T3 1. Naturaleza humana, individuo y cultura
El ser humano es un animal cuya naturaleza se abre al orden cultural (lenguaje, técnica, moral, derecho, economía, arte…). Es un animal cultural. La cultura introduce un modo de adaptación eficaz que aporta mecanismos como el lenguaje simbólico y la técnica que permiten orientarse en el mundo. La naturaleza biológica específica de los seres humanos posibilita la vida cultural. Se considera al hombre un ser único e irrepetible, por eso se le llama individuo. La época moderna se caracteriza porque en ella se han conquistado los derechos y libertades individuales. Se entiende que todo individuo humano es sujeto de derechos que no deben ser ignorados ni violados. Individualismo y sus límites se conoce como la teoría del individualismo posesivo. Según ella, cada ser humano es el único propietario de su persona y de sus capacidades sin deber nada a la sociedad. La sociedad es contemplada como un conjunto de individuos propietarios que se relacionan entre sí mediante intercambio de bienes y servicios que hayan sido capaces de acumular. No existe individuo que no tenga contraída una deuda con la sociedad y que pueda considerarse totalmente independiente de ella. Por eso se habla de un individualismo altruista, porque estamos dotados de una insociable sociabilidad.
2. Génesis social del ser humano
El ser humano es sociable por naturaleza. El representante de esta postura es Aristóteles, quien parte de que el ser humano es un animal político. Solo en la sociedad puede alcanzar la felicidad que su naturaleza le permite y exige. El ser humano solo puede vivir en sociedad ya que está dotado de razón para conocer el bien y el mal, lo justo e injusto, y solo él dispone de un lenguaje capaz de expresarlos. Vivir en sociedad no es una exigencia de la naturaleza. El ser humano no es sociable por naturaleza. La sociedad es una construcción artificial surgida como mal menor para hacer posible una conveniencia. La sociedad es fruto de un contrato entre los seres humanos. Destacan Hobbes, que parte de una consideración pesimista de los seres humanos, defiende que el hombre es un lobo para el hombre, que cada uno, movido por el egoísmo, está en permanente lucha con los demás, y el único impulso natural que tienen es la conservación y satisfacción de sus necesidades. Solo un jefe fuerte y absoluto, elegido por todos, hará posible una sociedad pacífica. También Rousseau, que parte de la hipótesis de un hombre natural solitario, que no necesita la sociedad para vivir pero está movido por una piedad natural hacia los demás, que es bueno por naturaleza. Pero la propiedad y el egoísmo ponen en peligro el desarrollo de una convivencia pacífica, haciendo al ser humano malvado. La salida de esta situación sería una sociedad justa sustentada por la voluntad general. Aportaciones de la antropología cultural. La antropología cultural estudia la forma de vida de los distintos grupos humanos y la evolución que ha experimentado. Interpreta los actos de nuestros antepasados y trata de comprender su significado. Las primeras sociedades, hace 35 mil años, eran sociedades igualitarias basadas en la caza y recolección. Predominaba en ellas el intercambio y la reciprocidad. El jefe era un humano con experiencia que hacía de mediador. Luego fueron las sociedades agrícolas, de las que hay vestigios desde hace 8 mil años. Esta agrupación da lugar a la acumulación y redistribución controlada de productos. Consta de un jefe que es la persona con poder para recoger y almacenar alimentos y bienes para satisfacer a la población. También es un jefe guerrero, capaz de llevar la guerra más allá de las aldeas cercanas. Después de estas sociedades se pasa al estado, y se llevó a cabo una fuerte centralización del poder, mayor estratificación social, una división de funciones, desigualdad de la distribución de riqueza, desarrollo urbanístico y crecimiento cultural. Esta organización social se produjo hacia el 3500 a.C.
