Nietzsche: Crítica de la Tradición Occidental y el Superhombre

Nietzsche: Crítica de la Tradición Occidental y el Superhombre

1. La Crítica de la Tradición Occidental

1.1. La crítica de la moral:

En este aspecto, Nietzsche se refiere a la moral como contranaturaleza, es decir, a la moral que se opone a la vida, que establece leyes o decálogos contra los instintos vitales. La crítica de la moral platónico-cristiana señala que la moral contranatural se dirige contra los instintos de la vida. La base filosófica de la moral contranatural es el platonismo: el mundo de las ideas acabó en la metafísica cristiana. Esta moral pone el centro de gravedad del ser humano en el mundo de las ideas, en el más allá. De forma que la moral no es sino un síntoma de decadencia, de nihilismo. Por ello la moral como contranaturaleza tiene un primer objetivo: demostrar la voluntad libre del ser humano. Lo que critica es la idea de un orden moral del mundo que sirva para dirigir la historia del ser humano. Una guía absoluta es solo posible si imaginamos a alguien fuera del mundo, pero esta idea es la moral cristiana, cuyo resentimiento hacia la vida le ha obligado a buscar justificaciones exteriores a la propia vida, leyes del mundo de las ideas. Ese orden moral no llega del ser humano sino de Dios. Nietzsche dice que si negamos a Dios redimimos el mundo por lo que el ser humano no necesita de Dios para ser libre porque siempre lo ha sido y siempre lo será. Nietzsche solía llamarse inmoralista porque su moral va en caminos muy diferentes a los del cristianismo, pero no deja de tener una moralidad: la exaltación de la vida.

1.2. La crítica de la metafísica:

1.2.1. Crítica ontológica de la metafísica:

La metafísica tradicional se asienta en un error básico: la creencia en la antítesis de los valores. Los filósofos dogmáticos han creído siempre que las cosas de valor supremo no pueden derivar en absoluto de este mundo terreno y efímero, sino que vienen de Dios. El filósofo inventa un mundo distinto que tiene categorías totalmente contrapuestas para justificar una serie de valoraciones. La ontología tradicional es estática, considera el ser como algo fijo, inmutable. El ser tiene su propio mundo: lo que el hombre conoce del ser es mera apariencia. Y como sabemos que nuestro mundo es irreal debemos de buscar en el otro para encontrar la verdad. Esta separación entre ser real y aparente es un juicio negativo, porque da más importancia al mundo de las ideas que al mundo de los sentidos. En realidad no hay mundo real y otro verdadero, sino el devenir del ser creando y destruyendo el único mundo existente. La ontología cristiana según Nietzsche se basa en los prejuicios de los filósofos contra algunas manifestaciones vitales. Nietzsche relacionó la división del mundo real y aparente con la moral antinatural.

1.2.2. Crítica epistemológica de la metafísica:

Nietzsche explica la génesis de las categorías, que comportan el mayor obstáculo para la interpretación de la realidad como devenir, conceptos que, por ellos, serán opuestos en tela de juicio.

  • Realidad y concepto: Nietzsche duda que los conceptos aprehendan la verdadera realidad del ser, que es devenir y cambio. Existiría la verdad si fuese posible una percepción exacta. Pero esto es imposible según él, porque entre el mundo del sujeto y el del objeto no caben correspondencias lógicas. Solo es posible un comportamiento (estético), creativo y efímero.
  • Realidad y lenguaje: ¿Dónde está el origen del pensamiento? Nietzsche piensa que hay un centro común que predispone hacia cierto esquema filosófico básico: la común filosofía de la gramática, que es el dominio y la dirección inconsciente ejercidos por funciones gramaticales idénticas que hacen que la estructura del sistema esté dada de antemano en el propio lenguaje.

1.3. La crítica de las ciencias positivas:

Critica las ciencias positivas porque son una matematización de lo real. Esto no nos ayuda a conocer las cosas, sino a establecer una relación cuantitativa con ellas. Nietzsche habla de los mecanicistas de forma despectiva, y dice que su metodología científica se basa en el número, en la cantidad. La pura determinación cuantitativa de las cosas tiende a anular las diferencias que realmente existen entre ellas, ya que el modelo matemático de la naturaleza se basa en la cantidad, no en la cualidad de cada cosa, y tiende a la igualación de todas ellas. El mecanicismo y el positivismo de su época se relaciona con la metafísica tradicional porque se inspira directamente en la lógica. La ciencia investiga el curso de la naturaleza pero nunca puede dar una orden al hombre. La ciencia solo conoce la cantidad y número; nada sabe de la pasión, de la fuerza, amor, etc. Además ni la física ni la química ni las matemáticas explican al ser humano: es el ser humano quien explica las ciencias. La ciencia está muy lejos de poder hacer juicios valorativos sobre la vida y tampoco puede ofrecernos nada que se parezca a una ley moral vinculante.

2. El Nihilismo y sus Formas

2.1. Momentos del nihilismo:

Tiene dos caras. Una negativa, que explica la crítica destructiva de la tradición occidental, y otra positiva, que supone el reconocimiento de las condiciones que han llevado a Occidente a ser nihilista; en este sentido, es como se alumbran los intentos por escapar del nihilismo. Nietzsche padeció las consecuencias del nihilismo que refleja tres momentos:

  1. Nihilismo como consecuencia inmediata de la destrucción de los valores vigentes: el momento de la tremenda duda, de la desorientación radical y de la pérdida de sentido.
  2. Nihilismo como afirmación del propio proceso nihilista: es el momento de la reflexión, del distanciamiento de esta tradición.
  3. Nihilismo como punto de inflexión hacia una nueva perspectiva del ser y del hombre: es el momento de la nueva valoración de la vida. Este tercer aspecto del nihilismo es recorrido por algo instintivo que Nietzsche denomina voluntad de poder. Con el nihilismo como objeto del pensamiento del hombre que trata de superar ese estado, se abren las puertas hacia una nueva ontología y una nueva antropología.

