Nietzsche y la crítica a la filosofía tradicional: un glosario de conceptos clave

Nietzsche y la crítica a la filosofía tradicional: un glosario de conceptos clave

Introducción

Friedrich Nietzsche, filósofo alemán del siglo XIX, fue un crítico feroz de la filosofía tradicional, especialmente de la tradición platónica. Para Nietzsche, la filosofía tradicional se caracterizaba por una serie de conceptos que, en su opinión, distorsionaban la realidad y la vida misma. En este glosario, exploraremos algunos de los conceptos clave que Nietzsche utiliza para criticar la filosofía tradicional.

Conceptos clave

Egipticismo

Nietzsche utiliza el término «egipticismo» como una metáfora para describir la tendencia de la filosofía tradicional a la permanencia, la intemporalidad y la petrificación. Para Nietzsche, la filosofía tradicional se aferra a conceptos estáticos y abstractos, negando el carácter dinámico y cambiante de la realidad, que él denomina «devenir».

Eleatas

Los eleatas fueron un grupo de filósofos presocráticos, entre los que se encontraban Jenófanes, Parménides y Zenón. Su tesis central, que Nietzsche criticaba, era una concepción estática del ser, basada en la deducción racional de categorías abstractas y la negación de lo sensible.

Ens realissimum

La expresión «ens realissimum» proviene de la filosofía escolástica y significa «ente realísimo». Se refiere a Dios como el ser máximo, perfecto, necesario y causa de sí mismo. Para Nietzsche, este concepto es una ficción vacía, una construcción mental que no corresponde a la realidad.

Fetichismo

Nietzsche utiliza el término «fetichismo» para referirse a la veneración excesiva y la superstición. En el contexto de la filosofía, Nietzsche critica el «fetichismo del lenguaje», que consiste en proyectar la categoría gramatical de sujeto de la proposición en nuestra experiencia de lo real, lo que genera la falsa creencia de que en la realidad existen sujetos y predicados.

Idolatría

Nietzsche utiliza la expresión «idolatría» para referirse al culto a los ídolos, entendiendo por tales cualquier cosa objeto de admiración y exaltación. En el texto, Nietzsche hace un uso metafórico de esta expresión, aplicando este significado religioso a los conceptos supremos. Los filósofos, según Nietzsche, adoran los conceptos forjados por la razón porque para ellos representan la realidad verdadera. Para Nietzsche, estos conceptos supremos, estos ídolos de la razón, son pura apariencia que no designan nada realmente existente, son «momias conceptuales».

Ilusión óptico-moral

Nietzsche caracteriza el «mundo inteligible» como una «ilusión óptico-moral». Este mundo verdadero se ha elaborado a partir del único mundo real, el devenir. Partiendo de las características del devenir, se inventa una realidad con características contrarias. Pero esta realidad no es más que un deseo, una ilusión debida a la consideración del devenir como algo falso, erróneo, irreal y negativo. Y puesto que la creación del mundo verdadero parte de una valoración negativa y pecaminosa de lo sensible, estamos ante una ilusión que no solo es óptica sino también moral.

Momias conceptuales

Según Nietzsche, los conceptos que han utilizado los filósofos para referirse a la verdadera realidad inventada por la razón, son conceptos huecos, vacíos, que no encierran nada vivo, nada real. Son como las momias. Para Nietzsche, el concepto «sepulcro de intrusiones»: el concepto momifica el pensar y la realidad. Por eso, este autor pretende desplazar la razón y su complemento necesario, el concepto, hacia la intuición y su expresión necesaria, la metáfora.

Monotono-teísmo

Nietzsche utiliza la expresión irónica «monotono-teísmo» para referirse al monoteísmo, no solo desde el punto de vista religioso, sino también desde el filosófico. La filosofía tradicional cae en el monoteísmo cuando renuncia a la vida y establece un principio inmutable, que es el fundamento que explica todo lo que es y ordena jerárquicamente lo que se considera real.

Mundo aparente/mundo verdadero

Esta pareja de conceptos resume la dualidad presente en la filosofía tradicional. Este pensamiento parmenídeo-platónico ha afirmado la existencia de un mundo verdadero que se caracteriza por ser racional, estático, inmutable y bueno. El mundo conocido por los sentidos es devenir, multiplicidad, cambio y origen del mal, es decir, presenta rasgos opuestos a los de ese mundo inteligible y, por ello, se ha calificado de «mundo aparente». Nietzsche afirma que el único mundo real es el devenir, el calificado de aparente, y que el mundo verdadero es una mera invención de la razón.

Prejuicio de la razón

En general, un prejuicio es cualquier elemento previo a la emisión de un juicio y que a la vez condiciona cómo se va a juzgar. La razón argumenta utilizando juicios que se componen de conceptos. El material de la razón es el concepto, no puede funcionar de otro modo. Según Nietzsche, eso ha llevado al ser humano a considerar que estos conceptos, con los que la razón pretende organizar el devenir y el caos del mundo, corresponden a seres realmente existentes. Es decir, se han confundido las categorías racionales con categorías de la realidad. Estas categorías racionales constituyen el «prejuicio de la razón», pues condicionan los juicios que emite.

Pueblo

En este texto, el término «pueblo» está entrecomillado porque se refiere al conocimiento vulgar de quienes afirman como real y verdadero lo que muestran sus sentidos. Los filósofos se separan de lo que dice el pueblo, ya que afirman que el conocimiento superior es el propio de la razón. Los sentidos son fuente de error, por eso la mayoría está equivocada y, por tanto, los filósofos y después los sacerdotes deben revelar al pueblo la verdad del mundo inteligible, trascendente y divino para que al menos crea en él y viva de acuerdo con él.

Razón

La filosofía tradicional ha distinguido entre dos fuentes de conocimientos: los sentidos y la razón. Los primeros se han considerado el origen de nuestros errores. Por el contrario, la razón se ha visto como la fuente de la verdad. Esta facultad ha generado un mundo verdadero, lo inteligible, y los sentidos nos han presentado un mundo aparente, el devenir. Rompiendo con esa tradición, Nietzsche afirma que los sentidos son los únicos que nos atestiguan cómo es la realidad, el devenir. La verdad establecida por la razón no es más que un mundo ilusorio producto del miedo y cuya existencia es indemostrable.

Sub specie aeterni

Expresión que Nietzsche toma de Spinoza, filósofo racionalista. Para este autor, lo que existe es una manifestación que proviene necesariamente de Dios. La verdad se alcanza cuando se conoce «sub specie aeternitatis», desde la perspectiva de la eternidad. El ser humano llegará a la verdad cuando, abandonando su perspectiva particular, vea las cosas como las conoce Dios, como necesidades.

Sustancia

Según la filosofía tradicional, lo que existe por sí. Sustancia se opone a accidentes, que son seres que existen en la sustancia. Calificar algo de sustancia supone introducir el concepto de ser permanente y estático. Para Nietzsche, la organización del mundo en sustancias y accidentes es una invención de la razón.

Valor

En general, un valor es una cualidad que atribuimos a las personas o cosas porque nos parecen estimables o rechazables. Los valores supremos son los valores que la filosofía atribuye al mundo inteligible inventado por la razón: lo existente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto.

Vida descendente

. para nietzche la cultura occidental, desde socrates, ha defendido valores contrarios a la vida y ha creido en un mundo objetivo, verdadero, inmutable y racional, que fundamenta dicho valores antivitales. la vida decadente es la vida de quien cree en esos valores por encima de los valores de la tierra, del devenir. es decadente todo lo que se opone a los valores del existeir instintivo y biologico: la filosofia la religion y la moral

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