DIONISÍACO
Nietzsche lo define como una concepción metafísica del arte, y dice que no es simplemente una complacencia subjetiva, pues a través de esto una cultura expresa una concepción del mundo y de la existencia. El pueblo griego antiguo logró captar las dos dimensiones fundamentales de la realidad (Apolo y Dionisos). Apolo era el Dios de la luz y la armónía, frente al mundo de las fuerzas primeras e instintivas, así como la individuación, el equilibrio, la medida, la racionalidad. Y frente a lo apolíneo los griegos opusieron lo dionisíaco, (Dionisos, Dios del vino, cosechas, fiestas excesivas…) representado con la figura de la pasión, la música, la embriaguez, el caos, la noche, el mundo instintivo, y la irracionalidad. Lo importante del mundo griego arcaico consistíó en no ocultar la dimensión de la realidad, sino en armonizar ambos principios, (apolíneo y dionisíaco). Luego, con la decadencia occidental, afirman (Platón, Sócrates…) que el mundo apolíneo es el único y verdadero.
MORAL CONTRANATRUAL
La moral tradicional (o cristiana) es “antinatural”, pues representa leyes que van en contra de las tendencias primordiales de la vida. Es una moral de resentimiento contra los instintos y el mundo biológico y natural. Esto se ve en la obsesión de la moral occidental por limitar el papel del cuerpo y la sexualidad (presente en la filosofía socrático-platónica, [y en el cristianismo]), que han inventado el pecado y la libertad. La idea de pecado es una de las más enfermizas: con ella el sujeto sufre y se aniquila a partir de algo ficticio (no existe Dios al que tengamos que rendirle cuentas, no debemos esperar un castigo, un juicio del Dios, ni sentirnos cuestionados… por ese ser inexistente). Además, el cristianismo tiene la necesidad de la noción de libertad: para poder hacer culpables a las personas antes hay que hacerlas responsables de sus acciones.
INOCENCIA DEL DEVENIR:
Es una concepción del mundo opuesta a toda interpretación moral. Más allá del bien y del mal. Los griegos y el cristianismo juzgaron la existencia como culpable. Sin embargo, los griegos decían que la responsabilidad es de los dioses, y los cristianos decían que era del hombre. Ambas soluciones son nihilistas, pues ambas suponen una condena de la vida (pero la griega es más hermosa, dice Nietzsche). En realidad el problema no está en quién es responsable del caos y del sinsentido de esta existencia, sino en la comprensión de si “¿la existencia es culpable o inocente?”.
Nihilismo
De “nihil”, nada. Es una actitud vital y filosófica que niega todo valor de la existencia, o la hace girar alrededor de algo inexistente. Se manifiesta de tres maneras: 1. Como decadencia vital: la cultura occidental es nihilista porque cree en valores falsos como el Bien y la Verdad, y se le da importancia a lo inexistente (Dios, Mundo Ideal…) despreciando así la única realidad que existe: la de los sentidos. 2. Como pasividad: La que nos dominará cuando comprobemos (en el transcurso de la historia) que los valores cristianos son falsos. Y pasaremos de creer que “Dios es la verdad” a “Todo es falso”, dominados por la apatía y el desánimo que conlleva. 3. Como actividad: Reacción contraria al Nihilismo pasivo que nos servirá para crear una civilización nueva antes de que caiga la antigua. Al principio habrá un momento de duda (Nihilismo como consecuencia de la caída de los valores vigentes), luego un momento de reflexión y distanciamiento de la tradición cultural (Nihilismo como afirmación del propio proceso nihilista); por último surge la nueva valoración de la vida dirigido por la voluntad de poder (Nihilismo como punto de inflexión hacia un nuevo camino del hombre). En este proceso se destruyen los nuevos valores para crear unos nuevos que afirmen la voluntad de poder y la moral del superhombre.
MUNDO APARENTE
Con los conceptos “mundo aparente” y “mundo verdadero”, Nietzsche hace referencia a la división de la realidad en dos mundos: el mundo superior y verdadero (Mundo de las Ideas, el Cielo… Mundo inmutable y eterno, dado por el cristianismo y la filosofía platónica) y un mundo con un grado de realidad inferior (el mundo sensible, sometido al devenir, limitado a los sentidos). Nietzsche considera que debe invertirse esta división, pues el mundo verdadero es el que hasta ahora se había considera como mundo aparente (mundo aparente (verdadero) = mundo sensible) y mundo falso al que se había considerado superior y verdadero (mundo inexistente (falso) = Mundo de las Ideas).
TRANSMUTACIÓN DE VALORES
En La genealogía de la moral Nietzsche hace una crítica a la moral cristiana a partir del estudio de los valores, que consiste en la investigación del origen de la evolución de los conceptos morales del bien y del mal. 1. En la Grecia Heroica, el bueno era siempre el fuerte, el apasionado, el creador de valores… A partir de Sócrates y Platón, el pesimismo nihilista empieza a ganar a los griegos, siendo el bueno el que renuncia a la vida, a las pasiones… a favor de un mundo inexistente (de las Ideas).
2. Judaísmo y Cristianismo, apoyados en el platonismo, crean una nueva moral cuya carácterística fundamental es el resentimiento.
Es una inversión de los valores de la Grecia Heroica: ahora los buenos son los mansos, los obedientes, los sumisos…, y pasan a ser malos los fuertes, los poderosos, los héroes… Frente a la moral heroica, la cristiana es una moral de esclavos. 3. Nietzsche propone una nueva inversión de los valores (transmutación de valores)
: la moral cristiana es sustituida por una moral sana guiada por valores que dicen “sí” a la vida, a las pasiones y a los instintos. El abanderado sería el superhombre, el que es capaz de asumir la muerte de Dios, la “pesada carga” del eterno retorno, y de “espiritualizar las pasiones”.