En los dos prólogos de la «Crítica de la razón pura»‘ Kant plantea la siguiente pregunta: ¿A qué se debe que la metafísica no haya encontrado el camino seguro de la ciencia?
Pudiendo remontarse los orígenes de las investigaciones metafísicas, físicas y químicas hasta los presocráticos; sólo la metafísica todavía no ha conseguido constituirse como una ciencia.
Kant señala que en el ámbito de la metafísica reina una absoluta falta de acuerdo y grandes controversias, dado que existen una multitud de teorías dispares respecto a cuestiones como cuáles y cuántos son los primeros principios y primeras causas de la realidad, o relativas al alma, Dios, sustancias y tipos. Teniendo presente este caos, conviene preguntarse: ¿es posible la metafísica como ciencia? Kant decide primero analizar cómo se forma el conocimiento científico en ciencias como la matemática y la física, para evaluar si esos mismos procedimientos son aplicables a la metafísica.
Kant determina que lo carácterístico de las ciencias, desde la lógica, es que en las ciencias se dan juicios sintéticos a priori.
Debemos explicar los siguientes pares de juicios: a priori/a posteriori y analítico/sintético.
- El par a priori/a posteriori hace referencia a la necesidad o no de acudir a la experiencia para determinar la verdad o no de un juicio. Ante un juicio como «esa mesa es marrón” requiere que acudamos a la experiencia para determinar su verdad o falsedad, y es por lo tanto un juicio a posteriori.
- El par analítico/sintético sigue la distinción entre verdades de razón/verdades de hecho de Leibniz y relaciones de ideas/cuestiones de hecho de Hume. La distinción juicios analíticos/sintéticos se centra en la relación de inclusión que se da o no entre un sujeto y su predicado. En los juicios analíticos el predicado está comprendido en la noción del sujeto, y son, juicios explicativos, es decir, juicios que no aumentan mi conocimiento, hacen explicita cierta relación entre sujeto y el predicado. En los juicios sintéticos el predicado no está comprendido en la noción de sujeto, y son juicios extensivos, en el sentido de que mi conocimiento se extiende, aumenta.
Según Kant, para Leibniz y Hume los juicios de las ciencias o eran analíticos a priori (matemáticas y lógica) o sintéticos a posteriori (física/química), nunca plantearon que en las ciencias pudieran darse juicios un tercer tipo de juicio, los juicios sintéticos a priori, juicios en los cuales el predicado no está contenido en la definición del sujeto y su verdad es universal y necesaria.
Como ejemplos de juicio sintéticos a priori: «la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos», si analizamos la definición del concepto línea recta en ningún momento encontraremos el concepto distancia, es un juicio sintético, además es a priori, su verdad es algo necesario y universal. Lo mismo sucede con el juicio “todo cambio ha de tener una causa”, para definir el cambio en un sistema sólo necesitamos la posición de los elementos en dos instantes de tiempo, no necesitamos recurrir al concepto de causa para definir el concepto de cambio. Es una verdad universal y necesaria, no es un juicio analítico, sino sintético.
Para Kant los juicios sintéticos a priori forman los principios fundamentales de las ciencias.
¿Cómo es posible que existan juicios que amplían mi conocimiento y que, no dependan de la experiencia? Es decir, ¿Cómo podemos saber algo a priori acerca de la realidad? Su obra la Crítica de la razón pura puede ser divida por las respuestas a esta pregunta y la inicial, aquella relativa a la posibilidad o no de una ciencia metafísica:
- ¿Cómo es posible la matemática pura? A esta pregunta, responderá Kant en la Estética Trascendental.
- ¿Cómo es posible la ciencia natural pura? A esta pregunta, en la Analítica Trascendental.
- ¿Es posible la metafísica como ciencia? A la tercera, sobre la metafísica como ciencia, en la Dialéctica Trascendental.
En la Crítica de la razón pura, plantea un novedoso punto de vista epistemológico. Si desde Aristóteles el conocimiento se había definido como la adecuación del sujeto al objeto Kant invertirá esta relación de adecuación, afirmando que el objeto se adecua a ciertas formas innatas de nuestro entendimiento.
Cuando conocemos no sólo nos limitamos a recoger datos procedentes de los objetos, sino que además activamente mediante unas formas innatas configuramos los objetos. Estas formas innatas actúan como una especie de «moldes» que organizan y configuran los datos procedentes de los sentidos. Este planteamiento es el giro copernicano de Kant. Esta postura epistemológica parecería acercarle al Racionalismo, Kant también sostiene la tesis fundamental del Empirismo: el conocimiento empieza por los sentidos y no es posible obtener conocimiento sin experiencia. Kant intenta transitar un camino intermedio y romper con la dicotomía Racionalismo/Empirismo.
«Todo nuestro conocimiento comienza por los sentidos, pasa de estos al entendimiento y termina en la razón»
Estética trascendental.
Se estudian las formas a priori de la sensibilidad. La sensibilidad es definida como la capacidad de recibir representaciones al ser afectados por objetos, a estas representaciones se las llama intuiciones empíricas. Las formas a priori de la sensibilidad, intuiciones puras, son espacio y tiempo, su función es ordenar en el espacio y en el tiempo las intuiciones empíricas que experimentamos.
Intuición pura del espacio: Es una condición necesaria de nuestra experiencia que todo lo que exista deba existir en algún lugar. Pero es un sinsentido decir que el espacio mismo existe en el espacio. No es por la experiencia por lo que hemos aprendido que nada puede existir sin estar en el espacio, sino porque no podemos pensar de otra forma sin provocarnos un «calambre mental». El espacio no es objeto de experiencia como lo son las cosas que hay en él, al contrario, el espacio es una condición para la experiencia, forma a priori de la sensibilidad. Lo que hemos dicho del espacio también es cierto del tiempo.
