Opinión Pública, Medios de Comunicación y Ciudadanía: Un Análisis Filosófico

Opinión Pública: Definición y Características

Para comprender qué es la opinión pública, debemos analizar los dos términos que componen esta expresión:

Opinión

En filosofía, se distingue entre la certeza con la que se abraza la verdad y la sensación cambiante con la que se alberga una opinión. La opinión es lo que se piensa o se cree, una mezcla de conocimiento, simpatía o antipatía, y otras emociones, sobre la que no hay evidencias concluyentes. No existen opiniones ni privadas ni públicas.

Pública

Significa general y, de modo indirecto, mayoritaria. Si no se especifica más que»opinión públic», se suele entender la mayoritaria, no necesariamente la que realmente lo es, sino la que se presenta como tal.

Opinión Pública Real y Mediatizada

Es posible distinguir entre opinión pública real y mediatizada. La primera corresponde a lo que la gente, en su mayoría, piensa realmente, algo muy difícil de comprobar sin una encuesta de opinión de amplia extensión. La segunda es la que se presenta como dominante en los medios de información y comunicación. En principio, debería ser el reflejo de la real, pero los medios, al intentar recoger la opinión pública, en realidad la crean.

Para muchas personas, la opinión equivale a convicción, a verdad, aunque sea algo cambiante. Se puede cambiar de opinión, pero mientras se mantiene una, esa es la que mueve a la acción, a una muy concreta y cargada de poder: el voto.

Opinión Pública, Libertad de Información y de Expresión

El término comunicación alude, en su misma raíz, a comunidad. Los medios de comunicación cumplen la doble tarea de:

  • Informar de forma veraz sobre los hechos y situaciones.
  • Mostrar el pluralismo de opiniones.

El pluralismo de opiniones es consecuencia de la libertad de expresión, es decir, del derecho de cada persona a expresarse sin coacciones y de la forma que quiera, siempre que respete los derechos y libertades de los demás.

En los regímenes no democráticos, la libertad de expresión está ausente, y el Estado controla de diversas formas los medios de comunicación, interviniendo en el nombramiento de sus directores e instaurando la censura previa. En los regímenes democráticos, aunque puedan existir medios de propiedad estatal, se defiende, en principio, un ámbito plural de libertad de expresión.

Comunicación y Publicidad

Los medios de comunicación son hoy el principal vehículo para el desarrollo de una antigua actividad, imprescindible en la mayoría de las economías: la publicidad. Esta actividad se ha potenciado a partir de la Revolución Industrial.

La publicidad es esencialmente información. Se pretende que el público se entere de la existencia de un producto o servicio.

Génesis Histórica de la Ciudadanía

Ciudadanía remite a ciudad, de modo semejante a como política remite a polis (ciudad en griego). La ciudadanía, en un sentido semejante al actual, se remonta a la cultura griega, que tuvo algunos periodos democráticos.

En Roma también se forja un concepto de ciudadanía, sobre todo a partir de la República. Ser ciudadano en Roma era gozar de todos los derechos legítimamente establecidos y estar obligado a las prestaciones igualmente legales. Tanto en Grecia como en Roma, la ciudadanía no era reconocida a los esclavos ni, en Grecia, a las mujeres.

A lo máximo que se llega en el siglo XVIII es al llamado despotismo ilustrado: gobernar para el pueblo, pero sin el pueblo.

Las primeras revoluciones ciudadanas tienen lugar en el siglo XVIII. La democracia que instauran es aún limitada: solo pueden votar, al principio, los hombres de determinadas rentas. Después se aprueba el sufragio universal, pero solo masculino. El sufragio universal real llega en el siglo XX.

El Ser Humano: Ser de Necesidades

El ser humano, desde el principio hasta hoy, es un ser de necesidades. Necesita de cuidados constantes y esmerados desde su nacimiento hasta, al menos, los 7 años. No basta la naturaleza, es precisa la cultura.

Incluso con el uso de la razón, una vida autónoma le es imposible a la persona humana hasta, al menos, los trece o catorce años. Para desarrollarse necesita integrarse en una primera realidad cultural, en una sociedad ya constituida: la familia.

Es la familia la que da origen al parentesco. Muchos pueblos primitivos han vivido siglos con el sistema de parentesco: la familia nuclear se ampliaba en la familia extensa.

La familia necesita, a su vez, de la sociedad para poder procurarse todo lo necesario. Aristóteles se refirió al ser humano como animal político, siendo la polis (la ciudad, la sociedad política de aquel tiempo) lo que daba sentido a la vida humana. Hoy se traduciría como animal social. Para no necesitar de sus semejantes, el ser humano tendría que ser una bestia o un dios.

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