Nietzsche y la Crítica a la Tradición Occidental
La Historia y la Moral según Nietzsche
Nietzsche aborda el problema de la historia desde una perspectiva crítica hacia la tradición occidental. Su filosofía posee un carácter dual, siendo a la vez crítico-destructivo y positivo-creacionista. Tradicionalmente, la moral se ha presentado con una esencia contranatural, ya que promueve valores y deberes que se oponen al devenir natural de la vida y los seres, impulsados por un resentimiento hacia los sufrimientos inherentes a la existencia. Nietzsche define la metafísica como una duplicación radical del mundo real en el sensible, una exageración y falsificación de la realidad influenciada por nuestras emociones y la dialéctica. La metafísica se erige como la legitimadora teórica de nuestras acciones, juzgándolas, y de los valores morales y religiosos. Esta interpretación metafísica implica una concepción específica de la realidad como un «ser estático», así como del lenguaje y del concepto. Por otro lado, Nietzsche también consideraba que la ciencia opera de manera similar, «teórico-conceptual», manteniendo la creencia en una verdad única e inamovible. Esta aparente falta de cánones fijos en su pensamiento ha llevado a que se le considere un autor nihilista.
Conceptos Clave en la Filosofía de Nietzsche
Dejando de lado la metafísica y los temas adyacentes, podemos destacar tres tesis fundamentales en la obra de Nietzsche:
- Nihilismo y sus Formas: La célebre frase «Dios ha muerto» resume el resultado del desarrollo filosófico-cultural occidental. El nihilismo se entiende como la supresión de los valores morales tradicionales, conduciendo a una creencia en «nada» que, paradójicamente, potencia la autodeterminación en vida. Esta ideología, latente en Occidente, aceleró el progreso cultural del ser humano. Nietzsche distingue dos formas de nihilismo: el pasivo-reactivo, que surge como consecuencia de algo, y el activo, que se manifiesta tras una maduración de la idea, por iniciativa propia.
- Voluntad de Poder: Este concepto designa la esencia de la realidad en cuanto a lo que aún está por realizarse en la vida del hombre. Es una voluntad netamente activa que concibe el mundo como la posibilidad de que, a través de esta voluntad de poder, el devenir retorne eternamente, propiciando una vida afirmativa y plena. Nietzsche introduce la teoría de la inseparabilidad de la verdad (acción) y la perspectiva, atribuyendo al lenguaje el valor de metáfora y el objetivo de metaforizar el pensamiento.
- Idea del Superhombre: Esta idea propone un proyecto para la humanidad que busca aumentar su voluntad de poder, su carácter activo y creador, cercano a una postura dionisíaca. Cabe destacar que, en diversos aspectos, esta concepción fue adoptada por la ideología nazi.
Marx y la Historia desde una Perspectiva Humanista
La Ideología y la Alienación según Marx
Karl Marx aborda el problema de la historia desde una visión humanista, con una actividad crítica y transformadora. El marxismo exige una clarificación del carácter ideológico de la conciencia y la sociedad. Marx define la ideología como una representación falsificadora de la realidad que oculta una situación de alienación. Por alienación, entiende el cambio en el valor, el significado, el derecho y el deber de un ente o cosa respecto de otro. Define al hombre como un ser natural histórico, cuya esencia reside en la praxis (trabajo, producción, economía, cultura, etc.), identificando la identidad del ser como un producto de las relaciones sociales. Esta postura de lucha, claramente humanista, contra la alienación del hombre, niega la existencia de un ser superior a todo y a todos, situando al hombre como sujeto de la historia. Su perspectiva materialista sostiene que el motor de la historia son necesariamente el pensamiento y la acción, que se dan para realizar el cambio histórico, en oposición a la tendencia idealista.
La Inexistencia de Dios y la Crítica a la Religión
Reflexiones sobre la Muerte de Dios
El texto desarrolla la idea de la inexistencia de Dios, apelando a la cultura alcanzada por el hombre y a la imposibilidad de concebir algo que no esté sujeto al cambio y al devenir. Se intenta demostrar que este cambio ha ocurrido definitivamente. La frase «Dios ha muerto», citada en el texto, es un fragmento del Nuevo Testamento. Se destaca, en parte, porque utiliza la muerte y la resurrección en Cristo para establecer una contraposición en el argumento cristiano entre un Dios eterno y otro que necesita del cambio para triunfar, y que lo hace tras fracasar en el mundo real, deduciendo así que no pertenece a él. Se aborda el problema de la moral europea, relacionada con la religión, que ha inculcado la esperanza de una vida después de la muerte, una esperanza que encierra el alma, impidiéndole alcanzar sus deseos en la vida real, propiciada por un resentimiento hacia una vida que no siempre es agradable. En este fragmento, Friedrich Nietzsche da por concluida la religión.