Origen de la Humanidad: Evolución y Dualismo Mente-Cuerpo

El Origen de la Humanidad

Primeras Teorías Evolucionistas

Lamarck

La evolución se explica de forma racional y científica por las variaciones producidas en los organismos debido a la influencia del ambiente, por el uso o desuso de los órganos. Las variaciones se transmiten a los descendientes y, con el tiempo, pueden dar origen a otras especies.

Darwin

La explicación de la evolución biológica reside en la selección natural. Las poblaciones aumentan más que el alimento disponible y se produce una lucha por la existencia, tanto entre individuos de la misma especie como entre especies del mismo género. Sólo sobreviven los aptos. Por lo que el origen de las especies que ahora conocemos se encuentra en la suma de pequeñas variaciones ventajosas a lo largo del tiempo. Pensaba que la selección natural no perseguía ningún objetivo.

Los individuos de las diferentes especies están continuamente amenazados de muerte y, por ello, las pequeñas ventajas en los genes pueden ser decisivas para poder llegar a ser adulto y reproducirse.

Tanto la posición de Lamarck como la de Darwin dejaban sin explicar por qué determinadas variaciones de los seres vivos son hereditarias. La razón de esta deficiencia hay que situarla en la imposibilidad científica de distinguir en esa época las modificaciones, o variaciones provocadas por cambios medioambientales, de las mutaciones, que se producen en los genes de los organismos y se transmiten por herencia. Para poder llegar a esta distinción, fueron necesarios descubrimientos sobre la herencia biológica (Gregor Mendel) y sobre los genes (Hugo de Vries).

El Problema «Cuerpo-Alma» o «Mente-Cerebro»

Si existe o no en el hombre una realidad distinta del cuerpo, un «alma», y si se afirma su existencia, cuál es su relación con «el cuerpo».

El hombre realiza acciones de muy diversos tipos, algunas en común con otros seres. Pero el pensamiento y la autoconciencia son cualidades suyas. Y así, surge el problema «mente-cuerpo».

Por otro lado, al ser humano siempre le ha preocupado lo que ocurre después de la muerte, aunque la cultura actual ha desechado diversos tipos de cuestiones reduciéndolas al silencio de cada individuo, aunque es cierto que el ser humano es consciente de su finitud temporal y siempre se hace preguntas al respecto.

Principales Posiciones

Dos grandes líneas teóricas: Monismos (de corte materialista) y dualismos (de corte espiritualista o idealista).

  • Los dualismos conciben al ser humano como un compuesto de sustancias cualitativamente distintas, «cuerpo» y «alma» o «cuerpo» y «espíritu».
  • Los monismos: el hombre es una única realidad de carácter material y se refieren al problema utilizando la expresión «mente» y «cerebro» o «mente» y «cuerpo».

Los Dualismos

Características

«Cerebro» y «mente» o «cuerpo» y «alma» son sustancias diferentes e independientes que producen fenómenos distintos, una de ellas fenómenos biológicos y la otra mentales, y tienen entre sí interacción y correlación. En lo que difieren los dualismos es a la hora de establecer relaciones entre dos sustancias distintas, con diferencias desde la independencia total de cada una de ellas a la afirmación de su interacción continua.

El Dualismo de Platón

Su filosofía va a ser un intento de justificar que la verdad existe.

¿Qué es lo que caracteriza a los conocimientos verdaderos, a los conocimientos científicos? Que son universales, necesarios e inmutables. Platón piensa que los objetos del mundo en el que vivimos son particulares, contingentes y cambiantes, y afirma que además de este mundo existe otro donde las realidades son universales, necesarias e inmutables: el «mundo de las ideas«.

Si el hombre vive en el «mundo sensible«, ¿cómo conoce el mundo de las ideas? Antes de vivir en el mundo sensible, las «almas» han vivido en el mundo donde existen las realidades universales, por ese motivo al vivir en el mundo sensible unidas a los cuerpos, y ver las cosas de este mundo que son copias de las ideas, pueden recordar las realidades que antes habían conocido y habían olvidado al unirse a los cuerpos en el momento de nacer.

