Orígenes del Pensamiento Filosófico en Grecia

Panorámica Antigua: Los orígenes del pensamiento filosófico se remontan a la Grecia arcaica (s. VI a. C.). El surgimiento de la filosofía estuvo íntimamente relacionado con la situación de la época, en la que el contacto con otras civilizaciones y la existencia de una conciencia ciudadana impulsaron y fomentaron el pensamiento racional.

El paso del mito al logos es la aparición del pensamiento filosófico, en un momento histórico en el que se sustituye una concepción mitológica de la realidad por otra de tipo racional en la que se reflexiona sobre la naturaleza. El problema del cambio es la cuestión que se plantean los primeros filósofos presocráticos, llamados “físicos” puesto que investigan la naturaleza y sus características (physis es “naturaleza” en griego). Para ello, buscan un principio fijo e inmutable (arjé) desde el que enfrentarse al cambio que se produce constantemente en la naturaleza y desde el que poder comprenderla.

Tales de Mileto (escuela de Mileto) defendía que el agua era el arjé debido a que todos los seres vivos la necesitan para vivir, y Anaxímenes opinaba que lo era el aire, relacionado con el alma o “aliento vital”. A partir de este arjé, el aire. Parménides niega la realidad del cambio, exponiendo dos vías de conocimiento: la vía de la opinión (doxa), y la de la razón. Le da una especial importancia al ser, del que dice que es uno, inmutable y todo, inmóvil y eterno, y lo relaciona con el problema del cambio: “lo que es, es, y no puede no ser, y lo que no es, no es (y no puede ser)”. Heráclito, en clara oposición con él, afirma que todo es devenir, y sostiene que el arjé es el fuego. Hay que mencionar que hubo otras posturas como la de los pluralistas, que defendieron que el arjé se correspondía con varios elementos, y no con uno solo.

Frente a los sofistas, Sócrates defiende la búsqueda de la verdad en el conocimiento y el intelectualismo moral. Argumentaba que el conocimiento parte del interior de cada uno, y que mediante la ironía y la mayéutica se llegaría la verdad.

Platón fue discípulo de Sócrates. El eje central de toda su filosofía fue la búsqueda del mejor sistema político, debido a su desencanto ante los regímenes conocidos. Siguió con la idea socrática de reformar la polis para alcanzar un Estado ideal, y para ello meditó sobre cómo debería ser la vida en ella, reflexionando sobre la esencia de la virtud (areté), el bien y la justicia. Buscó principios sólidos e inmutables que le permitieran saber cómo era la realidad por debajo del cambio que sufría, al igual que hicieron los presocráticos. Su solución, la teoría de las ideas, consistió en dividir la realidad en dos ámbitos distintos: el mundo de las ideas (eidos), que son las auténticas realidades, y el mundo sensible, el de las cosas particulares que participan de las ideas del mundo inteligible. Ese dualismo también estuvo presente en su antropología (dualismo alma-cuerpo) y en su teoría del conocimiento (doxa, opinión, y episteme, ciencia). Sostiene que el Estado ideal será aquel en el que los gobernantes hayan accedido al auténtico conocimiento, a la episteme.

Aristóteles, sin embargo, rechazó la idea platónica de que las ideas existen de forma separada a las cosas, puesto que para él las esencias de las cosas tenían que estar en las cosas mismas. Mediante el concepto de sustancia desarrolló en su teoría hilemórfica, una visión de la realidad en la que las cosas son un compuesto indivisible de materia y forma, en la que la esencia (forma inteligible) está presente en la cosa. El problema del cambio lo resuelve distinguiendo entre varios modos de ser (en acto y en potencia) y entre los conceptos de sustancia y accidente. Su teoría del conocimiento y su antropología se alejan de Platón (rechaza la idea del alma inmortal) y aunque su ética coincide en parte con la de Sócrates y Platón (teoría intelectualista en la que la felicidad se alcanza por medio de la vía contemplativa) en ella se le da importancia a los hábitos y a la voluntad en la práctica de las virtudes morales. En política, defendió la búsqueda de un Estado ideal, pero discrepó diciendo que éste debe ser el que mejor se adapte a una determinada cultura.

Tomás de Aquino: Con Santo Tomás encontramos la figura más importante de la escolástica en el Siglo XIII. Desde la Universidad de París, este pensador se caracteriza por la introducción en el orbe cristiano de textos clásicos hasta entonces desconocidos. Santo Tomás estudia el saber aristotélico (preservado durante la primera Edad Media en estudios árabes y judíos) y lo integra en la visión del hombre y del cosmos de su tiempo, lo que le llevará a otorgar un papel a la razón hasta entonces desconocido en un mundo regido por la fe.

Este pensador mantiene que la filosofía y la teología son dos ciencias distintas con objetos, métodos y criterios diferentes, y que cada una en su propio campo es autónoma y autosuficiente. Para Santo Tomás la filosofía, al igual que la teología, por sí sola, puede llegar a la verdad en los temas de que se ocupan. El filósofo, aceptando exclusivamente lo que puede demostrar mediante la razón; el teólogo, basándose en la autoridad de Dios, en la revelación y argumentando a partir de ella.

Sin embargo, una vez realizada esta delimitación de dominios, Tomás de Aquino trata de concordar la razón y la fe. Afirma que, cuando el objeto de la filosofía y el de la teología coinciden, es decir, cuando se ocupan de los mismos temas, cosa que ocurre con frecuencia, necesariamente tiene que existir armonía entre lo que descubre el filósofo y lo que afirma el teólogo. Santo Tomás se opone a la teoría de la doble verdad atribuida a Averroes, por la cual existe una verdad para la razón, y otra para la fe. La distinción y, al mismo tiempo, la necesaria armonía que existe, según Santo Tomás, entre la razón y la fe permiten establecer entre ambas unas relaciones de complementación, de ayuda mutua.

Por muy distintas que parezcan las cinco vías todas ellas están unidas por partir de un hecho de la experiencia que no se puede explicar por sí mismo. Y, como a la hora de buscar un ser que explique la existencia de la realidad no es posible ir hacia atrás en una cadena sin límites, es necesario que exista Dios como causa de todas las cosas que no se explican por sí mismas.

Además de conocer la existencia de Dios mediante la razón, es también posible obtener más conocimiento sobre este tema, pero siempre de un modo oscuro e imperfecto, puesto que Dios es infinito y la inteligencia humana, finita. De este modo Dios es infinito, es inmutable, eterno, y posee todas las perfecciones. Así, Santo Tomás hablará de un conocimiento de Dios analógico.

TEST: FORMA, PLATÓN, SABIDURÍA, VERDADERO, NAVAJA, ANTIGUA.

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