Del Mito al Logos: El Nacimiento de la Filosofía
A partir del siglo VII a.C. tuvo lugar una profunda transformación en la sociedad griega. El comercio trajo consigo la aparición de la moneda, los viajes y el contacto con otras culturas. La ciudad griega (pólis), la democracia y la ley (nomos) son algunos de los factores de este cambio de pensamiento, de pasar del mito al logos, a lo racional.
La filosofía griega surge cuando se intenta explicar la realidad (la naturaleza, el hombre y la sociedad) abandonando el mito (que explicaba los fenómenos por la acción de los dioses) y sustituyéndolo por el lógos (razón, explicación racional).
La Physis y el Arjé
Los primeros filósofos griegos comenzaron preguntándose acerca del origen y la constitución del cosmos. Trataron de determinar el arjé (principio, origen) del que todo procede y del que todo se compone. Cuando la filosofía griega arcaica se pregunta por el arjé, ya no se encuentra con dioses, sino con la physis (naturaleza).
Los Jónicos
- Tales de Mileto (matemático, astrónomo, político) propuso que el arjé es el agua, principio vital del que todo nace. «La Tierra misma procede del agua y se mantiene flotando en ella». El agua está dotada de vida, porque se encuentra con nosotros desde que nacemos hasta que morimos.
- Anaximandro (cartógrafo, creador del primer mapamundi, astrónomo) dijo que el arjé es «lo ilimitado» (indefinido, indeterminado: ápeiron). Esto permite explicar el origen de todas las cosas mucho mejor que a partir de un elemento determinado (como el agua). Lo que limita, lo que define, lo que determina, no puede tener límite ni determinación. El ápeiron es «inmortal e indestructible», «eterno y sin envejecimiento».
- Anaxímenes, discípulo de Anaximandro, mantiene igualmente que el arjé ha de ser «sin figura», «invisible», pero no algo indeterminado, sino algo determinado: el arjé es el aire. El proceso mediante el cual todo procede a partir del aire sería un doble proceso de enrarecimiento y condensación. Principio vital de la vida.
Heráclito de Éfeso
Apodado «el oscuro», propuso que el fuego es el arjé: «todo procede del fuego y todo regresa al fuego, el cosmos consiste en fuego». El principio del fuego refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La contradicción está en el origen de todas las cosas. Para Heráclito, todo se encuentra en perpetuo movimiento. Según Heráclito, todo fluye, todo cambia, nada permanece. “No podemos bañarnos dos veces en el mismo río”, dice en uno de los fragmentos que han llegado hasta nosotros. (Ni el río ni nosotros seríamos los mismos).
Parménides de Elea
La vía de la verdad consiste en afirmar que el Ser es y es pensable, mientras que el no-Ser ni es ni es pensable (no podemos decir que no existe el no ser). El Ser es uno, continuo e indivisible. De este modo, en la vía de la verdad, Parménides niega el cambio, el movimiento, el vacío, el tiempo, la pluralidad.
Los Pluralistas (Siglo V)
- Empédocles de Agrigento: Su doctrina parte de la Esfera primordial eterna e inmóvil, pero, a diferencia del Ser de Parménides, en su interior se encuentran las cuatro raíces de todo, los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra. Cada uno de los principios es eterno, no hay nacimiento ni final, sólo mezcla.
- Anaxágoras sostiene que todo está en todo, todo participa de todo: nada empieza a ser si antes no era en modo alguno. Todo es divisible infinitamente, luego las cualidades que definen todas las cosas y las distinguen están ya presentes en esa mezcla infinita. Jamás estas cualidades se dan puras, solamente «semillas» (spérmata). La pluralidad y los cambios se explican por la mezcla o disgregación de semillas. Anaxágoras apela a un principio o fuerza, el noûs o intelecto, que tiene función ordenadora y dinamizadora: «Todas las cosas estaban juntas; después llegó el intelecto y las ordenó cósmicamente».
- Demócrito de Abdera: Todo se compone de indivisibles, átomos, que se diferencian entre sí por su «figura» (con su forma y tamaño determinado), por el orden y por la posición. Su número es ilimitado y no nacen ni perecen ni cambian en sí mismos.
Sócrates
De Sócrates no se guarda ningún escrito.
- El método filosófico socrático: ironía y mayéutica.
- El método de Sócrates, según se pone de manifiesto en los primeros diálogos platónicos, se basaba en el diálogo.
- El método de la conversación de Sócrates tenía dos momentos: la ironía y la mayéutica (mayéutica significa el arte de la comadrona, de ayudar a dar a luz en el sentido de sacar la verdad). Con la ironía se opone a la opinión infundada que cree poseer la verdad. Su método consistía en hacer preguntas a la gente que se creía muy sabia, y Sócrates utilizaba la ironía para que el interlocutor dudara de la verdad y que este tuviera que reconocer su ignorancia.
- El segundo momento del método es la mayéutica, es decir, el arte de ayudar a dar a luz la verdad. Consiste en conducir la conversación de modo que pueda aflorar la verdad del interior de cada uno, donde estaba latente. Se trata de buscar la definición (la esencia) de lo que se está considerando. Este procedimiento del diálogo socrático consiste en buscar la definición por medio del razonamiento inductivo.
- El razonamiento inductivo y la definición son, según Aristóteles, las aportaciones de Sócrates a la filosofía.
- Defendió la existencia de valores absolutos, rechazando así la relatividad, y adoptó una actitud crítica que consistía en buscar la manera de llegar al saber cierto y la verdad (apoyaba la existencia de verdades absolutas e igualitarias para todos).
- No apoyaba el relativismo (diferentes verdades para diferentes seres).