Nihilismo
En el sentido negativo, el nihilismo es la constatación de que los valores del hombre civilizado que han estado vigentes han de ser destruidos. En sentido positivo, reconoce la variedad de los valores tradicionales y los elimina. Al eliminar esos valores, solo queda la nada, lo cual es el paso para construir valores nuevos. El nihilismo es la cristalización lógica e inevitable de la cultura de Occidente. Es desorientación y duda tras el derrumbamiento de la filosofía platónica. Pero, a la vez, la época nihilista es necesaria para la llegada de una nueva perspectiva, una nueva valoración sobre la vida y el hombre. Además de toda esta crítica, hay una serie de propuestas en la filosofía nietzscheana que muestran con claridad la reivindicación por la vida y la experiencia personal. Hay una exaltación de la expresión individual y el uso de metáforas, de la creatividad artística, que constituye lo que él llamará la voluntad de poder. Reivindica también una filosofía autobiográfica; apoya una transmutación de los valores que conduzca a la recuperación de los instintos vitales del hombre, a afirmar la tierra, la vida total, en todos sus aspectos. También hay en él una defensa del error como parte de la vida; y, de hecho, una de sus ideas principales, la del superhombre, es la expresión máxima de la pasión por la vida y por el hombre.
Metafísica Tradicional
Radica en la valoración de la vida misma: mientras que en la tradición platónica la vida era un mero tránsito, un castigo para el alma que anhelaba llegar al mundo suprasensible, para Nietzsche no existe tal mundo. Sería una simple invención que sirvió durante siglos como fórmula de escape para el hombre en el enfrentamiento con la realidad, con la vida, que además había optado por despreciarla. Para Nietzsche, la única realidad es la terrenal. Nietzsche creía que la vida era perspectiva. La metafísica tradicional, por el contrario, consideraba al ser como algo fijo e inmutable; la movilidad que aporta la pluriperspectiva había quedado reducida a lo sensible, lo falso en la filosofía platónica. Por lo tanto, Nietzsche critica a esta filosofía por oponerse al devenir de la vida, a su dinamismo.
La Voluntad de Poder
Para Nietzsche, la vida es devenir, es movimiento, es lucha, todo lo cual se «domina» por la voluntad, más allá de los «imperativos» morales. Por ejemplo, en la naturaleza no existen las categorías de bueno o malo. El rayo, la lluvia, el sol, el animal, el vegetal, etc., no son ni buenos ni malos.
A diferencia de Darwin, para Nietzsche, la lucha por la existencia en el hombre no es solo una lucha para sobrevivir o adaptarse, sino que va más allá, es una lucha de dominio, de tomar el control, de crear, de interpretar, de conocer: VOLUNTAD DE PODER. «Solo donde hay vida hay también voluntad: pero no voluntad de sobrevivir, sino (…) ¡voluntad de poder!» (Zaratustra, De la superación de sí mismo).
En este sentido, la voluntad de poder es una voluntad que «quiere». Es activa en cuanto «se propone» sin esperar pasivamente ni tratar de adaptarse… sino «dominar».
Y lo dice claramente: «Existe en nosotros un feroz dragón llamado ‘tú debes’, pero también y en contra de él un superhombre que arroja las palabras ‘yo quiero’»
Superhombre
La idea del superhombre es expuesta con la imagen de las tres transformaciones del espíritu:
- (A) El espíritu se transforma primero en camello, el sometimiento de la voluntad a la carga del deber moral, de la religión, de todo lo externo y ajeno a su propio querer.
- (B) El camello se transforma en león, que simboliza el coraje de la voluntad que destruye todos los valores vigentes. El león lucha contra el dragón cuyas escamas brillan simbolizando el deber.
- (C) Por último, el león se transforma en niño que juega, olvidado de sí mismo. El niño es el superhombre, Dionisos que crea y destruye según el ciclo del eterno retorno, la superación de la misma individualidad en el poder de la voluntad que le trasciende.
