Ortega y Gasset: El Raciovitalismo y la Perspectiva en la Filosofía Española

Contexto Histórico (1883-1955): España, entre 1883 y 1955, atravesó un período de profundos conflictos. A nivel político, la pérdida de las últimas colonias en 1898 marcó un punto de inflexión. Durante el reinado de Alfonso XIII, liberales y conservadores se alternaron en el poder hasta que, en 1923, Primo de Rivera impuso una dictadura que culminó con la proclamación de la Segunda República en 1931. La Guerra Civil, iniciada en 1936, desembocó en la dictadura de Franco. La sociedad española se dividía principalmente en clase media, obrera y aristocracia. España se encontraba rezagada en comparación con otros países europeos debido al peso de la economía agrícola. En el ámbito cultural, este período se conoce como la «Edad de Plata», con la emergencia de importantes generaciones de intelectuales como los krausistas, la Generación del 98, la del 14 y la del 27, preocupadas por el atraso del país. Se desarrollaron movimientos artísticos como el vanguardismo y el surrealismo, junto con avances técnicos como el automóvil y la radio. Asimismo, se experimentó un auge en las nuevas ciencias y teorías físicas.

El Pensamiento de Ortega y Gasset

En el ámbito filosófico, Ortega y Gasset intentó remediar la crisis de la razón, sustituyendo lo que él denominaba «razón pura» por la «razón vital». El neokantismo le sirvió como herramienta para criticar tanto el idealismo como el realismo. Del vitalismo de Nietzsche, Ortega y Gasset tomó la importancia de la vida y la incapacidad del lenguaje para aprehenderla completamente. También recibió influencias del historicismo, la fenomenología y el existencialismo.

Etapas del Pensamiento Orteguiano

Para Ortega y Gasset, la filosofía es algo vital y necesario, cuyo objetivo es el conocimiento del universo a través del «asedio filosófico». En su trayectoria intelectual, se distinguen tres etapas principales:

  1. Objetivismo (1902-1914): Período de formación, en el que Ortega y Gasset entra en contacto con la filosofía y la ciencia alemana, extendiendo el objetivismo como un medio para vincular a España con el progreso europeo.
  2. Circunstancialismo y Perspectivismo (Posterior a 1914): El circunstancialismo, para Ortega, representa la realidad que supera tanto al realismo como al idealismo. Mientras que para el idealismo la realidad es una construcción del sujeto, y para el realismo son las cosas físicas, para Ortega la realidad no es ni una construcción subjetiva ni algo independiente del sujeto. Ortega denomina «circunstancias minúsculas» a las cercanas y «circunstancias mayúsculas» a las lejanas. El perspectivismo es su teoría del conocimiento, que propone la necesidad de complementar la realidad desde nuestra propia perspectiva para evitar caer en el relativismo. Las múltiples perspectivas, según Ortega, permiten una mayor objetividad sobre la realidad. El perspectivismo supera el escepticismo y se nutre del racionalismo, utilizando la idea de que la realidad es múltiple y que los distintos puntos de vista deben ser unificados desde un principio rector. Ejemplos de perspectivismo son la teoría de la relatividad de Einstein, el reconocimiento de otros puntos de vista que lleva a la tolerancia en el ámbito moral, y la multiculturalidad.
  3. Raciovitalismo: Es un desarrollo del perspectivismo que reflexiona sobre la vida como realidad y se sitúa en la razón para comprenderla.
El Raciovitalismo

El raciovitalismo intenta superar tanto el absolutismo como el irracionalismo del vitalismo. Ortega no acepta el vitalismo entendido como la teoría que explica el conocimiento por las mismas leyes que rigen los procesos biológicos, ni la teoría que considera la intuición como el conocimiento superior. Ortega sitúa la vida en el centro de la reflexión. Por otro lado, critica el absolutismo del racionalismo, que concede a la razón una capacidad ilimitada, a pesar de los límites impuestos por la realidad. El racionalismo afirma que la realidad y la vida son anteriores al pensamiento. Para Ortega, la vida es la realidad primaria, y sobre ella debemos formarnos una idea. La vida cumple ciertas condiciones: es circunstancia, personal e intransferible, ya que está en relación con las circunstancias. El elemento radical de la vida es la conciencia. Las ideas son pensamientos de los que somos conscientes, mientras que las creencias son ideas en las que vivimos sin cuestionarlas. Puede darse una inversión dialéctica entre ideas y creencias a lo largo de la historia. Es crucial entender la relación entre razón y raciovitalismo.

Razón Histórica

El ser humano hereda creencias, no instintos, por lo que poseemos conciencia histórica. Olvidar esto implica repetir los errores del pasado. Aceptamos la definición del ser humano como «ser mudable» y no otras.

Las Generaciones

Ortega introduce el concepto de «generación» para comprender la historia, ya que las personas de una misma generación comparten una forma de entender el mundo. Contemporáneos son quienes viven en el mismo tiempo, mientras que coetáneos son quienes tienen la misma edad. Ortega distingue tres tipos de generaciones: la generación en plenitud, la generación en declive y la generación emergente. Sus ideas y creencias son distintas, lo que permite tanto los retrocesos como las innovaciones. En las épocas acumulativas, los viejos tienen el poder, mientras que en las épocas eliminatorias, los jóvenes luchan contra los viejos. Ortega afirma que en cada generación hay una élite y una masa. La élite está formada por los creadores de proyectos que buscan dirigir a las masas, aunque a veces surge confusión sobre quién tiene el poder, lo que da lugar a rebeliones.

Actualidad del Pensamiento de Ortega y Gasset

El pensamiento de Ortega y Gasset sigue vigente en la actualidad, especialmente en aspectos como la importancia de la razón vital y el perspectivismo. Su preocupación por el atraso de España, que él veía como un problema a resolver, encuentra un paralelismo en la entrada del país en la Comunidad Económica Europea. Al igual que en la época de Ortega, la sociedad actual presenta desigualdades, aunque no tan radicales. Sin embargo, los ciudadanos seguimos alejados, por ejemplo, de la información completa que manejan los partidos políticos. El perspectivismo nos ayuda a comprender las desigualdades culturales.

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