Materialismo Histórico: La Lucha de Clases y la Dialéctica en la Historia

Materialismo Histórico

El Marxismo y la Sociedad

El Marxismo es una filosofía de la historia y de la sociedad que pone al ser humano en el seno de la naturaleza y las realidades materiales. El marxismo ve al Materialismo Histórico como una fuente de recursos materiales.

El ser humano es un ser animal y racional por su estructura biológica, su materialidad y sus creaciones culturales.

Las aportaciones de Marx a la filosofía de la historia y de la sociedad han sido su interpretación de las leyes en términos materiales y dialécticos.

La economía determina la forma de vivir, relacionarse y pensar del ser humano.

El Capitalismo y la Burguesía

El Capitalismo tuvo su origen en los siglos XV y XVI, transformándose en el siglo XIX en un sistema económico y social. Situó a la burguesía como clase dominante.

La clase proletaria, formada por masas de obreros industriales, debía, según Marx, tener conciencia de pertenecer a esta clase social.

Marx pensaba que la lucha entre opresores y oprimidos es la explicación de los conflictos de los seres humanos.

Las condiciones de vida del ser humano concretan el pensamiento y las creaciones culturales.

La alienación económica está en la propiedad privada.

El capitalista está determinado por la propiedad privada. Esta debe ser atacada por organizaciones obreras y convertida en propiedad pública.

La Lucha de Clases y la Transformación Social

Marx afirma en el Manifiesto Comunista que toda la historia de la sociedad humana está formada por opresores y oprimidos empeñados en una lucha que conduce a la transformación revolucionaria del régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes. Marx sustituye el idealismo hegeliano. El Materialismo y la Dialéctica forman el Materialismo Histórico.

El Materialismo Histórico explica el desarrollo histórico de la humanidad a partir de un proceso dialéctico de oposición entre clases sociales. La posición histórica de Marx no ha abolido la lucha de clases; la burguesía establece nuevas condiciones de opresión que sustituyen las antiguas y esta tiende a dividirse en dos clases opuestas: la burguesía y el proletariado. La historia es el proceso derivado de la transformación de las condiciones materiales donde la clase explotada realiza su actividad productiva.

Marx analiza este proceso para edificar un nuevo orden, donde en el comunismo se suprimen los antagonismos de clases. Las sociedades son sistemas de interrelaciones de estructuras; la base es la infraestructura que constituye el entramado económico que vertebra la vida de la sociedad. La actividad económica configura el modo de ser en el plano ideológico, político, moral y jurídico.

Infraestructura y Fuerzas Productivas

En la infraestructura hay dos fuerzas dialécticas antagónicas: las fuerzas productivas, representadas por el trabajador, la materia prima, la maquinaria y la industria; y las relaciones de producción, determinadas por las conexiones productivas establecidas entre los propietarios. Marx analiza el desarrollo histórico de estas.

Las mercancías son un desarrollo desconocido que encuentra en este el germen de la disolución del sistema feudal, incapaz de abrirse a las nuevas necesidades de los nuevos mercados.

Los maestros gremiales son desplazados por la clase media industrial y la división del trabajo se aplica a todos los talleres. El trabajo gremial da paso a la manufactura. Las manufacturas, insuficientes, dan paso a la industria moderna, forjando un gran comercio industrial. Los inventos de nuevas máquinas revolucionan el sistema industrial de producción. El comercio industrial incrementa el comercio, la navegación y las comunicaciones. Los cambios sociales son consecuencia de transformaciones en las fuerzas productivas que corresponden con unas relaciones de producción específicas.

Superestructura e Ideología

En esta infraestructura se configura una fundamentación ideológica destinada a mantener la situación social general. La burguesía, la clase dominante, sistematiza esta estructura ideológica con el fin de mantener alineado al hombre y hacerle incapaz de rebelarse ante el sistema social impuesto.

  • La ideología religiosa invita al sacrificio y a la resignación.
  • La ideología filosófica ofrece una explicación de la realidad con conceptos difusos.
  • La ideología económica apoya la necesidad de la existencia de una clase social desfavorecida para que el sistema funcionase.
  • La ideología política, cuyo garante es el Estado, que pone al servicio de la burguesía su poder coercitivo para mantener el statu quo social imperante.

La conciencia se convierte en una superestructura. La existencia del hombre está determinada por su forma de vivir, que determina el pensamiento.

La infraestructura alimenta la superestructura. El cambio en la base económica provoca un cambio ideológico en la sociedad. Los cambios históricos son el resultado de ese antagonismo dialéctico que se produce entre fuerzas productivas y relaciones de producción.

La Revolución y el Comunismo

Para Marx, el sistema capitalista degenerará en una revolución que dará paso al modo de producción comunista.

El Capital, que es su obra principal, describirá los mecanismos por los que el capitalismo genera condiciones materiales, de acuerdo con el proceso dialéctico que rige la historia de las sociedades, que serán causa de su propia destrucción. Este análisis concluirá en el análisis de esa revolución.

La revolución, necesaria para implantar una nueva sociedad definitiva, comunista, debe ser la culminación de la historia y su proceso dialéctico. Se caracteriza por: la dictadura del proletariado y, después, el comunismo, que es la etapa final del progreso de la sociedad, donde la producción será suficiente y la educación avanzada.

A la dictadura del proletariado le sigue, según la dialéctica marxista, la «clase feliz» y la «dichosa anarquía».

Esta es la utopía del comunismo, que es la meta a la que se llega mediante la teoría marxista.

La utopía hace progresar la sociedad, convierte el desarrollo instintivo de la vida animal en un progreso ideal y racional humano. Se basa en la idea de la perfección de las sociedades y es la raíz del humanismo.

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