La Ilusión de la Inmutabilidad
Ahora bien, todos ellos creen, incluso con desesperación, en lo que es. Mas como no pueden apoderarse de ello, buscan razones de por qué se les retiene. «Tiene que haber una ilusión, un engaño en el hecho de que no percibamos lo que es: ¿dónde se esconde el engañador?» – «Lo tenemos, gritan dichosos, es la sensibilidad». Estos sentidos, que también en otros… (texto) // significado.
- Monoteísmo: Con este término se refiere Nietzsche de forma alegórica a la unidad que ha defendido la metafísica tradicional frente a la multiplicidad que nos muestran los sentidos. La filosofía se ha empeñado en fijar la realidad, generalizarla y otorgarle unidad, un error que ha justificado una moral denigrante para la vida.
- Pueblo: Con este término Nietzsche alude al carácter popular, terrenal, de la forma de conocimiento que concibe el cambio, la multiplicidad, el devenir. La filosofía tradicional ha negado esa idea de pueblo para sustituirla por otra idea metafísica fundamentada en el conceptualismo, en la eternidad, la inmutabilidad y la unidad.
La Obsesión por lo Suprasensible
La temática planteada es la obsesión de la filosofía tradicional por creer en un mundo suprasensible, una creencia que le obliga a acusar a los sentidos de engañarnos, de introducirnos en la mentira en tanto que nos muestran una realidad cambiante y múltiple. De este modo, la metafísica ha tratado por todos los medios de acabar con lo sensorial, con el objetivo de momificar la realidad, de hacer de lo múltiple, unidad; y de lo cambiante, eternidad. Para la metafísica tradicional, el cambio, la multiplicidad, son irracionales, una mera ilusión sensorial.
La Crítica de Nietzsche a la Filosofía Tradicional
La filosofía de Nietzsche arremete contra la filosofía tradicional de Occidente, obsesionada por negar de forma absurda lo que parece evidente a los sentidos: que la realidad, como dijera Heráclito, es un constante devenir, es cambio, es multiplicidad. La filosofía introduce así un error ontológico, se inventa un mundo falso, inexistente, inalcanzable por los sentidos, suprasensible e inteligible, representado por el mundo ideal de Platón, y recogido y difundido por el cristianismo. Este afán por negar el devenir, por fijar la realidad, por momificarla (egipticismo) nace, para Nietzsche, del resentimiento hacia la vida.
Nietzsche critica, por tanto, la filosofía tradicional metafísica, pero también al aparato epistemológico que ha fundamentado ese error. En este ámbito, la gramática, los conceptos, se han convertido en herramientas de momificación, en tanto que generalizan lo múltiple y diverso y lo hacen eterno. Sin embargo, peor aún que este error en la perfección de la realidad ha sido la moral absurda y denigrante que fundamenta. En efecto, la mera consideración de un mundo inalterable y eterno de valores contrapuestos al “verdadero”, sitúa a este último en un segundo plano, y justifica una ética que devalúa la vida, una moral contranatural. La ontología metafísica clásica desempeña de este modo el papel de legitimadora teórica de una moral que, sencillamente, va en contra de la vida.
El Nihilismo: Decadencia y Oportunidad
Sin embargo, Nietzsche percibe en la sociedad de su tiempo signos de decadencia de todo ese sistema engañoso, representado por el cristianismo. Llegamos de este modo al nihilismo, la descomposición de los valores tradicionales. La cultura comienza a deshacerse del engaño, comienza a dar salida al espíritu “dionisíaco” (lo pasional, lo instintivo), engullendo al espíritu “apolíneo” (la mesura, lo racional) que durante tanto tiempo había imperado en Occidente.
Sin embargo, ese nihilismo puede ser pasivo-reactivo: cuando desaparecen los valores que regían la cultura, dejando al hombre desnudo, vacío, desesperado; o puede ser activo: el nihilismo concebido como paso previo a la creación de nuevos valores naturales, al servicio de la vida. Este último es el nihilismo deseable, el que se identifica con la voluntad de poder (la voluntad de vivir y de amar la vida, tal y como es). La voluntad de poder se convierte, así, en el espíritu del superhombre, el único capaz de renunciar a la moral heredada (la moral del rebaño, del esclavo) para forjar una moral nueva fundada en el amor a la vida: una moral de señores.
Nietzsche contra Platón
Otra posición filosófica… En particular, entra en una profunda confrontación con el platonismo. Para Platón, el mundo que percibimos por los sentidos, el que nos muestra una realidad cambiante y múltiple, no es sino una copia del mundo “verdadero”, el mundo inteligible, formado por ideas absolutas, inmateriales y eternas. Nietzsche entiende esta actitud como una forma de desprecio a la vida, de resentimiento. Para nuestro autor, la filosofía de Platón es una invención, fundada en el principio absurdo de que los sentidos nos engañan, algo que va contra el sentido común y que sirve de soporte a una moral devaluadora para la vida, una moral única (absolutismo moral), y también una verdad única y trascendente que choca con el escepticismo o relativismo de Nietzsche.
Reflexión y Actualidad del Pensamiento de Nietzsche
Desde mi punto de vista, la crítica de Nietzsche a la cultura occidental está plenamente justificada. La filosofía platónica es, en mi opinión, una completa invención carente de todo fundamento que supone, además, la concepción de la verdad como algo absoluto. Es decir, conduce invariablemente a la unidad y al dogmatismo. La filosofía metafísica clásica se ha empeñado en oponerse al sentido común, al mundo como cambio, devenir y multiplicidad, y esto es lo que, acertadamente, critica Nietzsche, que también propondrá una ruptura con esa moral y su sustitución por una nueva moral que esté al servicio de la vida. Esta idea da un soplo de aire a la vida, exalta la libertad y la personalidad, aunque en la práctica puede ser inviable, caótica y cruel.
Por otro lado, la filosofía de Nietzsche tiene plena actualidad. La ruptura con la tradición metafísica, la “muerte de Dios”, es un hecho que estamos viviendo. El nihilismo parece evidente en un momento en el que el ateísmo se expande rápidamente. Se han creado nuevos valores vitales. Prueba de ello es el capitalismo, que supone la opresión del hombre débil por el fuerte; el destape sexual, que no es más que la salida violenta de los instintos culturalmente reprimidos; los movimientos vanguardistas, símbolo de la transmutación de valores…