Nietzsche y Santo Tomás: Perspectivismo, Conocimiento y Relación Fe-Razón

Nietzsche: Perspectivismo y Crítica al Lenguaje y la Metafísica

Para Nietzsche, la intuición es el conocimiento individual, directo e inmediato del sistema perceptivo interno y externo. El lenguaje sirve para expresar el pensamiento y la intuición, pero Nietzsche se pregunta si este expresa correctamente las intuiciones, ya que lo que hace es crear metáforas que intentan expresar nuestra relación con las cosas, porque la «cosa en sí», la esencia, es inconcebible.

El primer falseamiento de la realidad se produce cuando se toma por realidad lo que sólo es metáfora, figura; la palabra es una metáfora aceptada socialmente. Se entiende como verdadero lo que es coincidente con la metáfora aceptada social y convencionalmente, y como falso lo que se aparta de ella. La palabra se transforma en concepto para servir como instrumento de comunicación, y el concepto provoca una comprensión del mundo en tanto que cosa humanizada. El segundo falseamiento se produce con la elaboración de conceptos; la abstracción racional falsea la metáfora al eliminar lo individual, lo instintivo.

El hombre ha olvidado el verdadero origen de los conceptos y las consecuencias son el falseamiento de la realidad y la posibilidad de la Metafísica tradicional (Dios, Mundo, Yo, son abstracciones que se toman como realidades primeras). El idealismo kantiano había admitido la importancia que el fenómeno tenía en el conocimiento. Sin embargo, Nietzsche duda de esto y atribuye más capacidad al arte para expresar la realidad.

De este modo, el conocimiento se convierte en perspectivismo porque los «hechos en sí» son incognoscibles, sólo hay diversas interpretaciones. En este aspecto, Nietzsche realiza una dura crítica al positivismo al limitar el conocimiento a lo fenoménico: conocer es, por tanto, interpretar desde múltiples perspectivas. El Mundo no es cognoscible, sólo interpretable. Nietzsche critica el Idealismo porque el mundo de las esencias, de las ideas, de la Verdad, no es cognoscible porque es falso; pero también el Realismo porque el mundo de los fenómenos no es cognoscible tampoco porque el concepto falsea el fenómeno convirtiendo en un «en-sí» lo múltiple. El conocimiento es la mayor fabulación, ya que es un proceso de abstracción y simplificación que no está encaminado a conocer sino al poder sobre las cosas. La «voluntad de poder» está en el origen del conocimiento: poder para conceptualizar, poder para imponer unos conceptos en lugar de otros, poder para resolver las luchas entre distintas perspectivas. De esta teoría del conocimiento deriva la crítica a los filósofos, científicos y teólogos, porque actúan de intermediarios entre el Mundo y nosotros.

La filosofía es criticada porque considera el «ser» como una realidad estática e inmutable. Nietzsche opina que el «ser» metafísico es absurdo, ficticio, que no es posible conocerlo ni demostrarlo. Sólo existe el devenir, el mundo delimitado por el espacio y el tiempo, que puede ser experimentado por los sentidos. Y este mundo tiene como principio del devenir la «voluntad de poder». Todas las acusaciones son una crítica al uso de la razón en el lenguaje y la Filosofía.

La Vida, la Tragedia y la Crítica a Sócrates y Platón

Para Nietzsche, la vida se manifiesta en la Naturaleza como instinto, fuerza, lucha constante de energías contrarias en un proceso interminable en el que nada permanece estable, como devenir, como acontecimiento trágico. Este proceso está regido por la dominación de unos sobre otros, por la preeminencia de fuerzas espontáneas como el instinto, la «voluntad de poder». El hombre está envuelto en una realidad trágica y regido por la «voluntad de poder» que le impulsa hacia el futuro. Afirmar la vida es aceptarla como es: trágica, instintiva, creadora, proyectiva; es recuperar el espíritu de la tragedia griega en la que Apolo y Dionisos simbolizan fuerzas contrarias, impulsos artísticos, estados de ánimo vitales. Apolo es el dios de la belleza, de las formas perfectas, la medida, la proporción; se corresponde con las artes estáticas y espaciales. Dionisos es el dios del vino, la embriaguez, la exuberancia; se corresponde con las artes dinámicas y temporales. Lo apolíneo y lo dionisíaco son impulsos, instintos de desarrollo, dos formas de creatividad. Afirmar la vida íntegramente, con todo lo doloroso e inexplicable, es realizar la síntesis de estas dos fuerzas creadoras opuestas, ésta es la grandeza de la tragedia griega.

El socratismo es el primer síntoma de negación, de decadencia, ya que introduce la razón oponiéndose a la espontaneidad del instinto; identifica razón, virtud y felicidad. Las consecuencias del socratismo son la negación de los auténticos valores de la vida (el instinto, la fuerza), y la transformación de felicidad y virtud en ideas, se inventa un mundo de ideas para escapar de éste. Platón no sólo inventa el Mundo de las Ideas, sino que lo propone como verdadero (el mundo sensible depende de él). Posteriormente, el cristianismo protege, exalta y continúa esas ideas, universalizando así la decadencia iniciada por Sócrates y Platón.

La Inversión de los Valores y el Superhombre

La inversión de los valores se produce a partir de Sócrates, es el resultado de una situación paradójica: la moral de los esclavos se ha impuesto sobre la de los señores, los auténticos valores morales han sido suplantados, invertidos. Por ello, la moral tradicional (cristiana) es antinatural porque se opone a la vida con normas, leyes, aboga por el mundo del más allá y niega éste. El resultado es la alienación del hombre. El inicio de esta inversión se produce con el Judaísmo, el Cristianismo la universaliza e introduce el sentimiento de culpa cuando para redimirse es necesario el ascetismo, el sacrificio, la abnegación.

