Nietzsche y la Filosofía del Atardecer: Una Crítica Radical a la Cultura Occidental
En su obra El Crepúsculo de los Ídolos, perteneciente a su etapa crítica o «filosofía del atardecer», Friedrich Nietzsche se muestra especialmente duro, crítico, radical y apasionado. En esta etapa, Nietzsche embiste contra toda la cultura occidental, si bien aquí nos centraremos en su crítica a la filosofía.
Crítica a la Metafísica
Nietzsche sostiene que la filosofía ha estado corrompida desde sus inicios, con Parménides como punto de partida, seguido por Sócrates, Aristóteles y Descartes. Solo Heráclito y los sofistas escapan a esta corrupción. Según Nietzsche, Sócrates hizo triunfar la razón sobre la vida, oponiendo lo teórico y lo lógico a lo trágico e irracional, el espíritu apolíneo al dionisíaco. Para Nietzsche, Sócrates fue el corruptor de la vida que ha viciado a toda la cultura occidental. De Platón, critica la creación de otro mundo en detrimento del que habitamos. El error fundamental, según Nietzsche, es la postulación de un mundo verdadero frente a un mundo aparente, siendo el primero indemostrable y el segundo, real. Platón considera el cuerpo como la raíz de todos los males, odiando la vida y temiendo a los instintos. Para Nietzsche, los instintos son naturales, ya que también somos animales, aunque para el mundo griego esto era propio de salvajes y rebajarse a ese nivel era deplorable. Nietzsche ve la división del mundo como un síntoma de decadencia.
La Verdad como Herramienta de Supervivencia
Para Nietzsche, la verdad no es más que un acuerdo que nos permite sobrevivir en sociedad. Lo único que existe es el «instinto de la verdad», cuyo objetivo es la conservación de la especie. La verdad, por tanto, se encuentra en:
- El diálogo originario artístico trágico dionisíaco, a través de la intuición y la inconsciencia que brota del devenir de la existencia.
- Dionisos como fuerza instintiva y de pasión sensual.
- La verdad como una triple transformación, una afirmación terrenal que asiste a la muerte de Dios. Esta triple transformación es:
- Camello: Representa los valores de la cultura occidental (filosofía, religión y ciencia). Simboliza al ser humano que carga con la herencia cultural occidental.
- León: Representa al ser humano que se rebela contra la cultura occidental.
- Niño: Una vez liberado de toda cultura, se caracteriza por su inocencia, manifestándose de forma natural. El superhombre es ese ser humano que no se deja influenciar por nada, alejado del bien y del mal, siempre inocente.
Crítica a la Ciencia
Nietzsche critica la ciencia porque, a su juicio, no interpreta la verdadera realidad, aunque admira la teoría de la relatividad de Einstein y la biología de Darwin. Ataca la ciencia positivista y mecanicista porque en ella imperan las leyes, la regularidad y el determinismo, y porque afirma que el mundo es un orden, algo que Nietzsche rechaza y que le produce repugnancia.
Análisis de ‘El Crepúsculo de los Ídolos’
El Crepúsculo de los Ídolos, publicado en 1888, poco antes de que Nietzsche ingresara en un psiquiátrico, es una obra que pertenece a su cuarta etapa, la «filosofía del atardecer». Su objetivo es producir una inversión radical en la metafísica. El título puede interpretarse como «la caída de los conceptos platónicos», ya que desprecia todo aquello que, para Nietzsche, constituye la única realidad. La obra se compone de seis capítulos, y este fragmento pertenece al capítulo [introducir número de capítulo]:
- Capítulo 1: Nietzsche considera a Sócrates como un ejemplo de vida decadente, alguien incapaz de satisfacer sus instintos y que, por ello, desarrolla monstruosamente la racionalidad.
- Capítulo 2: Nietzsche establece una diferencia entre Heráclito y el resto de los filósofos racionalistas. Aunque reconoce a Heráclito un mayor mérito, mantiene una postura censista similar a la del antiguo escepticismo. Sin embargo, Nietzsche difiere de Heráclito en que no admite diferencia alguna entre apariencia y realidad.
- Capítulo 3: Este capítulo muestra claramente los aspectos positivistas y antipositivistas de la filosofía de Nietzsche.
