El Nominalismo de Guillermo de Ockham
El siglo XIV en Europa corresponde a un periodo de gran crisis. Por un lado, se produce una ruptura progresiva entre el Imperio (poder político) y la Iglesia (poder religioso). La coexistencia de tres papas al mismo tiempo provoca el descontento de la sociedad y de la propia Iglesia, derivando en el llamado Cisma de Occidente, que supone la importante pérdida del poder de esta institución. Por otro lado, Europa sufre las consecuencias de guerras (Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra), malas cosechas, hambre, revoluciones sociales desencadenantes de la crisis europea.
En cuanto al pensamiento, en el siglo anterior, los dominicos, reunidos en la Universidad de París, habían impuesto un pensamiento aristotélico que Tomás de Aquino aprovechó para cristianizar y unir la fe y la razón. Sin embargo, los franciscanos, desde la Universidad de Oxford, se concentraron en teorías más agustinianas, donde la fe era superior a la razón. Esta concepción permitió en el siglo XIV la separación de fe y razón, lo que favoreció el desarrollo de esta última, que fue determinante para la evolución científica.
En este contexto surge Guillermo de Ockham, quien dará comienzo a la filosofía moderna. Aristóteles y Platón creían en la existencia de los universales, ya fuera en forma de esencias o ideas, pero Ockham provocará un cambio radical al negar dicha existencia. Ockham, quién era un fraile franciscano, divide su propuesta filosófica en dos grandes ideas:
- La libertad absoluta de Dios.
- La delimitación entre el mundo de la fe y el mundo de la razón.
Para Ockham la fe está por encima de la razón, afirmando entonces que Dios es demasiado grande como para ser comprendido por la razón. Ockham establece que todo lo que existe es así porque Dios ha querido, dándole una libertad absoluta (si la libertad de Dios es absoluta no es necesario buscar en el mundo razones necesarias de tipo metafísico). En consecuencia, todas las preguntas metafísicas son innecesarias, por lo que se destruye la teoría geocéntrica (no se puede afirmar que la Tierra ocupa necesariamente el centro del universo porque ese es su lugar natural) que predomina en esa época.
Ockham defiende la experiencia como método de conocimiento, ya que solo de esta forma podremos conocer cómo es, lo que de hecho, es. La metafísica no es útil, ya que es imposible afirmar algo que, si Dios hubiera querido, podría haber sido de muchas otras formas. La navaja de Ockham, que afirma que si existen varias explicaciones para un hecho debemos elegir la más simple, rechazando entonces el método aristotélico tomista de la metafísica.
Para Ockham solo hay individuos, el nivel básico de existencia, en concordancia con el método de la navaja. Tras haber negado la existencia de los universales, es necesario explicar cómo podemos denominar el conjunto de algo, para ello, Ockham postula el nominalismo (lo individual), en el cual los universales son signos. El signo lo crea nuestra mente al asociar un conjunto de individuos que se parecen, y no va más allá de nuestra propia creación. La mente trabaja con signos y no con cosas ni esencias universales.
Para Ockham el conocimiento no es nunca conocimiento directo del mundo, sino conocimientos de los contenidos mentales.
Tres ideas fundamentales de Ockham:
- Libertad de Dios, que hace inútil preguntarse por el sentido del mundo.
- La inducción sensible, en contra de la iluminación agustiniana y que afirma que el conocimiento surge del conocimiento empírico del mundo.
- La negación de los universales, que nos impide ir más allá de la experiencia.
Todas estas cuestiones influyen en la ética y la política de Ockham. En cuanto a lo primero, Ockham demuestra el voluntarismo: lo bueno lo es porque Dios lo ha querido. La bondad consiste en obedecer la voluntad de Dios, que conocemos mediante la revelación. En cuanto a la política, Ockham apoya la separación entre el Estado y la Iglesia, pero no se enseñará a favor de ninguna, sino que defiende al individualismo y la experiencia personal.
