Nietzsche: Crítica a la Metafísica Tradicional y Propuesta de una Nueva Ontología

Crítica a la Metafísica Tradicional

La ontología tradicional es estática porque considera al ser como algo fijo e inmutable. Por otra parte, ese ser no se deja ver tal como es en realidad en este mundo, donde todo es apariencia y falsedad de los sentidos, sino que él mismo tiene su propio mundo.

  • Este mundo, sensible e imperfecto.
  • El otro mundo, suprasensible y perfecto, fundamento de aquel.

Según tal concepción, la realidad queda escindida en dos ámbitos: una realidad suprasensible, estática e imperecedera, frente a una realidad cambiante, sensible, perecedera que es el producto residual, «despreciable» de la anterior. Frente a este esquema ontológico reaccionará Nietzsche esgrimiendo tres objeciones:

Objeciones a la Ontología Tradicional

  1. La infravaloración de la realidad sensible se debe a su mutabilidad, mientras que la razón humana opera con categorías inmutables (conceptos). Pero el hecho de que la razón funcione con tales categorías no demuestra la «imperfección» ni la «dependencia» del mundo sensible, sino sólo la inadecuación de la razón para conocerlo. ¿Y si la razón no fuera la facultad adecuada para conocer el mundo? ¿Es posible acceder de forma no racional al conocimiento del mundo? ¿Es la razón nuestra única posibilidad cognoscitiva?
  2. El mundo suprasensible no es más que una ilusión, una ficción, una fantasía construida como negación del mundo sensible, única realidad para nosotros.
  3. Recurrir a un mundo suprasensible lo interpreta, pues, como una reacción anti-vital, como una negación de la vida (vida que está marcada por el sufrimiento tanto como por la alegría), como una venganza contra la naturaleza, propia de espíritus ruines que odian la vida, un producto del resentimiento contra la vida. Incapaces de aceptar un destino trágico, los hombres se rebelan contra esa vida que les aboca al sufrimiento y la niegan, convirtiéndola en un mero residuo de otra realidad, perfecta ésta, donde ahogan su resentimiento.

La Nueva Ontología: La Voluntad de Poder

Es una realidad metafísica no trascendente que designa una pasión o afección. Es una realidad dinámica que se expresa en cuantos de fuerza, pero que no es ni ser ni devenir.

  • Es un deseo insaciable de mostrar y realizar el poder, una fuerza universal impulsora: una capacidad para aspirar a más, crecer, intensificarse y dominar.
  • Es la propia afirmación de la vida y la proyección de todo aquello que favorece al despliegue de la vida de cada individuo en sus acciones, en los hombres y en otros tiempos.
  • Es un concepto que aúna, a un mismo tiempo, pulsión, conocimiento y valoración.

Según Nietzsche, la voluntad de poder del creador está limitada en el tiempo y es voluntad de futuro. Se hace preciso obtener, por consiguiente, un conocimiento adecuado acerca del tiempo.

El Superhombre

Es una meta o proyecto artístico, heredero consecuente de la muerte de Dios. Por consiguiente, no es una consecuencia inevitable de la evolución biológica, ni del progreso histórico, sino una necesidad creada, el fruto de la decisión de los individuos más fuertes y nobles. Es un ideal, un anhelo de un ser íntegro, superador del hombre.

Es el hombre que se afirma en el devenir de la vida, un hombre que se caracteriza únicamente por ser un hombre fuerte y seguro de la vida, que no necesita de los prejuicios del propio rebaño social ni de los doctos para mitigar la angustia que produce saber que la propia existencia es contingente.

Como meta del hombre, más que un individuo concreto, designa un estado que puede alcanzar a través de la aceptación del devenir y del eterno retorno temporal.

Dominará la tierra desde su sobreabundancia, nunca se sentirá culpable de la miseria existencial y deberá evitar la tentación de la compasión por los dolores de los hombres débiles.

La Gran Política

La gran política experimental designa el proyecto ético de Nietzsche. Es la preparación del mundo para el advenimiento del superhombre mediante la creación.

El Eterno Retorno de lo Idéntico

El tiempo es la condición de posibilidad de todo ser, es la verdad más profunda, definitiva, la verdad que supera a toda verdad concebible. Según esta doctrina, la vida, lo espontáneo, lo fluyente, es un anillo mítico siempre igual a sí mismo, sin estructura, igual en todas sus partes.

Aunque Nietzsche no desarrolló en exceso el sentido de este simulacro, pensaba que con él proporcionaría una comprensión total de los acontecimientos. Esta doctrina tiene un claro sentido ético: el hombre ha de vivir un número infinito de vidas en un ciclo incondicional, infinitamente repetido y deberá vivir de un modo que desee volver a vivir. Se trata de que no solo debe soportar, sino que incluso deberemos amar necesariamente cuando nos acontece.

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