Nihilismo y la Crítica a la Cultura Occidental: Una Perspectiva Filosófica

Nihilismo y la Crítica a la Cultura Occidental: Una Perspectiva Filosófica

Usos de la Razón según Nietzsche

El segundo uso de la razón es práctico, es la orientación racional de las acciones. Es una racionalidad crítica de los fines. Este uso dice que solo somos morales cuando somos libres, cuando la voluntad está sometida a algo que no es ella. Una persona es libre cuando él mismo lo decide, cuando hay una decisión racional que no se guía por nadie, una decisión propia. Hay una frase que es: ”obra siempre de tal manera que la norma de tu conducta pueda convertirse en ley universal para toda la humanidad”. Esto quiere decir que todo lo que hagas tienes que pensar que el resto puede hacerlo. Esta es una de las cosas que Nietzsche discute, que si el mundo fuera así, sería monstruoso. En la moral de esclavos, el deber hay que cumplirlo por mucho que se hunda el mundo, y que tu libertad tiene que estar sometida al resto de la humanidad. Por último, está la moral de los señores que se define por: imponer tú las normas, no someterte a nadie, no obedecer nada más que a ti, no tener normas. Como ya hemos dicho antes, la filosofía de Nietzsche se divide en nihilismo pasivo y activo. El nihilismo pasivo es aquel que surge como consecuencia de la muerte de Dios. Se manifiesta con actitudes como la desesperanza, la renuncia al deseo de vivir, etc.

El nihilismo pasivo se refiere a la decadencia propia de la cultura occidental. Los valores creados por esta cultura hacen referencia a un mundo engañoso. La cultura occidental no podrá salvarse cuando se sepa engañada y comprenda que sus logos eran mitos. Se encontrará vacía de sentidos, sin metas, con sujetos indiferentes, etc. Hay una desvalorización de los grandes valores tradicionales, todo estará perdido, todo invadido por el pesimismo. La cultura está enferma y esta enfermedad se llama nihilismo. El nihilismo pasivo deja huérfana de sentido a toda una cultura, incapaz ya de generar individuos creadores.

Desarrollo del Nihilismo Pasivo

El desarrollo del nihilismo pasivo se divide en la crítica a Occidente y en la crítica a la filosofía.

Crítica a Occidente

La crítica a Occidente es una ilustración basada en la autonomía del sujeto racional. Entonces, a raíz de esto, aparecen los filósofos que sospechan del condicionamiento del sujeto. Estos filósofos son:

  • Darwin: dice que el ser humano es producto azaroso de la evolución y que hay una continuidad entre el hombre y el animal. Nietzsche interpreta de Darwin que hay una interpretación evolucionista de la teoría del conocimiento. La razón como herramienta adaptativa; la razón es lo que lleva al poder. Hay una voluntad de supervivencia, estado natural de lucha por la existencia.
  • Marx: el sujeto no se reconoce solo. Su idea es el sujeto pensante. Hay una entidad sujeto-objeto, es decir, si no existe una cosa no seríamos lo que somos, sería absurdo. Respecto al condicionamiento histórico de la identidad y de las sociedades, la sociedad es lo que nos construye, somos lo que somos gracias a la sociedad. Y los condicionamientos materiales, es que hay una realidad material que condiciona la realidad social y la ideológica. La estructura económica determina la infraestructura material-económica, que es el modo de producción; la estructura social y la superestructura ideológica. La consecuencia de todo eso es que hay una lucha; el sujeto consciente individual no es el protagonista de la historia.
  • Freud: consiste en el yo pensante y el sujeto consciente, que están determinados por el inconsciente mental, la naturaleza, que es el ello; el eros-placer y el thanatos-poder; la sociedad, es el superyó adquirido, el lenguaje, los papeles sociales y las normas. El ello es creativo, expresivo y emocional, y el superyó es “ciudadano”.

Crítica a la Filosofía

La herramienta de Nietzsche para explicar la filosofía es la genealogía del lenguaje. El método genealógico es la búsqueda de los orígenes. En este método se utiliza la filosofía como historia de un olvido. El punto de partida de Nietzsche es la realidad, que es la vida, lo diverso, lo material, lo cambiante, lo múltiple, lo sensible, etc. Nietzsche dice que es imposible conocer la realidad tal cual, y como no se puede conocer tal cual, solo tenemos perspectivas subjetivas. El conocimiento parte de la sensación. A continuación, pasamos a explicar los olvidos:

  1. Primer olvido: el paso de la sensación a la imagen. Hay tres pasos cuando nos dicen un objeto, por ejemplo, cuando nos hablan de una “hoja”; primero pensamos en todas las hojas materiales, la realidad; luego la sensación, la visión de las hojas; por último, la imagen, la recreación mental.
  2. Segundo olvido: es la reducción de imágenes a palabras. Surge la aparición del lenguaje, el primer olvido se reduce frente a esto y aparece el pacto gregario, que quien acepta el lenguaje es de los buenos. De este olvido aparece la moral.
  3. Tercer olvido: el paso de la palabra al concepto de la filosofía. A los conceptos, Nietzsche los llama momias, porque están muertos. Pasa de la vida, que es el primer olvido, al tercer olvido, la muerte. Los conceptos son todo lo universal, donde no pasa el tiempo, es eterno.

Dentro de la crítica a la filosofía, aparece la genealogía de la moral, es la verdad como convenio pragmático, utilidad, arma. El pacto gregario pertenece a esta genealogía. El origen del concepto del bien es sumarse al pacto gregario. El bueno es quien dice la verdad, se divide el bien común, la solidaridad, la universalidad, el intelectualismo moral y, sobre todo, la moral de esclavos. Y la mentira está asociada al mal, ser individualista, creativo e insumiso y la moral de los señores. Por último, voy a nombrar unas de las virtudes de las morales. Por ejemplo, la humildad y para Nietzsche significa miedo; la paciencia, según dice, eso es cobardía; la lealtad, mejor someterse que reaccionar; la comprensión, la incapacidad para afirmarse frente a otro.

El Superhombre

Para concluir, hablaremos del superhombre. El tránsito hacia el superhombre; la proclama de la muerte de Dios no suponía ya ninguna novedad. Ahora, en vez de Dios, el tema es el mono. El mérito de nuestro autor, lo que le hace original, es el vincular la erosión social de la fe y del proceso de nihilismo al concepto de superhombre y elaborar una alternativa al fracaso, ya asumido, de la cultura occidental. Una vez matado a Dios, hay una nueva valoración sobre la vida. Ahora podemos convertirnos nosotros mismos en dioses y construir mundos a nuestra imagen y semejanza. Pero para esta labor no es adecuado el león, el cual anuncia la muerte de Dios, sino el niño. El superhombre es aquella persona que posee la capacidad de crear su propio sistema de valores, en el cual se identifica como bueno todo aquello que procede de su auténtica voluntad de poder. El niño es el último paso de la metamorfosis. Representa el ser libre que no lucha, sino que disfruta de su propia existencia. Su modo de vida es una existencia lúdica, entregada al azar y al destino: ni se arrepiente de nada ni espera nada del futuro. La metáfora del niño nos lleva al superhombre, aunque más que superhombre es el superhumano el que va más allá de lo que hasta ahora los occidentales han llamado humano. El superhombre más que una realidad es un proyecto posible. La voluntad de poder significa voluntad de dominio, pasión, emoción, etc. Es la exaltación de la fuerza y de la agresividad. El superhombre es el que debe fundar una sociedad de nobles y tiranos dominadores.

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