Nietzsche: Biografía y Obra
Vida y contexto histórico
Nietzsche nació en 1844, hijo de un pastor evangélico. Estudió en la Escuela de Pforta, donde recibió sus primeros conocimientos sobre la antigüedad clásica. Más tarde, estudió teología y filología clásica en Bonn y Leipzig. En 1869, a los 25 años, fue nombrado catedrático de filología clásica. Su actividad académica se vio interrumpida por la guerra franco-prusiana de 1870, en la que participó como enfermero. En 1881 conoció a Lou Andreas-Salomé, de quien se enamoró sin reciprocidad. Tras su jubilación, dedicó su tiempo a escribir y pensar. Metafóricamente, relaciona su producción literaria con los cuatro momentos del día:
- Filo de la noche: El nacimiento de la tragedia
- Filo de la mañana: Aurora, El Gay Saber
- Filo del mediodía: Así habló Zaratustra
- Filo del atardecer: Más allá del bien y del mal
Sus obras no tuvieron el éxito esperado, lo que contribuyó a su aislamiento. Sufrió una crisis de locura de la que no se recuperó y murió en 1900. Se le ha descrito erróneamente como violento, fascista y revolucionario anarquista, etiquetas que no reflejan la complejidad de su pensamiento.
Contexto histórico-cultural
Nietzsche vivió en un siglo de profundas transformaciones iniciadas en la Modernidad: procesos de industrialización y revoluciones sociales. Durante la segunda mitad del siglo XIX, los conflictos sociales, aunque cambiaron de forma, se intensificaron. Predominó la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado industrial. Alemania se consolidó como nación en estos años. Las conquistas burguesas se basaron en el enriquecimiento generado por la Revolución Industrial, distanciando a la burguesía del proletariado. La necesidad de materias primas y nuevos mercados llevó a la colonización de África y Asia, convirtiendo a las naciones europeas en grandes imperios. El resultado fue una Europa impregnada de ideales burgueses, a los que Nietzsche criticó. La publicación de El origen de las especies de Darwin fue un acontecimiento clave en las ciencias biológicas. La concepción nietzscheana de la vida humana se relaciona con el evolucionismo darwinista, basado en la selección natural. Nietzsche consideraba que la cultura de la época, excepto la música de Wagner, expresaba la decadencia de la Europa burguesa. La influencia de Einstein también es notable.
Contexto ideológico-filosófico
Desde el punto de vista ideológico-político, se enfrentaban diversas tendencias (liberalismo, comunismo, anarquismo, etc.). Filosóficamente, proliferaron diversos “ismos”: contra los ideales racionales de la Ilustración, el idealismo absoluto reivindicaba un nuevo concepto de razón. El positivismo, movimiento dominante, intentaba atenerse a los hechos concretos, inspirándose en las ciencias empíricas. Aparecieron corrientes irracionalistas que destacaron las dimensiones humanas que escapan a la lógica abstracta de las teorías puramente racionales. El materialismo, nutriéndose de la situación social de la época, cuestionó profundamente el papel de la filosofía y promovió cambios sociales profundos. El positivismo de Comte identificaba la razón con la razón científica y la verdad científica con el modelo de verdad. Nietzsche se opuso a este ideal, argumentando que la realidad no es objetiva, sino un conjunto de interpretaciones. El romanticismo cuestionó la confianza en la razón y la ciencia, mostrando una afinidad por lo misterioso y salvaje frente a la claridad y el orden de la Ilustración. El vitalismo se opuso a los intentos positivistas de explicar el mundo a partir de la mera racionalidad científica, priorizando la “vida” en sentido biológico y biográfico. Schopenhauer, otro crítico de la visión ilustrada, defendió que el mundo es una representación de percepciones. Su influencia en Nietzsche fue decisiva, ya que la razón dejó de ser lo que nos define para convertirse en un instrumento al servicio del instinto de supervivencia. La filosofía de Nietzsche es profundamente polémica y crítica, solo comprensible si se conoce contra quién arremete.
