Nietzsche y la Moral: Crítica, Superhombre y Comparativa con Kant y Mill

Nietzsche: Crítica a la Moral y la Figura del Superhombre

Nietzsche critica la moral vigente a partir del estudio del origen de los prejuicios morales. Para ello, emplea el método genealógico, consistente en una investigación etimológica e histórica de la evolución de los conceptos morales. La obra se divide en tres tratados; el primero, titulado *»Bueno y malvado, bueno y malo»*, es el más interesante y el único que se expondrá aquí.

Nietzsche afirma que su investigación filológica en diversas lenguas le condujo al siguiente resultado: en todas las lenguas, «bueno» (*gut*) significó primitivamente lo noble y lo aristocrático, contrapuesto a «malo» (*schlecht*) en el sentido no moral de simple, vulgar, plebeyo. Estas dos denominaciones, «bueno-malo», son creadas por los nobles y poderosos, en la medida en que son ellos los que tienen el poder de darse y dar nombres.

Más tarde, surge otra contraposición: la de «bueno» y «malvado» (*böse*), ya de carácter moral. Esta nueva contraposición se enfrenta a la anterior y la desplaza. El origen histórico de tal desplazamiento es, según Nietzsche, que los que eran considerados «malos» (en el sentido de bajos, plebeyos) se rebelan, se llaman a sí mismos «buenos» y denominan a los nobles como «malvados». Esta transmutación fue realizada por los judíos y continuada por los cristianos. Los nobles pasan ahora a ser malvados, y los buenos son los que antes eran llamados por los nobles «malos» (plebeyos).

La moral surge como resultado de la rebelión de los esclavos y es producto de una «actitud reactiva» del resentimiento. El resentimiento es el que creó los valores morales de Occidente y es el responsable de la aparición de una civilización enemiga de la vida y de un hombre «mediocre». Es el causante del nihilismo que amenaza a Occidente.

Sin embargo, Nietzsche se atreve a esperar que si la lucha entre los conceptos «bueno-malo» y «bueno-malvado» se ha resuelto hasta ahora con la victoria del segundo par, llegará el día en que se pueda vivir más allá del bien y del mal, se recobre la primitiva inocencia y aparezca el superhombre anunciado por Zaratustra.

El Superhombre de Nietzsche

Nietzsche presenta al superhombre como el fruto de tres transformaciones: cómo el espíritu se convierte en camello, el camello en león, y el león en niño. El camello se arrodilla para cargar con el peso que le arroja el gran dragón: *»¡Tú debes!»*.

Pero entonces el espíritu se transforma en león, que quiere conquistar su libertad, arrojar los antiguos valores y poder decir: *»¡Yo quiero!»*. Pero todavía no es capaz el león de crear nuevos valores. Para eso, hace falta que el espíritu se transforme en niño. El superhombre posee la inocencia del niño, está más allá del bien y del mal, es el «primer hombre», un nuevo comienzo en el eterno retorno, posee el poder de crear valores, vive fiel a la tierra. El superhombre no es sino la encarnación de todo el mensaje de Nietzsche. No es un personaje terrible, es un niño.

La condición para la aparición del superhombre es la muerte de Dios. De este modo, la muerte de Dios, la destrucción del cristianismo (entendido como concentración de toda la cultura decadente), es la condición negativa de la aparición del superhombre. En su crítica contra la civilización occidental, Nietzsche no tendrá piedad alguna.

Comparación entre el Utilitarismo de J. S. Mill y la Ética Formal Kantiana

  1. Kant, como los racionalistas, considera que es inherente a la razón humana distinguir el bien y el mal. Mill, como Hume, considera que los principios morales no admiten justificación racional, pero quedan justificados si coinciden con los deseos humanos.

  2. Kant considera que solo es moral la ética de la intención de actuar libremente, por respeto a la ley moral y no por deseos o inclinaciones. El valor moral de una acción no radica en el fin que se pretende alcanzar, sino en la máxima, en el principio que determina a obrar al sujeto. Un individuo actuará moralmente cuando se determine a obrar por respeto a la ley moral práctica. Los utilitaristas, en cambio, consideran que los motivos carecen de importancia; solo cuentan las consecuencias. No se pueden ver ni medir los motivos de las personas, pero sí las consecuencias de sus acciones.

  3. Para Kant, cumplir con nuestro deber entraña obedecer siempre ciertas leyes morales o imperativos, por más que nos resulten molestos o perjudiciales.

    Mill sostiene que debemos seguir las reglas morales establecidas, pero sin olvidar que son generalizaciones que pueden quebrantarse en los casos excepcionales porque no son principios obligatorios de conducta. Para Mill, el hombre tiene derecho a ser feliz. Para Kant, la felicidad es un premio que reclama méritos morales.

Similitudes y Críticas a Kant y Mill

Por otra parte, Mill y Kant llegan por caminos distintos a posicionamientos morales semejantes y, por ello, las críticas a las que se hacen acreedores serán también semejantes:

  • No podemos defender a Kant por establecer una ley moral idéntica para todos. Éste es un supuesto que no está en disposición de poder demostrar y que la experiencia se empeña en desmentir.
  • Mill sostiene una concepción de la naturaleza humana y del proceso histórico que tampoco está en disposición de poder demostrar y que la experiencia no parece corroborar.
  • Kant, al fundar la moral en un trascendente, la condena al campo de lo hipotético.
  • Mill, al considerar que la felicidad general sería el fin al que tenderíamos todos si fuéramos individuos moralmente desarrollados, también fundamenta la moral en algo que trasciende el ámbito de la experiencia.
  • La moral kantiana sirve para resolver los conflictos morales reales.
  • El utilitarismo de Mill, al establecer que los placeres son distintos cualitativa y cuantitativamente, hace que el cálculo y la comparación de las consecuencias para resolver determinados conflictos morales sea, en muchas ocasiones, extremadamente difícil.

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