En las matemáticas son posibles los juicios sintéticos a priori porque su fundamento se halla en las intuiciones puras de la sensibilidad: la geometría es la ciencia de las propiedades lógicas del espacio, la aritmética es la ciencia de las propiedades lógicas del tiempo.
Una consecuencia importante de este planteamiento es que las cosas nunca las conocemos en sí mismas (noúmenos), sino como representaciones después de haber impuestos sobre ellas las formas a priori de la sensibilidad y el entendimiento (lo que Kant llama fenómenos). Kant establece una diferencia entre la cosa en sí (das Ding an sich) y la cosa para mí (das Ding für mich).
Analítica trascendental.
Se estudian las formas a priori del entendimiento. Las funciones propias del entendimiento son: subsumir bajo conceptos los fenómenos aportados por la sensibilidad y formar juicios. La relación entre el entendimiento y la sensibilidad es dependencia mutua, sin sensibilidad ningún objeto nos sería dado y, sin entendimiento, ninguno sería pensado. Los pensamientos sin contenido son vacíos; las intuiciones sin conceptos ciegas. Al ser el conocimiento el resultado de la acción de las dos facultades, Empirismo y Racionalismo, al decantarse por una de las dos, estaban en un error.
Kant distingue dos tipos de conceptos: empíricos y puros. Los primeros son términos generales como mesa. Son a posteriori, surgen de la experiencia. Los últimos son a priori, son antes de la experiencia, no son aprendidos, constituyen las condiciones mismas bajo las cuales pensamos y relacionamos los conceptos empíricos. Al elaborar el juicio «La bola roja es causa del efecto de movimiento que vemos en la bola azul» a partir de la sucesión de fenómenos: «La bola roja golpea la bola azul» y «la bola azul se mueve» intervienen conceptos empíricos como «bola», «golpear», «mover», «azul» y «rojo», y el concepto puro de causalidad que sirve para enlazarlo todo. Para Hume cuando descomponemos en ideas simples la idea compleja encerrada en «la bola roja es la causa del efecto de movimiento que vemos en la bola azul», podemos hallar una impresión detrás, excepto de las palabras causa-efecto, carecen de fundamento según su criterio de verdad, siendo causa-efecto una relación nacida del hábito y la costumbre. Para Kant el error de Hume y de los empiristas reside en considerar que todos los conceptos que usamos para ordenar los datos de los sentidos provienen de la experiencia, en términos kantianos, considerar que nuestro entendimiento sólo usa conceptos empíricos.
Los conceptos puros del entendimiento son llamados categorías. Kant distingue un total de 12, agrupados en 4 grupos, de los cuales el más importante es el grupo de relación, porque sus categorías (sustancia, causa-efecto, acción-recíproca) constituyen el fundamento de los principios de la física, con su reflejo en las tres leyes de Newton. Un juicio sintético a priori como «todo cambio ha de tener una causa» es sintético ya que la noción de cambio no incluye la de causa; y es un juicio a priori, se funda en la categoría de causa-efecto. Hume al considerar que el fundamento de la causalidad se encuentra en nuestras costumbres, hábitos y creencias hacía peligrar los fundamentos de ciencias como la física o la química.
Dialéctica trascendental.
Se estudia la razón, entendida como la facultad de enlazar los juicios procedentes del entendimiento mediante la formulación de silogismos, para reducir la enorme variedad del conocimiento del entendimiento al menor número de principios, consiguiendo la suprema unidad de los mismos. La razón busca construir juicios cada vez más generales en busca de unos principios o leyes que abarquen el mayor número posible de fenómenos y permitan enlazarlos. A los principios más generales posibles que sirven de condiciones fundamentales Kant los llamará ideas trascendentales.
Las tres ideas transcendentales son las tres ideas clásicas de la metafísica: Alma, Dios y Mundo. Llegamos por medio de tres clases de razonamiento: categórico, hipotético y disyuntivo (grupo de las categorías de relación del entendimiento). Las categorías de relación son las únicas que se prestan a crear un encadenamiento ordenado, progresivo o regresivo de juicios.
- El encadenamiento regresivo de estados mentales del tipo: estoy aburrido, por medio de razonamiento categóricos (categoría sustancia-accidente) da lugar a la creación del yo como sustrato de mis estados mentales, soporte de todos mis estados mentales.
- El encadenamiento regresivo de juicios hipotéticos referidos al mundo: tipo A fue causado por B, por medio de razonamientos hipotéticos (relaciones de causa-efecto) da lugar a la creación de la idea una primera causa incondicionada.
- El encadenamiento de juicios disyuntivos por medio de razonamientos disyuntivos da lugar a la idea de mundo, límite resultante de la yuxtaposición de todos los hechos particulares experimentados.
Estas ideas nos permiten pensar los fenómenos en su totalidad, no conocerlos porque no hay una intuición sensible que las respalde. Del análisis de la dialéctica trascendental
Kant concluye que no es posible la metafísica como ciencia porque su objeto de estudio, las ideas trascendentales, están más allá de la experiencia, al superar el límite de los fenómenos (sólo podemos conocer fenómenos, no noúmenos). Estas ideas nos son útiles para unificar los conocimientos del entendimiento, la razón tiende naturalmente a formarlas y a querer traspasar los límites del conocimiento.
Podemos resumir los resultados del análisis de la dialéctica trascendental diciendo que la Crítica de la razón pura marca los límites del conocimiento metafísico y su imposibilidad de constituirse como una ciencia, reconociendo la tendencia natural de la razón humana a formar estas idea