Metafísica: Conceptos Fundamentales y Perspectivas Filosóficas

1. ¿Qué es la Metafísica?

1.1. Origen Etimológico de la Palabra

El nombre «metafísica» procede de Andrónico de Rodas, filósofo del siglo I a. C. Al ordenar los escritos de Aristóteles, encontró algunos en los que este trataba acerca de cierta «filosofía primera», llamada en otras ocasiones «teología» o simplemente «sabiduría». Andrónico los ordenó siguiendo las letras del alfabeto griego. Este grupo de escritos, que Aristóteles dejó sin título, fue colocado para su edición detrás de los ocho libros de Física. De aquí el nombre de metafísica: ta metá ta physicá, es decir, «los que están detrás de la Física» o, también, «lo que hay más allá de las cosas físicas».

1.2. La Metafísica como Filosofía Primera: Estudio de la Realidad

Si traducimos metá como «más allá», la metafísica se convierte en el estudio de una realidad superior y trascendente a la naturaleza (physis), es decir, se correspondería con el tratado o estudio acerca de Dios (theós, teología). Pero si traducimos metá como «detrás», estaríamos refiriéndonos a una realidad subyacente e inmanente a las cosas naturales, esto es, al estudio del ser de las cosas (ontología).

2. El Saber Metafísico

La metafísica ha sido y es el resultado del esfuerzo intelectual de algunas personas por comprender el mundo. Personas que han sentido y sienten en la actualidad la necesidad de interpretar sus experiencias y ordenarlas, de dar razón de lo que pasa y de lo que les pasa. Pues la pretensión última de la metafísica es alcanzar un saber conducente a la sabiduría y a la felicidad.

Por eso, el saber metafísico es muy diferente a la ciencia, sobre todo porque pretende ir «más allá» de las explicaciones científicas. La ultimidad es una de las características básicas de la metafísica: intenta llegar a las cuestiones últimas, cuya respuesta ya no admite seguir preguntando más. A esto se refieren los filósofos cuando dicen que la metafísica trata de los «primeros principios y de las primeras causas».

La metafísica no se ocupa de una clase, tipo o campo de cosas, sino que pretende abordar su estudio desde una perspectiva universal. No le interesan las cosas por las propiedades que posean, sino que le interesa lo común a todas ellas, es decir, que son.

La metafísica es un saber radicalmente abierto a la revisión de los presupuestos del pensamiento.

3. Tres Tipos de Respuestas al Sentido de la Vida

De manera orientadora, se puede afirmar que hay tres respuestas básicas a la pregunta por el sentido:

  • No hay sentido. La existencia y el mundo son absurdos. No se puede dar sentido a la vida, pues ni siquiera tiene sentido tal pregunta. En realidad, esta posición elimina la propia pregunta. Es la actitud que han adoptado pensadores contemporáneos como Jean-Paul Sartre o Jacques Monod, y algunos escritores como Albert Camus o Cioran.
  • Hay un sentido inmanente. Otros consideran que la existencia tiene finalidad, significado o valor, pero entendiendo que la muerte es un límite absoluto para la humanidad. El sentido sólo puede estar más acá de la muerte, en el propio existir humano. Entre los autores que sostienen esta posición están Ernst Bloch o Enrique Tierno Galván.
  • Hay un sentido trascendente, un sentido que rebasa la muerte. Ésta es, en general, la posición de las religiones. Algunas, como el judaísmo, el islam y el cristianismo, lo denominan salvación. Pero la trascendencia no significa que no haya sentido en esta vida. Se da una relación de continuidad: la vida adquiere sentido también desde la consideración de una promesa de felicidad futura, plena y definitiva.

4. Monismo, Dualismo y Pluralismo Ontológico

Éstas son las tres posturas básicas que se han adoptado en la reflexión sobre la realidad:

