Nietzsche vs. Kant: Moralidad, Nihilismo y Transmutación de Valores

KANT_NIETZSCHE

Kant cree que la moral en tanto que racional es un hecho universal.

Para Nietzsche no hay una moral universal. Para él, la supuesta “verdadera moral” que lucha por imponerse a todos universalmente no es sino la conspiración de los débiles quienes han conseguido alzar, por encima de todos, sus resentidos valores contra los fuertes. Nietzsche reivindica una moral que luche precisamente contra “la moral que se enfrenta a la vida”, mediante la cual se impone sobre lo bello, insanamente, la masa de enfermos.

Por eso Nietzsche reclama al individuo en su diferencia. Nietzsche está convencido de que la moral es una perspectiva individual al servicio de la vida. Luego la vida no puede apagarse por culpa de la moral. De ahí que apueste por aquella moral que refuerce el tipo de hombre más vital que es aquella que no se impone universalmente sino que fomenta la autorrealización de cada individuo como tal.

La moral kantiana es formal, pues no propone un fin último ni unos medios para alcanzarlo, y autónoma, en este punto Nietzsche podría estar de acuerdo con Kant, pero, si bien ambos son formalistas, la diferencia está en el distinto tipo de formalismo: el de uno de la buena voluntad (universal), y el del otro de la voluntad de poder (individual).

Nietzsche niega también la distinción de Kant entre fenómeno y noúmeno. Sólo existe el mundo verdadero, el de las apariencias, el que percibimos, no hay otra realidad por debajo de las apariencias.


¿Qué significa el Nihilismo?
. Que los valores supremos pierden validez. Por tanto, la civilización occidental se quedará sin los valores que ha poseído hasta ahora. Esos valores eran falsos, como un globo de aire que se pincha y queda reducido a nada. El Nihilismo (pasivo), por tanto, es la consecuencia propia de la ausencia de valores, de metas, de respuestas a los porqués que se habían respondido desde Dios. Con la muerte de Dios se ha perdido el sentido de la orientación de nuestra existencia, de nuestra vida.

Contra este Nihilismo pasivo quiere reaccionar Nietzsche con su “Nihilismo activo ”. Es un Nihilismo activo porque, en este caso, los valores no se derrumban por sí solos, sino que son destruidos directamente por la “voluntad de poder” (que dice “no” a esos valores). Por otro lado, es la condición para que, a continuación, la voluntad de poder cree valores nuevos.

En suma, el movimiento ascendente tras la muerte de Dios es el Nihilismo (pasivo), la última secuela de la moral transmundana y resentida: desilusionado por la destrucción de las antiguas verdades, aplastado e incrédulo antes las nuevas la historia como progreso, la razón encarnada en el Estado, la verdad científica- y, sobre todo, incapaz de establecer sus propios valores, “el último hombre” se abandona a la “voluntad de la nada”. Así pues, son dos las posibilidades del hombre tras la muerte de Dios, “el último hombre”(Nihilismo pasivo) y el “ superhombre ” (Nihilismo activo). El mismo Nietzsche se decide con pasión, él enseña el superhombre y muestra la índole despreciable del último hombre. El carácter heroico de la existencia humana es lo que hay que mantener firme ahora, tras la muerte de Dios.


DIONISÍACO

El origen de nuestra cultura descansa en la griega, esta cultura se originó gracias a la

fusión de dos elementos contrapuestos:

-El elemento Apolíneo:
Apolo es el Dios de las formas externas, de la apariencia llena de belleza. Es el símbolo de lo ordenado, coherente, racional, medible, proporcionado; es la dimensión encubridora, adormecida, resentida y enmascarada de la realidad. Lo apolíneo es lo teórico, la racionalidad a ultranza, la claridad extrema, la vida lúcida, fría, cautelosa y consciente, la falta de instinto, de pasiones y emociones.

-El elemento Dionisíaco: Dionisios es el Dios de la vida, del vino, de la embriaguez; es el símbolo de la alegría desbordante de vivir, del desorden, del caos. Es el ámbito que desde sí mismo desenlaza y desata las fuerzas mismas de la vida. Representa lo activo frente a lo reaccionario, lo vital frente a lo racional. Lo dionisíaco es lo natural, lo vital, los instintos, las pasiones, las emociones, los sentimientos, la vida irracional, la vida de la danza, la música, la poesía, la embriaguez.

La irrupción de Sócrates en la cultura clásica supuso una ruptura de ese equilibrio. Sócrates, a juicio de Nietzsche, tergiversó las cosas. Sócrates fue el gran corruptor al establecer la ecuación Razón = Verdad = Virtud . Con Sócrates, instintos, emociones, sentimientos se aniquilan o quedan subyugados a los dictados de la razón.

A partir de Sócrates y Platón la cultura occidental no ha sido más que una búsqueda racional de la verdad y del bien o la virtud . Sócrates y Platón eliminaron de la escena a Dionisios, optaron por una filosofía basado en el conocimiento de las causas, acabando con la vida.


TRANSMUTACIÓN DE VALORES

Con el concepto de transmutación o inversión de todos los valores, Nietzsche hace referencia a la necesidad de reemplazar los valores tradicionales (en concreto los valores cristianos y burgueses) por una nueva tabla de valores centrada en esta vida y en el deseo de vivirla plena e intensamente.

La crítica de Nietzsche se dirige contra la moral platónico-cristiana. La base filosófica de la moral contranatural es el platonismo; el mundo de las Ideas sirve de “más allá” religioso para los cristianos, de tal forma que el platonismo acabó convirtiéndose en metafísica cristiana. Esta moral pone el centro de gravedad del hombre no en esta vida sino en la otra, en el más allá salvador. La moral tradicional trata de extirpar los impulsos, el deseo, la sensibilidad. La moral tradicional castra al hombre, le llena de odio frente a los impulsos, es una “ moral de esclavos”, de aquellos hombres que no ven otra forma de liberarse de las consecuencias desagradables de las pasiones. El “débil” no encauza el conflicto entre las pasiones sino que trata de eliminarlas.

Nietzsche rechaza la moral tradicional porque es represiva, impuesta, heterónoma y por ser universal. Para Nietzsche, cada hombre debe fijarse su propia tabla de valores, debe crear su propio mandato. Cada cual ha de inventarse su propia virtud.

Frente a la moral tradicional, la «moral de señores», moral de los espíritus elevados, la que ama la vida, el poder, el placer. La diferencia fundamental entre la moral de esclavos y moral de señores estaría en lo siguiente: la moral noble es creadora, implanta de valores, es activa. La moral de los esclavos encuentra sus valores ante sí, es pasiva.


El devenir es un concepto filosófico que se refiere al proceso de cambio y transformación constante en el mundo. Se relaciona con la noción de que todo está en constante movimiento y evolución, sin permanecer estático. Esta idea nos invita a reflexionar sobre la naturaleza dinámica de la realidad y cómo influye en nuestras vidas.

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