El Ser Humano: Crítica de la Moral Occidental
En su crítica a la moral occidental, Nietzsche emplea el método genealógico. Siguiendo este método, Nietzsche aborda una investigación de los conceptos morales desde el punto de vista etimológico-histórico, buscando los instintos y las fuerzas ocultas que han contribuido al desarrollo de esos conceptos.
De esta forma, Nietzsche llega a la conclusión de que en todas las culturas el significado del término bueno va asociado a valores que tienen que ver con la nobleza, mientras que el término malo tiene que ver con los valores que determinan lo plebeyo.
Sin embargo, el desarrollo de estos dos conceptos conduce a una nueva contraposición que va a sustituir a la de bueno-malo. Según Nietzsche, el origen de este desplazamiento se sitúa en el momento en que los considerados malos se rebelan, dándose la categoría de buenos y convirtiendo a los buenos en malvados.
Según nuestro autor, esta transformación de los valores fue iniciada por los judíos y continuada por el cristianismo. De ahí que Nietzsche pueda decir que los valores tradicionales actuales son el producto de una rebelión de esclavos y tienen como base fundamental el resentimiento; es decir, un resentimiento de esclavos contra los nobles.
En estas circunstancias, Nietzsche produce una transvaloración de los valores. Siguiendo su idea central de afirmación de la vida, Nietzsche considera necesario establecer unos nuevos valores que tengan su origen en una exaltación de la vida y no en un resentimiento.
Ahora la pregunta es: ¿quién se va a encargar de realizar esta transvaloración? Nietzsche contesta de forma tajante que será el superhombre, el cual tiene la única fuerza para poder forjar estos nuevos valores. El superhombre es anunciado por Zaratustra como el nuevo hombre que sustituye al último hombre.
El superhombre es el producto de tres transformaciones sucesivas del espíritu: camello, león y niño.
- El camello representa el peso del pasado y es incapaz de desprenderse de él. Respecto a la moral cristiana, el camello representa el «tu debes».
- El león representa una rebelión contra el pasado y la moral cristiana. Frente al «tu debes», el león es el «yo quiero». Pero el león es incapaz de crear nuevos valores.
- El niño es el único que tiene la fuerza para crear nuevos valores porque es inocente, se sitúa más allá de la moral tradicional.
El Conocimiento
En el conocimiento, Nietzsche considera que Sócrates y Platón han corrompido la filosofía al colocar la razón por encima de la vida y hacer que aquella triunfe sobre esta. Aplicando el mismo método genealógico, Nietzsche dice que el instinto que subyace al desarrollo de la filosofía a partir de Platón es el odio contra la vida. Por eso Platón inventa un mundo distinto del sensible, dándole los rasgos de la auténtica realidad.
Según Nietzsche, hemos de aceptar el testimonio de los sentidos. Si desde Kant sabemos que lo que se nos muestra a través de los sentidos es la apariencia, entonces hay que captar las apariencias como lo auténticamente real y olvidar las «cosas en sí». Las «cosas en sí» no son más que engaños del lenguaje que provienen de haber subestimado a los sentidos y haber sobrevalorado la razón.
Por eso Nietzsche dice que el gran error de la metafísica ha sido haber admitido la existencia de un mundo verdadero frente a un mundo aparente. Lógicamente, junto con esta crítica a la metafísica, Nietzsche transforma el concepto de verdad filosófica. Frente a una verdad entendida como una adecuación del pensamiento con la cosa, y por lo tanto una verdad fundamentada en una realidad no real sino inventada, Nietzsche afirma que no existen las verdades en sí, puesto que hemos de fiarnos del testimonio de los sentidos.
De la misma manera que Nietzsche remite todo su pensamiento a la idea de la voluntad de poder, también la filosofía va a estar relacionada con este concepto. Según Nietzsche, el deseo de conocimiento no es más que un producto de la voluntad de poder, desde el momento en que el conocimiento se puede definir como el intento de unos seres por dominar y controlar un determinado campo de la realidad. Y desde el momento en que la realidad se constituye como un devenir, la filosofía se ha visto obligada a intentar controlarla imponiéndole un ser. Pero el ser no es así más que un intento del pensamiento por controlar la realidad. En este sentido, el ser sería una manifestación de la voluntad de poder.
En estas circunstancias, Nietzsche hace del conocimiento un proceso interpretativo de la realidad. Y como el conocimiento no puede ser ajeno a la vida, el proceso que constituye el conocimiento tiene que estar basado en las necesidades vitales. Es por eso que el último objetivo del conocimiento es intentar controlar y fijar el devenir.