En esto consiste el conocimiento intelectual, en el recuerdo, reminiscencia.

Para Platón el hombre es un alma espiritual y eterna, encarcelada en un cuerpo. El auténtico yo del hombre es el alma y su destino la sabiduría.

Mantiene la concepción dualista del ser humano en el que el alma puede vivir separada del cuerpo. La relación entre cuerpo y alma es solo accidental.

Platón utiliza varios argumentos para demostrar la inmortalidad del alma, como el de la simplicidad. Solo se pueden disolver aquellas cosas que por naturaleza son compuestas, ya que lo simple no se puede disgregar, siempre se encuentra en el mismo estado. Y simple es el alma humana, eterna, mientras que el cuerpo compuesto se descompone y desaparece con la muerte.

El Dualismo de Descartes

Intenta construir una filosofía en la que no quepa error, tomando como modelo las matemáticas, propone partir de enunciados evidentes y razonar con una lógica total.

Sólo encuentra un enunciado que sea evidente: yo existo pensando.

El «yo» del que parte Descartes es inmaterial, hasta el punto que necesita demostrar que el hombre, además de ser un «yo», necesita un «cuerpo». Establece una distancia insalvable entre el «yo» pensamiento y el «yo» cuerpo.

Y tiene la visión del cuerpo como una máquina.

Para el dualismo antropológico cartesiano, el cerebro es la base biológica, neurológica, en la que se asientan las funciones mentales.

El Dualismo en la Filosofía Contemporánea

En el siglo XX, Eccles mantiene la dualidad mente-cerebro y se puede calificar de interaccionista, afirma que existe un tipo de interacción ascendente (del cerebro a la mente) y descendente (de la mente al cerebro).

El motivo fundamental que le lleva a mantener esta posición hay que situarlo en la existencia de fenómenos mentales, que el cerebro por sí solo no puede explicar. Como por ejemplo, el carácter unitario de la experiencia humana y la voluntariedad de la acción humana.

Los Monismos

El Monismo Materialista

Siglo VI a.C. Leucipo y Demócrito crearon el atomismo: el ser humano y demás realidades son un agregado de átomos de carácter material. Todo está compuesto de partículas materiales indivisibles y mediante choques y movimientos iban acoplándose dando lugar a diversos seres de la Naturaleza.

El alma humana también es un agregado de átomos de carácter material, aunque más sutiles. No aceptan un alma inmaterial e inmortal. Al morir el individuo, los átomos del alma y cuerpo se dispersaban en la naturaleza y desaparecen.

Carlos Marx, siglo XIX, desarrolló su pensamiento materialista dialéctico, haciendo mención a los atomistas griegos.

Coinciden en explicar los procesos mentales recurriendo sólo al cerebro y entienden de forma distinta la naturaleza, las propiedades y el funcionamiento de la base material que produce el pensamiento.

El Monismo Reduccionista

El ser humano es un conjunto de células del mismo nivel de la realidad que el resto de células de otros seres vivos, y los procesos mentales se pueden explicar desde la física y la química.

Reduce todos los niveles de realidad al nivel físico y las explicaciones de la conducta humana a una serie de procesos físicos y químicos.

El cerebro humano funciona como una máquina, incluso las funciones intelectuales, emocionales y sensitivas.

Todo lo que el ser humano hace se reduce a un sistema de información bioquímica explicable por medio de procesos físicos y químicos.

El Monismo Emergentista

Todos los estados o procesos mentales son del sistema nervioso central o de una de sus partes.

No considera que el cerebro sea como una máquina, sostiene que es un «biosistema» basado en el sistema nervioso central y no se puede reducir a las células que lo componen ni a sus propiedades físicas.

Sólo existe una realidad, la materia. Ésta posee tres niveles: físico-químico, biológico y psíquico. El psíquico se puede reducir al biológico y éste al físico-químico, siempre que se mantenga la existencia de nuevas propiedades que «emergen» con la aparición de cada nivel de realidad.

No existe un alma inmaterial diferente del cerebro humano, todos los actos mentales emergen del cerebro.

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