El Eterno Retorno
De lo mismo significa que todo vuelve a ocurrir como ya ocurrió, una y otra vez, porque la fuente del mundo es finita y el tiempo finito, todo se vuelve a combinar de la misma manera que ya se combinó.
Muerte de Dios
La muerte de Dios es el resumen de las críticas a la moral, al cristianismo y a la metafísica. Es lo que le impide al hombre ser hombre. La llegada del superhombre exige derribar los cimientos de Occidente: Dios. Desde el antropocentrismo del Renacimiento a la divinización de la ciencia por el Positivismo, pasando por la fundamentación racional de Dios del Racionalismo y la Ilustración, la modernidad lleva a la muerte de Dios. Somos nosotros (el hombre) los que hemos matado a Dios.
Algunos comentaristas señalan que nuestro autor no se dirige tanto al Dios bíblico, como al creado por las versiones históricas del cristianismo. Se critica el Dios de la teología cristiana y parece que se respeta la figura histórica de Cristo.
Vitalismo
El vitalismo es una filosofía que propone a la vida como único principio del hombre, quiere decir que el hombre es vida y actúa bien si se dedica a vivir la vida, seguir sus instintos (porque la razón es considerada como otro instinto).
Materialismo Histórico (Marx)
El materialismo es una doctrina según la cual todo lo que existe no está determinado y se explica por algo superior y previo a lo experimentable y aprehensible empíricamente. Según Marx, el fundamento de la realidad humana, tanto en el plano individual como en el plano social, es el modo de producción. Marx entiende por modo de producción la forma general que a lo largo de la historia ha adoptado la estructura económica de la sociedad. Cada pueblo o época ha de ser enjuiciado de acuerdo con las condiciones reales de su economía y no según la conciencia social expresada en forma de ideología.
El materialismo histórico es la teoría marxista sobre la historia universal que explica cómo se han ido sucediendo los diversos modos de producción. El análisis de la sociedad da como resultado dos capas constituyentes. Marx designa estructura económica de la sociedad, modo de producción o infraestructura a una de las capas y superestructura a la otra. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden diversas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona todo el proceso de la vida social, política y espiritual en general.
La materia es entendida como sustancia originaria, único fundamento existencial del mundo. El materialismo «rechaza todo dualismo de materia y espíritu y lleva a la negación de Dios». La materia no ha sido creada, es eterna e infinita, su causa hay que buscarla en ella misma.
La Alienación en la Sociedad Capitalista (Marx)
La teoría marxista de la alienación en la filosofía marxista es la interpretación ideológica de esta sobre el concepto psicológico y sociológico de alienación en los relatos de trabajo, porque el trabajador en el capitalismo no es considerado como persona, sino como cualquier cosa equivalente a una cierta cantidad de dinero y utilizable para la multiplicación del dinero mismo.
Marx toma el término y lo aplica a la materialidad; en concreto a la explotación del proletariado y a las relaciones de propiedad privada. En su enfoque desde el marxismo al proceso de alienación, denominó alienación a las distorsiones que causaba la estructura de la sociedad capitalista en la naturaleza humana. Aunque era el actor el que padecía la alienación en la sociedad capitalista, Marx centró su análisis en las estructuras del capitalismo que causaban tal alienación. En el capitalismo los trabajadores están alienados de sus compañeros de trabajo. El capitalismo destruye la cooperación natural, produciendo una sensación de soledad. Por otro lado, el capitalista enfrenta a los trabajadores entre sí para detectar cual de ellos produce más, trabaja más rápidamente y agrada más al jefe, generando hostilidad entre los compañeros de trabajo. En la sociedad capitalista los trabajadores están alienados de su propio potencial humano. Los individuos cada vez se realizan menos como seres humanos y quedan reducidos al papel de bestias de carga o máquinas inhumanas. La conciencia se entumece, y el resultado es una masa de personas incapaces de expresar sus capacidades específicamente humanas, una masa de trabajadores alienados.