- Capítulo 4: Nietzsche expone otra característica fundamental de la filosofía idealista, derivada de la anterior: la consideración de que lo más real es lo más general y permanente, invirtiendo así las que, según Nietzsche, son las verdaderas relaciones de causalidad.
- Capítulo 5: Nietzsche explica el origen de la tendencia a considerar lo permanente, y no lo cambiante, como lo más real.
- Capítulo 6: En el último capítulo, Nietzsche recapitula lo anterior y expone sistemáticamente (algo poco común en él) sus tesis, que con poca humildad considera descubrimientos fundamentales (algo habitual en sus escritos). La primera tesis afirma que solo existe una realidad, por lo que el concepto de «apariencia» carece de sentido. La segunda insiste en que las características que la filosofía idealista atribuye a la realidad son erróneas. La tercera desarrolla los motivos que llevan a los idealistas a creer en transmundos, y la cuarta insiste en que la separación entre apariencia y realidad es un síntoma de una vida decadente.
Influencias Filosóficas en Nietzsche
La filosofía de Nietzsche está marcada por diversas influencias:
- Heráclito: De él toma las ideas de inocencia, asociada a la figura del niño y al juego, y del eterno devenir, concebido de forma circular con saltos irracionales en el tiempo.
- Anaximandro, Parménides, Sócrates y Platón: De ellos toma la condena moral de la existencia, algo que rechaza, ya que actuamos inocentemente y no necesitamos arrepentirnos de nada. La huida hacia un mundo verdadero es, para Nietzsche, propia de un espíritu decadente, lleno de odio a la vida, las pasiones y los instintos.
- Los sofistas: De Protágoras toma el «Homo Mensura» (el hombre es la medida de todas las cosas) y de Gorgias la idea de que «Nada existe, si algo existiera sería incognoscible, si pudiéramos conocerlo sería incomunicable».
- Rousseau: De él toma el concepto de bondad natural (la inocencia del ser y su voluntad de poder) y del contrato social (el origen convencional de lo que llamamos verdad).
- Voltaire: Comparte la crítica a la superstición (basada en la ficción), al poder eclesiástico (basado en estructuras piramidales), al dogmatismo (Nietzsche es un escéptico) y a la metafísica (rechaza los conceptos racionalistas).
- Kant: Distingue entre fenómeno (la apariencia en función de nuestras categorías mentales) y noúmeno (la cosa en sí). Rechaza los postulados de la razón práctica, no se fundamenta en los dogmas cristianos y no confía en un progreso moral de la humanidad.
- Schopenhauer: Toma la crítica al idealismo alemán, reinterpreta la epistemología de Kant, elimina el deseo para evitar el dolor, entiende que la razón está al servicio de las pasiones y que el «yo» debe disolverse en la voluntad universal a través del arte y la moral (influencia budista).
- Richard Wagner: Distingue entre el espíritu apolíneo y el dionisíaco.
Reflexiones sobre el Pensamiento de Nietzsche
Hoy en día, en línea con el pensamiento de Nietzsche, se critica a la filosofía antigua por su búsqueda de trascendencia y a la filosofía moderna por mantener la aspiración a otro mundo como proyecto ideal. Sin embargo, se cuestiona el extremado irracionalismo de sus textos, precisamente desde la razón, lo que resulta paradójico. Valoramos, en línea con Nietzsche, la defensa del sentimiento, la pasión, el valor del cuerpo y del devenir; la máxima «vive el momento con intensidad» adquiere plena actualidad. Rechazamos la compasión, la comprensión, la solidaridad y la cooperación, situando esta postura, en el lenguaje de Nietzsche, como una moral de débiles.
En cuanto a las repercusiones históricas que se le han atribuido, como la de ser teórico del nazismo, la manipulación ideológica por parte de su hermana Elizabeth es manifiesta y está plenamente demostrada. Su filosofía está lejos de los dogmas del nacionalsocialismo; la interpretación del superhombre o la voluntad de poder se alejan de su sentido original. Esta desvirtuación de su pensamiento fue aprovechada por sus enemigos para denigrarlo.
La verdad determinada por la perspectiva y la valoración moral se manifiesta con claridad en los políticos, que cambian su lenguaje según el momento electoral, los pactos entre partidos o la conquista del poder.