Comparación con Platón
Puntos en común y diferencias
El pensamiento de Nietzsche, un vitalismo irracionalista, se compara con el idealismo racional de Platón. Ambos comparten un estilo literario con mitos y metáforas, y defienden un sentido aristocrático de la existencia, aunque desde perspectivas diferentes: en Platón, una aristocracia del conocimiento; en Nietzsche, una aristocracia de los creadores de nuevos valores. Ambos autores señalan que lo que se acepta como verdadero son sombras, y que pocos acceden al conocimiento de la realidad auténtica. Nietzsche critica los valores excelsos de la cultura occidental, considerando el dogmatismo platónico como el error de base. Nietzsche considera que con Sócrates y Platón comenzó la decadencia, perdiéndose la ingenuidad de la existencia. Sócrates, con su búsqueda de razones y su intelectualismo moral (“razón=virtud=felicidad”), realiza la equiparación más extravagante para Nietzsche, al poner la razón en lugar de la vida. En Nietzsche, “vida=instinto=felicidad”.
Platón concibe el mundo como un cosmos con racionalidad intrínseca, con una visión dualista (mundo inteligible y mundo sensible). Nietzsche, en cambio, ve el mundo como caótico e irracional, donde el orden y la racionalidad son creencias que nos dan seguridad frente al caos. Su visión es monista: un mundo sensible, plural y cambiante. Para Platón, el conocimiento racional comprende la realidad y puede representarse mediante conceptos. Nietzsche, en cambio, no confía en la razón, los conceptos ni las leyes matemáticas como medio para aprehender la realidad. No existe la Verdad, sino perspectivas. Platón cree encontrar la Verdad momificando la realidad; Nietzsche rechaza esta solución. El mundo de las Ideas de Platón es el paraíso de Dios; el cristianismo, para Nietzsche, es platonismo para el pueblo. Para Nietzsche, los valores son creados por nosotros, no tienen existencia objetiva ni universal, cambian con el tiempo y la cultura, y son resultado de la voluntad de poder. Su valor para la vida es quien decide si los aceptamos.
Nietzsche en la actualidad
Influencia e interpretación
Nietzsche escribió para futuros lectores. Su influencia en el pensamiento actual es indiscutible: Heidegger lo considera un gran artífice de la hermenéutica; Foucault, un “filósofo de la sospecha” que desencadenó el falseamiento moral e intelectual de Occidente; Vattimo, un teórico de la fragmentación y la multiplicidad, base del pensamiento débil posmoderno. Nietzsche descubrió un mundo cansado y arremetió contra él. Nuestra actitud ante el mundo actual no es de tanto desagrado como la suya, quizás porque su pensamiento contribuyó a un cambio profundo, superando parte del puritanismo moral represor. Sin embargo, no vivimos en un mundo feliz y sano, por lo que la reflexión debe continuar, evitando los extremos de razón e impulsos.
Valoración personal
Aunque la filosofía de Nietzsche es atractiva formalmente, sus valores me parecen solo estéticos, y la moral del superhombre olvida la preocupación por las reglas que permiten la supervivencia de la comunidad y la coexistencia de los individuos.
Justificación de la filosofía nietzscheana
Voluntad de poder y transvaloración de todos los valores
Nietzsche tuvo grandes influencias y su filosofía tiene un claro objetivo: afirmar la vida, exaltar los valores, celebrar la alegría de vivir, resaltando la voluntad de poder. Esta afirmación vitalista choca con la cultura occidental, que presenta la vida humana como una realidad de segundo orden, dependiente de una realidad ideal o Dios. Para Nietzsche, esto es un falseamiento que hay que deshacer. Retornar al verdadero bien y a la verdadera verdad pasa por la transvaloración de todos los valores, matando a Dios para que los seres humanos puedan ser ellos mismos y no regirse por las leyes de un ser superior. El tiempo también debe “morir” porque lo devora todo. Ambas muertes abren una nueva puerta para el superhombre, el niño desprejuiciado y espontáneo que juega en la vida, el verdadero creador de valores.
El lenguaje en Nietzsche
Crítica a los conceptos abstractos
Un error de la metafísica platónica es usar conceptos abstractos y vacíos para ordenar la realidad racionalmente. Nietzsche, en cambio, debe partir de lo sensible, de lo real, de lo que se intuye, no de conceptos con significado general, cuando la realidad es particular. Los conceptos disecan y desvitalizan. El lenguaje necesita los conceptos de la razón; por tanto, aunque dejáramos de fiarnos de la razón, el uso del lenguaje nos llevaría nuevamente al error.