3. Dinamismo de la socialización
Socialización y sus formas: la socialización es un proceso por el cual el individuo interioriza la cultura de la sociedad en la que vive, desarrolla su identidad y se construye como persona. 1) Socialización primaria: su objetivo es introducir al sujeto en la sociedad y desarrollarlo en el seno de la familia durante la niñez. La escuela y la televisión tienen un papel importante. El niño se apropia de los roles, actitudes y valores de los que lo rodean. Va interiorizándolos a través de la generalización. El proceso de socialización primaria tiene gran carga emocional. 2) Socialización secundaria: en ella se interiorizan mundos institucionales que contrastan con el mundo de base ya adquirido. Tienen importancia las instituciones laborales, políticas y religiosas. La interacción social tiene menor carga afectiva. En esta etapa, el conocimiento debe ser reforzado por técnicas complejas. Este proceso de maduración puede dar lugar a crisis de crecimiento. 3) Resocialización: en ella se interiorizan contenidos culturales de una sociedad distinta a aquella en la que el sujeto se ha socializado. La tradición es lo que traemos de atrás, lo que recogemos ya elaborado. Se compone de conocimientos, experiencias y normas que abarcan y traspasan todo el quehacer humano. Las tradiciones son fruto de un proceso histórico por el cual las generaciones anteriores van entregando a las posteriores formas de dar sentido a las cosas, poder y posibilidades. Constituye un bagaje inestimable del ser humano, que nos evita partir continuamente de cero. Somos libres de aceptar lo transmitido o rechazarlo.
4. Somos cultura
Características antropológicas de la cultura: los antropólogos distinguen entre cultura material (constituida por productos materiales) y la cultura mental (forman parte creencias, valores y normas). La primera formulación explícita de cultura se debe al antropólogo Edward B. Tylor. Subcultura y contracultura: en cada cultura se puede hablar de subculturas, porque no todos tienen la misma forma de vida. Dentro de cada cultura hay diferencias, ya sea por edad, nivel social, origen, etc. La contracultura es un movimiento de rebelión contra la cultura hegemónica que presenta un proyecto de una cultura y una sociedad alternativas. Ejemplos: tribus urbanas (rockers, punkis, formadas por jóvenes preocupados por descubrir su identidad), grupos de ataque social (bandas de delincuentes que atacan el sistema establecido) y grupos sociales alternativos (intentan encontrar sentido a la existencia a través de otros medios que no sean la familia). Cultura y civilización: según Samuel Huntington, una civilización es la agrupación cultural más abarcadora, el nivel de identidad cultural más amplio que puede distinguir a un ser humano de otro.
5. Ante la diversidad cultural
Las actitudes más frecuentes: etnocentrismo analiza otras culturas desde la propia, siendo la suya la medida para valorar las demás. Consecuencias: falta de comprensión para entender a los que no comparten su modus vivendi y la radicalización del sentimiento de cohesión con el propio grupo, que les hace sentirse superiores a los demás. El etnocentrista puede manifestar xenofobia, racismo o chovinismo, y la más: aporofobia. Relativismo cultural propone analizar las culturas desde sus valores y no desde los de una cultura ajena, y recomienda mostrarse tolerante con las diferentes culturas. Interculturalismo parte del respeto a otras culturas, pero supera las carencias del relativismo cultural al propugnar el encuentro entre las diferentes culturas por igual. Objetivos: reconocer la naturaleza pluralista de nuestro mundo, comprender la complejidad de las relaciones entre culturas, promover el diálogo entre culturas, colaborar en la búsqueda de respuestas a problemas mundiales. Es la actitud que debemos adoptar. Diálogo entre culturas: relativismo o universalismo. Según el relativismo, la comunicación entre culturas es imposible y no deseable. El universalismo descubre unos valores compartidos, donde destaca el respeto a las diferencias. El universalismo conduce a una actitud intercultural, evitando que una cultura se considere superior. Sus valores son: respeto a los derechos humanos, aprecio de la libertad, igualdad y solidaridad. Destaca Senghor, que defiende la civilización de lo universal.