2.2. Sentido de la expresión Dios ha muerto:

Lo que ha muerto es el Dios metafísico (monoteísta). La pluralidad de perspectivas es condición de libertad, porque el politeísmo siempre ha prefigurado el espíritu libre y múltiple del hombre: la fuerza de crearse modos nuevos de ver el mundo. El que ha muerto es el Dios monoteísta. La frase Dios ha muerto nos desvela las dos caras del propio nihilismo: muere Dios-uno-todopoderoso pero renacen los dioses múltiples-finitos.

3. La Voluntad de Poder

3.1. Interpretación de la realidad:

La realidad del mundo es múltiple, y múltiple es el ser humano, porque tiene pluralidad de instintos. El ser se nos muestra en un abanico en varias perspectivas. El ser es devenir porque siempre se está haciendo, siempre está en proceso. La metafísica se enfrenta a dos tipos de argumentos:

  1. Metafísica dogmática.
  2. Los nietzscheanos son contrarios a la razón del platonismo.

Contra lo uno opone Nietzsche lo múltiple que significa la pluralidad del ser en sus diferentes manifestaciones (perspectivas). Estas perspectivas coinciden con las necesidades del hombre.

3.2. La nueva idea de la verdad:

El problema de la verdad adquiere ahora un sentido distinto. La cuestión no consiste ya en si un juicio es verdadero o falso, sino en favorecer o no a la vida. La lógica humana sirve para igualar, estabilizar y tener una visión de conjunto. El ser determinado por ella es solamente apariencia, pero una apariencia útil para afirmarse y establecerse dentro del cambio constante. Por tanto, la verdad del ser es únicamente la consolidación de una perspectiva, pero que no deja de ser un error que él denomina voluntad de poder.

3.3. La nueva idea de lenguaje:

La metáfora es una verdadera perspectiva, porque con ella se logra una integración de diversidades. Esta metaforicidad metafísica se mantiene abierta al mundo. Una buena metáfora actúa como si fuera una pantalla a través de la cual contemplamos el mundo. La ontología nietzscheana diferencia al metafísico dogmático (confunde categoría, el concepto o el modelo con el ser), del otro metafísico que tiene conciencia de que su clasificación de los hechos es arbitraria y podría haber sido distinta. Esta exaltación de la metáfora obedece a que no existe ninguna relación de causalidad lógica entre el mundo del objeto y el del sujeto. Esta exaltación se trata de una formalización del arte. El aspecto más fundamental del hombre es la creatividad.

3.4. Ateísmo. Transvaloración de los valores:

La afirmación del pluralismo manifiesta el radical ateísmo de Nietzsche. El ser como voluntad de poder, como creación de nuevos valores. Aún son posibles nuevos valores porque se ha redescubierto la pluralidad de sentidos que tiene el ser. Se define así un triunfo de la afirmación de la vida. Esta transvaloración es solo posible tras haber superado el nihilismo. El nihilismo consideraba que el devenir debía ser absorbido por el ser, por lo uno, por Dios, y que lo múltiple era algo equivocado que debía ser juzgado por lo uno. Pero la transvaloración de todos los valores eleva lo múltiple y el constante devenir.

4. La Idea de Superhombre

4.1. El superhombre, la metamorfosis del hombre:

La vida terrenal es eterna y por eso la voluntad de poder alcanza su más alto grado de reflexión en el eterno retorno: hay que amar la vida de forma que se quiera volver a vivirla porque todo puede repetirse eternamente. Este amor hacia la vida proporciona al ser humano el medio de ir superándose continuamente. El hombre es solo un puente hacia el superhombre, en este se presentan nuevas virtudes, nuevos valores. ¿Qué es la política? Es la preparación que posibilita al hombre la superación, el adiestramiento (no domesticación) que ha de llevarnos hasta el superhombre. Nietzsche plantea la intención, pero no los medios para conseguir esa finalidad.

Tres metamorfosis del espíritu:
  1. El camello simboliza a los que se contentan con obedecer ciegamente.
  2. El camello que quiere ser más se transforma en león (gran negador), símbolo del nihilista que rechaza los valores tradicionales.
  3. Pero también el león tiene necesidad de convertirse en niño para poder vivir libre de prejuicios y crear una nueva tabla de valores.

4.2. Nietzsche y la nueva moral:

La nueva moral pretende estar al servicio del superhombre, al servicio de la recuperación de los instintos vitales del ser humano, es decir, quiere transformar al hombre que se ha convertido en mezquino, mediocre, prudente, servil, indiferente, perezoso, dócil, olvidando su verdadera esencia: su voluntad de poder. El hombre superior dice sí a las jerarquías. La igualdad solo lleva a una moral de rebaño, de esclavos. Hay que rechazar las características del hombre como animal de rebaño. Hay que tener una sana desconfianza hacia todo lo que viene del rebaño social. Se ha de dudar también de los doctos que odian al hombre superior porque odian la vida. El hombre superior no se deja convencer por los oradores del mercado ni por el partido. Ama al ser humano por encima de sus unilateralidades. La vida se convierte en experimento. Dios ha muerto y solo queda el hombre como posibilidad abierta hacia el superhombre. El hombre superior se ríe de los valores del mundo suprasensible, sabe que él mismo los ha creado y lo único que es obligatorio es la vida misma.

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