  • Por monismo ontológico entendemos aquellas concepciones que afirman que el mundo está formado por un solo elemento o tipo de realidad. Spinoza, racionalista del siglo XVII, expresó su concepción monista de la realidad en la fórmula Deus sive natura. Es decir, no hay más que una única realidad, pues Dios y la naturaleza son un todo único, una y la misma cosa. Parménides y Plotino se consideran también monistas, aunque sus concepciones sean muy diferentes entre sí.
  • Platón es el fundador del dualismo ontológico. Él dividió la realidad en dos grandes ámbitos a los que denominó «mundos»: un mundo racional, formado por realidades que se pueden entender o inteligir, pero que no son sensibles; y un mundo de los sentidos, al que pertenecen todas aquellas realidades que percibimos mediante los sentidos. Las parejas de conceptos «materia/espíritu», «terrenal/celestial», «cuerpo/alma», etc., que a veces se usan para describir aspectos de la realidad, se pueden entender como derivaciones del dualismo platónico.
  • En el pluralismo ontológico agrupamos aquellas concepciones que sostienen que el mundo está integrado por varias realidades. Así es como pensaba en el siglo XVII René Descartes, por ejemplo, cuando distinguía tres tipos de realidad: la sustancia infinita (Dios), la sustancia pensante (yo, alma) y la sustancia extensa (mundo). Sin embargo, la tradición pluralista se remonta hasta la antigüedad, con Empédocles y Anaxágoras, entre otros.

5. Realidad, Historia y Vida

Historia y vida son dos categorías o dos conceptos máximamente generales con los que se pretende ordenar, expresar y comprender actualmente la realidad. Con ellos pretendemos pensar la realidad como vida histórica o como historia vivida.

Afirmar la historicidad de la realidad implica defender una concepción dinámica del mundo. La realidad se nos presenta como algo que se está haciendo permanentemente, por lo que nunca está definitivamente acabado. Continuamente están surgiendo nuevas realidades y permanentemente se pierden o aniquilan otras. Sin embargo, lo auténtico y verdaderamente real no es cada una de las fases del proceso histórico, sino más bien el proceso mismo. Éste es el núcleo común de las concepciones de dos filósofos tan diferentes en otros aspectos, como Heráclito y Hegel. Ya en el siglo XX, la corriente hermenéutica ha puesto especialmente de relieve que la historicidad es una componente básica de nuestra comprensión de la realidad. En consecuencia, la temporalidad y la finitud, es decir, la existencia limitada en el tiempo, es un elemento constitutivo de lo que llamamos «realidad».

  • La consideración de la vida como categoría para pensar la realidad procede, sobre todo, de Dilthey. Él consideró que la vida es el «lugar» original y originario del que hay que partir, el subsuelo primigenio del que brota toda reflexión. Siguiendo la distinción de Ortega, la categoría de la vida ha de entenderse en un sentido biográfico y no simplemente biológico. Esto es, la vida se considera como algo irreductible a los procesos biológicos en los que se basa; se entiende como una realidad histórica y finita en la que, de hecho, nos encontramos. Esta línea de pensamiento, conocida como filosofía de la vida, se propone como objetivo comprender la vida.

6. La Pregunta por la Muerte

6.1. La Muerte se Define por Relación a la Vida

La muerte se define por relación a la vida, como la interrupción irreversible de las actividades vitales.

6.1.1. El Concepto Biológico de Vida

La vida es un fenómeno complejo. Jacques Monod, biólogo contemporáneo que ha reflexionado sobre la biología moderna desde una perspectiva filosófica, ha definido a los seres vivos como «objetos dotados de un proyecto», es decir, dotados de teleonomía. Pero además, los seres vivos se caracterizan por su capacidad para construirse o desarrollarse a sí mismos, sin intervención de agentes exteriores (morfogénesis autónoma); y por último, por transmitir sin modificaciones la información que poseen (invariancia reproductiva).

6.1.2. El Concepto Filosófico de Vida

Los pensadores griegos de la antigüedad ya usaron el concepto de vida en un sentido diferente a las actividades biológicas, entendiéndolo como el modo humano de ser, es decir, como vida práctica o moral.

6.2. La Muerte como Fenómeno Humano

Sin embargo, la muerte sólo tiene plena significación cuando se trata del cese de la vida humana. Porque sólo el ser humano es consciente de que está vivo y, por ello, sólo él sabe que ha de morir. La consideración filosófica de la muerte nos ofrece las siguientes aportaciones:

6.2.1. Muerte y Filosofía

Platón, Cicerón y Schopenhauer, entre otros, establecieron una peculiar relación entre muerte y filosofía, al entender que la filosofía es una preparación para la muerte, porque una misión de la filosofía es contribuir a que los seres humanos vivamos de forma plena nuestra existencia, de modo que cuanto más plenamente vivamos, más humanamente afrontaremos nuestra muerte.

6.2.2. Experiencia de la Muerte

Aunque la muerte es un acontecimiento que ha de ocurrir a cada uno, podemos constatar que no podemos vivir nuestra propia muerte. Ni tengo experiencia directa de mi propia muerte, ni puedo obtener conocimiento concreto y suficiente de ella a través de la muerte de los demás.

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