos alcanzan un nivel crítico, producen un cambio cualitativo (ej. el agua que se calienta gradualmente hasta convertirse en vapor).
- Ley de la unidad y lucha de los contrarios: Todos los elementos de la naturaleza contienen contradicciones internas, fuerzas antagónicas que generan nuevos cambios (ej. el fuego).
- Ley de la negación de la negación: En términos hegelianos, tesis, antítesis y síntesis; en términos marxistas, afirmación, negación y negación de la negación (ej. un grano de cebada: si se consume, se niega; si se planta, produce una planta, que es su negación, y de la planta surgen nuevos granos, la negación de la negación).
Ética y Teología según Marx
La persona se define a través de sus acciones, y como no logra sentirse realizada, los capitalistas desarrollan teorías para persuadir a los trabajadores de que soporten su situación. Para Marx, la concepción ética se manifiesta en las ideologías, que son herramientas de manipulación capitalista. Si se inculca en la sociedad la idea de que una persona honrada es aquella que es un buen trabajador, esta querrá trabajar para ser considerada honrada. Cuando alguien prioriza su vida sobre la empresa o el trabajo, se le cuestiona y se le tacha de egoísta.
Cuando una persona se siente agotada, puede recurrir a la religión como un tranquilizante en el trabajo, ya que una buena persona valora otros factores por encima del dinero. Marx cree que si la sociedad cambia, la gente no necesitará refugiarse ni buscar tanto apoyo en la religión.