Es en este sentido en el que la idea de Dios impide al hombre llegar a ser superhombre y la muerte de Dios significa la caída de los cimientos (moral, religión y filosofía) de la civilización occidental, la destrucción de los valores absolutos. La superación del nihilismo se produce por la creación de valores que den sentido al hombre y la vida, y por la transvaloración («transmutación») de los valores que condujeron a la nada. La superación del nihilismo no se produce por la reflexión de la razón, sino por instinto, es la «voluntad de poder» del superhombre -un nuevo tipo humano que vive el devenir y la «voluntad de poder», que está más allá del bien y del mal- la que destruye y crea nuevos valores.

Santo Tomás de Aquino: Fe, Razón y la Existencia de Dios

Si uno de los principales temas de la filosofía de la Edad Media y de Santo Tomás es la relación entre la fe y la razón, entre la teología y la filosofía, podríamos decir que el texto es otra muestra más de la coexistencia de ambos campos. Partimos de que Santo Tomás es cristiano, por lo que llega a la filosofía con unos presupuestos que la religión le ha proporcionado. Sabemos por la Biblia que Dios creó al hombre y a todo el universo. El nuevo concepto de creación de la nada. Sabemos porque creemos, tenemos fe en Dios, que se nos revela en las Sagradas Escrituras. La segunda fuente de la verdad es la Tradición.

Relación entre Teología y Filosofía

La relación entre ambas ciencias es de colaboración mutua. La teología se apropia del lenguaje y de los métodos de indagación filosóficos, mientras que la filosofía tiene una guía a seguir para no equivocar el camino hacia la verdad, hacia Dios, sumo Bien. Todas las acciones humanas deben encaminarse a conseguir este objetivo. No seguirlo es pecado, mal moral. Para cumplir debe seguir la ley natural, presencia en el hombre de la ley eterna, divina, sobre las criaturas. Dios es el origen y el fin de toda criatura y, por tanto, de los seres humanos. La relación entre Dios creador de la ley natural en el hombre y la propia naturaleza está siempre presente. La ley natural manda hacer el bien y evitar el mal. La razón está capacitada para conocer los preceptos de la ley natural.

Dios ha creado al hombre libre. La voluntad humana es libre y tiende por naturaleza al bien, por lo que es responsable de los actos que realiza conscientemente. Las leyes positivas decretadas por los gobiernos deben ser obedecidas siempre que no se opongan a la ley natural. Buscan el bien común, que solo debe buscarse en la paz.

Ontología y las Cinco Vías

Al igual que en la ética, en la ontología existe igualmente una concordancia entre razón y fe. Por la razón descubrimos que existen seres de todo tipo en el mundo. Son criaturas de Dios. Dios es el Ser por excelencia; las criaturas son seres que participan del ser de Dios. Por la razón sabemos que las criaturas son contingentes, compuestas de materia y forma, y de esencia y existencia.

Al tener estas características, no pueden ser causa absoluta de sí mismos, por lo que es necesario que exista una causa primera. Esta causa primera de todo es Dios, que es el ser; todo lo demás lo es por analogía.

Además de por la fe, también se puede y se debe llegar a demostrar la existencia de Dios por medio de la razón. Rechazado el argumento ontológico de San Anselmo (demostrar la existencia de Dios a partir de la idea de Dios, como el ser más perfecto que el cual nada puede ser pensado, por lo que debe existir, para que no le falte nada), Santo Tomás parte de lo creado por Dios en este mundo para llegar a probar la existencia de Dios. Para ello propone sus famosas cinco vías para la demostración de la existencia de Dios:

  • 1ª.- De la existencia del movimiento a la existencia de un motor inmóvil, Dios.
  • 2ª.- Los seres deben ser causados por una primera causa, Dios.
  • 3ª.- Los seres son contingentes, luego tiene que existir un ser necesario, Dios.
  • 4ª.- Existen diversos grados de perfección en el mundo, luego tiene que existir un ser perfectísimo, Dios.
  • 5ª.- Todos los seres tienden a un fin, que es el propio Dios.

El Hombre y el Conocimiento

El hombre: La filosofía de Santo Tomás trata de conciliar la filosofía aristotélica recién descubierta con la doctrina cristiana, por lo que va a estar muy influida por la doctrina de Aristóteles. Es la más importante de las criaturas por su alma racional y espiritual. Dios creó el alma de cada hombre a su imagen y semejanza. El alma es la forma substancial del cuerpo que es la materia (hilemorfismo aristotélico) y forma con éste una unidad substancial. Es una sustancia incompleta que necesita de la sustancia cuerpo para actuar. La unión de cuerpo y alma es sustancial, no accidental como en Platón. El alma es inmortal.

Conocimiento: La teoría del conocimiento también es aristotélica. Parte del mundo sensorial hasta llegar al mundo inteligible, al revés que Platón, que partía del mundo inteligible como el único verdadero y descendía hasta el sensible. Existe un conocimiento sensible, por medio de los sentidos, de la percepción, para, pasando por la imaginación, llegar hasta el concepto, el conocimiento intelectual. Conocemos las cosas particulares de este mundo hasta que llegan a nuestro entendimiento paciente que recibe las imágenes de las cosas, y el entendimiento agente que forma los conceptos universales, a partir de los datos que le han proporcionado los sentidos. Vemos este perro y conocemos el concepto de perro, para después saber que corresponde a este perro que he visto. Primero se conoce el universal y después el particular por medio del principio de individuación.

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