Contexto Histórico-Cultural del Siglo XIX
En el contexto histórico-cultural del siglo XIX, destacan las revoluciones burguesas que dan paso a sistemas políticos liberales (parlamentarismo y derechos individuales). Se produce el desarrollo del capitalismo como sistema económico. También aparece el movimiento obrero y el socialismo, se organiza la AIT en 1864, y se produce la Comuna de París en 1871. Nietzsche rechaza estas ideologías socialistas por considerarlas herederas del cristianismo al poner sus esperanzas en una utopía de justicia, un trasmundo que no existe.
Tras la guerra franco-prusiana comienza el proceso de unificación de Alemania que culmina en 1871 con Guillermo I de Prusia y el canciller Bismarck, convirtiéndose en una gran potencia mundial. Nietzsche participa en la guerra extrayendo un profundo rechazo a Alemania y al nacionalismo. El nacionalismo es adoptado por las élites dominantes como freno al movimiento obrero y al socialismo, dota de un sentimiento comunitario a las clases populares que emigran desde el campo y cobra gran auge el antisemitismo.
El Ámbito Artístico y el Romanticismo
En el ámbito artístico se desarrolla el Romanticismo, que exalta el sentimiento y el individualismo frente a los ideales ilustrados de racionalidad. La defensa nietzscheana de la vida como fluir frente a la razón posee un claro ascendente romántico. Mención especial merece la música de Wagner que representa, según Nietzsche, el trasfondo dionisíaco de toda creación y la complementariedad con lo apolíneo, pudiendo su música restaurar la cultura de Alemania. Más tarde, Nietzsche romperá con él, al considerar que sucumbe a la decadencia del cristianismo.
El Contexto Filosófico del Siglo XIX
Fin de los Grandes Sistemas y Pluralidad de Movimientos
En el contexto filosófico, el siglo XIX significa el fin de los grandes sistemas y el surgimiento de una pluralidad de movimientos filosóficos. Predomina el Positivismo científico, donde destaca Comte, que deposita toda su confianza en la ciencia como única forma válida de conocimiento y de progreso social. Esta filosofía está relacionada con el avance científico de esta época.
Corrientes Alternativas al Positivismo
Frente al positivismo surgen otras corrientes como el historicismo (Dilthey) y el vitalismo, donde situamos a Nietzsche. Este último recibe influencias de Schopenhauer, aunque supera el pesimismo de este al considerar el futuro como una gran esperanza. Una vez desechados los valores metafísicos y religiosos, se producirá un progreso social y cultural que abrirá el paso a una nueva humanidad.
La Filosofía de la Sospecha
Junto a Marx y Freud, Nietzsche forma parte de la llamada filosofía de la sospecha por cuestionar la objetividad de las construcciones racionales. La filosofía de Nietzsche representa una reacción y crítica contra toda la tradición filosófica de occidente, heredera del platonismo. Su estilo aforístico, de pensamientos expresados de forma condensada en sentencias breves e incisivas, que narran sin explicar, consecuencia de sus propias convicciones filosóficas, hace que su obra requiera constante interpretación.
Obras Destacadas de Nietzsche
Entre sus obras destacamos El nacimiento de la tragedia, Humano, demasiado humano, Así habló Zaratustra, El anticristo, Ecce homo, El crepúsculo de los ídolos.
Actualidad y Legado de Nietzsche
La Vulgarización del Vitalismo
Se trata de vivir el momento, de renunciar a que la trascendencia confiera a la vida su peso y sentido, y de buscar ese sentido en la propia vida. Consecuencias probablemente vulgarizadas de este vitalismo se encuentran en la actual identificación de la felicidad con lo material, en el culto al cuerpo y a la imagen, etc.
El Valor de la Educación para la Crítica y la Vida
La apuesta por una educación crítica, tanto por parte del alumnado como del profesorado, encuentra en el texto de Nietzsche un apoyo. La razón en la filosofía propone no admitir acríticamente ninguna verdad, aunque la tradición, el tiempo o la mayoría la hayan mostrado incuestionable. Nietzsche propone una razón que no debe esclavizar los instintos, sino procurar satisfacerlos.
Ortega y Gasset: Contexto y Pensamiento
Contexto Histórico-Político de Ortega
La filosofía de Ortega y Gasset, al ser elaborada desde la vida y las circunstancias concretas, está muy relacionada con su contexto histórico, político y cultural. Su pensamiento se desarrolló a lo largo de la primera mitad del siglo XX, marcada por las tensiones que culminaron en la guerra civil.
Muchos filósofos, incluido Ortega, se plantearon como cuestión muy importante el problema de España, la solución a su atraso. Ortega defendía la integración de España en Europa, la «europeización» de España.
España a Principios del Siglo XX
El comienzo del siglo XX en España es ambiguo y difícil. Por un lado, España vive aún la pérdida de sus colonias. Por otro lado, el progreso científico y técnico también se dejan sentir en nuestro país, trayendo progreso, pero de igual manera, problemas económicos (necesidad de una continua inversión), sociales (conflictos obreros, mecanización del trabajo) y culturales (cultura poco preparada para la invención y el conocimiento científico). Esto hace entender una de las preocupaciones prioritarias de Ortega, la renovación cultural de España y la introducción en nuestro país del pensamiento europeo.
Reforma Radical de la Filosofía
Además, estas tensiones y dificultades motivarán la reflexión filosófica de Ortega, emprendiendo el proyecto de una «reforma radical de la filosofía». Es general en la generación del 14, a la que pertenece, la repulsa del positivismo. Pero Ortega se propone la superación de la modernidad filosófica, es decir, el rechazo del idealismo europeo que parte de Descartes y que otorga prioridad absoluta a la «subjetividad» (al «yo» o la «conciencia»), dejando en suspenso la realidad del mundo exterior. Ortega piensa que el tema de nuestro tiempo es ya otro: la vida, y si se demuestra que la modernidad ha concluido, entonces habría llegado el momento en que «España acaso despertaría otra vez plenamente a la vida y a la historia». Así, el proyecto de «reforma radical de la filosofía» responde perfectamente al proyecto de «europeizar» España.
El Problema Político de España
Sin embargo, el mayor problema de España estaba en la falta de una cultura política que encauzara las dificultades de convivencia y fuera capaz de proponer soluciones claras.
Esta necesidad política de España está relacionada con el compromiso político de Ortega, quien establecerá como solución un proyecto similar al de Platón, una aristocracia dominante, «liberalismo aristocrático».
Comparación entre Ortega y Marx
Voy a relacionar la filosofía de Ortega con la de Marx.
Mientras que Ortega se limita a entender las modalidades de nuestro conocimiento de la realidad, ya sabemos que Marx da un paso más y pretende transformar la realidad.
Es cierto que Ortega supone que sus aportaciones son revolucionarias, pero no dejan de ser los detalles que puede observar un hombre acomodado como él, a quien la realidad le parece básicamente aceptable. Ortega de hecho fue calificado incluso como filósofo mundano y daba sus conferencias a públicos burgueses, lo que desde el punto de vista de Marx sería revelador de una actitud conservadora. Cree hablar de conocimientos concretos, vivos, con perspectivas fundadas en la realidad del ser humano, pero lo deja todo en una perspectiva. Lo que Ortega llama «perspectiva» es lo que Marx llama «ideología de clases», puesto que un conservador no verá la realidad lo mismo que un revolucionario, pero el perspectivismo se quedaba convertido, por tanto, en una mera ideología conservadora burguesa, que no llega a ver ni a comprometerse con la acción política.