Epistemología de Descartes
La epistemología reflexiona sobre el modo de conocimiento, es decir, sobre cómo los seres humanos podemos llegar a la verdad. Los primeros en desarrollar esta filosofía fueron Heráclito y Parménides, que estudiaron la diferencia entre apariencia y realidad. Posteriormente, Platón se convertirá en el primer filósofo en postular una teoría completa sobre el conocimiento, donde introdujo el símil de la línea (clasificación de conocimientos), y la idea de que conocer es recordar (innatismo). Mientras que Platón sostenía una postura idealista, su discípulo Aristóteles inaugura el empirismo, oponiéndose al innatismo y destacando la experiencia como forma de conocimiento. Sin embargo, Descartes hará que la epistemología vuelva al innatismo de Platón.
Dos corrientes epistemológicas:
- El empirismo, que se basa en las sensaciones.
- El racionalismo, que se guía por la razón.
¿Qué hace Descartes? Descartes comienza su teoría filosófica:
A) Haciendo una crítica a la diversidad de métodos que defendía el aristotelismo.
B) Descartes insiste en que el método debe ser único, y que parte de la razón. Por lo tanto, Descartes deberá buscar ese método único.
C) Para desarrollar el método, Descartes se basa en las matemáticas, las cuales utiliza para obtener unos principios absolutamente evidentes.
D) Teniendo esto en cuenta, Descartes postula cuatro reglas para su método:
- La evidencia.
- El análisis.
- La síntesis.
- La revisión.
El análisis consiste en dividir los problemas en las partes más simples, elementos cuya verdad sea evidente para la razón. La síntesis consiste en ascender desde lo simple hasta lo complejo. La revisión consiste en repasar todas las reglas de forma que no haya ningún error y garantizar la evidencia. El resultado de aplicar correctamente las cuatro reglas es la certeza. Todas estas reglas se encuentran en «El discurso del método», donde son tratadas por Descartes. Pero como hemos dicho antes, la evidencia da lugar a la duda metódica. Descartes se ve obligado a dudar de los sentidos e incluso de las matemáticas, y argumenta que el genio maligno puede hacer que nos equivoquemos y que por tanto, sentidos y matemáticas nos fallen. Sin embargo, Descartes llega a la conclusión de que hay algo de lo que no puede dudar, el cogito ergo sum (pienso, luego existo), ya que la propia existencia, el yo, es inequívoco. El cogito se convierte entonces en la primera verdad conocida y modelo de todas las verdades que pretenda alcanzar la razón. Sus características serán la claridad y la distinción, que determinarán su certeza. Sin embargo, que el “yo” piense no quiere decir que lo que piense sea verdad, y exista fuera de mí. Para ello, Descartes fórmula el principio racionalista: el yo pensante, a través de Dios, llega al mundo.
Tres tipos de ideas según Descartes:
- Las ideas adventicias, que surgen por la influencia del mundo exterior en nuestros sentidos. (Una casa)
- Las ideas facticias, que se crean en nuestra mente a partir de las ideas exteriores. (Un unicornio)
- Las ideas innatas, que son aquellas que están en nuestra mente antes que ninguna otra idea. (Las matemáticas)
Metafísica u Ontología: Análisis del Cogito y Demostración de la Existencia de Dios
La metafísica es la rama de la filosofía que se pregunta por lo que va más allá de lo físico y experimentable. Podemos considerar a Heráclito y Parménides como los padres de la metafísica, pero el primer filósofo en desarrollar la metafísica completa fue Platón en la teoría de las ideas donde defiende la existencia de dos mundos. Posteriormente, Aristóteles tratará de dar una explicación a este contexto platónico, y afirma que solo existe un mundo donde hay muchos modos de ser (ontología). Sin embargo, Descartes dará un cambio radical al iniciar el paso del objeto al sujeto.
Tres tipos de sustancias según Descartes:
- La sustancia pensante, que es el “yo”.
- La sustancia extensa, que es aquella que ocupa un espacio.
- La sustancia infinita, que es Dios.
A partir de la sentencia de Descartes «pienso, luego existo» se crean dos grandes sistemas metafísicos de los siglos XVII y XVIII, entre los que destacan Leibniz y Spinoza. Además, Hume criticará al racionalismo cartesiano: desarrollará un empirismo aristotélico. Todo culminará con Marx, dónde empieza el pensamiento no metafísico del mundo.