Ortega y Gasset: Filosofía Española, Contexto y Pensamiento

La Filosofía Española: Ortega y Gasset

Contexto Histórico, Social y Cultural

Entre los acontecimientos que Ortega vivió están: la Primera Guerra Mundial, la Revolución Soviética, el ascenso del fascismo y del comunismo, la Segunda Guerra Mundial y los inicios de la Guerra Fría. En España, destaca la pérdida de las colonias de ultramar en 1898, el reinado de Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera, el advenimiento de la Segunda República, la Guerra Civil y la dictadura franquista.

La situación social en España se caracteriza por una lenta y progresiva industrialización, un país rural en el que la cultura estaba al alcance de pocos. Ortega defendió la idea de modernizar España impulsando la ciencia, la educación y la democracia parlamentaria. Pero, sobre todo, quería una aproximación a las formas de vida europea.

En el primer tercio del siglo XX se produjo en España un florecimiento cultural, la llamada “Edad de Plata de la cultura española”, debido a la actividad de tres generaciones de intelectuales:

  • La Generación del 98: Antonio Machado, Miguel de Unamuno,…
  • La Generación del 14: Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset,…
  • La Generación del 27: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda…

Etapas de su Pensamiento

  1. 1ª Etapa: Escribe artículos periodísticos. Su principal interés es modernizar España acercando el conocimiento y la cultura europea para superar su atraso. Confía en la ciencia como saber objetivo.
  2. 2ª Etapa: Paso hacia una nueva posición filosófica, caracterizada por el perspectivismo o la influencia del punto de vista en la búsqueda de la verdad. Escribe su primer libro, las “Meditaciones del Quijote”.
  3. 3ª Etapa: Plantea el raciovitalismo, su planteamiento filosófico más característico. Es su etapa de madurez. Plantea el concepto de vida como realidad radical. A esta etapa pertenecen obras como “La rebelión de las masas”, “Ideas y Creencias”. También pertenecen a esta etapa las conferencias de 1929 publicadas tras su muerte bajo el título “¿Qué es filosofía?”.

El Pensamiento de Ortega y Gasset

1. El Problema de España

1.1. El Problema de España y la Razón Vital

A finales del siglo XIX, España era un país rural y casi analfabeto. Fueron llegando desde Europa algunas propuestas filosóficas: liberalismo, ideas socialistas y anarquistas. Un grupo de intelectuales, los “Regeneracionistas”, se preocuparon por su renovación. También las ideas del alemán Karl Krause fueron acogidas por la “Institución Libre de Enseñanza” fundada por Francisco Giner de los Ríos, en cuyas aulas se formaron destacadas figuras de la ciencia y la cultura. Educación en la libertad y laicidad fueron las ideas principales. Miguel de Unamuno destacó en filosofía en la llamada Generación del 98. Su ensayo más conocido fue “Sentimiento trágico de la vida”, en el que expone la vida humana como una experiencia trágica. La ciencia nos muestra que somos caducos, finitos, pero nuestra conciencia se niega a aceptarlo y creemos desesperadamente en la vida eterna. Esto supone una lucha entre razón y fe, entre finitud e inmortalidad. Pero Unamuno también se distinguió por la defensa de los elementos que diferenciaban a España del resto de Europa (casticismo). Imitar a los demás países no era la solución para salir de la decadencia, sino afirmar su singularidad. La posición de Ortega era muy contraria: se necesitaba una modernización y renovación cultural. Ortega destacó no solo como escritor, conferenciante y profesor, sino que también realizó una intensa actividad como periodista y participó activamente en la política.

1.2. El Tema de Nuestro Tiempo

Su visión de la sociedad está ligada a su visión del ser humano y la realidad. Su propuesta metafísica parte de la crítica a las diferentes interpretaciones de la realidad. Según Ortega, la historia de la metafísica puede dividirse en dos grandes etapas a las que denominó realismo de los antiguos e idealismo de los modernos. La filosofía antigua considera que la realidad tiene una existencia objetiva e independiente del individuo que la contempla (Platón, Aristóteles). La filosofía moderna (siglos XVII y XVIII), sobre todo Kant, mostró la imposibilidad de acceder a las cosas en sí mismas. El Idealismo de los modernos reemplaza al realismo de los antiguos tomando como punto de vista el sujeto y su representación mental. Ambas posturas resultan, para Ortega, parciales e incompletas. La auténtica realidad no son las cosas ni el sujeto, sino la relación de la conciencia y el mundo, una relación dinámica. Afirma que la vida es una realidad radical porque todo lo que percibimos y conocemos se refiere a nuestra vida. Ortega es un filósofo vitalista porque la filosofía no se ocupa de la esencia de las cosas ni del análisis de la conciencia, sino en estudiar en qué consiste la vida como realidad radical.

Aspectos de nuestra vida:

  • Trasparencia: La vida es la condición desde la que experimentamos todo cuanto nos sucede, no se nos presenta como algo exterior.
  • Quehacer: Vivir es una tarea interminable, significa traerse algo entre manos, estar ocupados desarrollando algún proyecto personal ligado a las posibilidades y los obstáculos que encontremos.
  • Fatalidad: En nuestra vida hay elementos que nos hemos encontrado, que no hemos elegido, por ello tiene una dimensión de fatalidad. Nacemos en un lugar, una familia, un idioma… Y sobre ello no tenemos ningún control. La vida nos viene dada, hemos sido arrojados al mundo y no tenemos más remedio que construir nuestra vida personal a partir de la situación en la que nos encontramos.
  • Libertad: Aunque la vida nos viene dada, no está hecha y aunque sujeta a limitaciones, tenemos un margen de libertad. Cada cual construye su vida eligiendo entre diferentes posibilidades.
  • Temporalidad: La vida es un proyecto hacia el futuro, cada decisión construye nuestra existencia. Todo lo que hacemos se orienta a nuestro propio proyecto personal (futurización).

La vida como realidad radical no es un concepto abstracto. Cada persona es un transcurrir vital único. Pero no sucede en el vacío, sino que se desenvuelve en un entorno determinado al que Ortega denomina “circunstancia” y que está formada por aquellos elementos no elegidos. Mi circunstancia incluye tanto mi realidad corporal y psíquica como el contexto en el que me desenvuelvo y realizo mi proyecto personal. Describe esta relación en su libro Meditaciones del Quijote (primer libro publicado) como “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo a mí”. Significa que en nuestra vida se entrelazan libertad y fatalidad. Necesitamos comprender y asumir nuestra circunstancia para desarrollar nuestro proyecto personal.

1.3. Perspectivismo

En su teoría del conocimiento, Ortega hace una crítica al racionalismo por creer en la existencia de una verdad única, absoluta y universal. También hace una crítica al relativismo para el que no hay ninguna verdad porque solo hay opiniones ligadas a un momento y un lugar. Ortega sí creía en la existencia de una verdad, pero el momento en que se nos aparece depende del punto de vista. Su postura se denomina “perspectivismo”. La verdad depende de la circunstancia, la única forma de acceder a la verdad es haciéndolo desde una perspectiva formada por la cultura, el momento y el lugar en el que nos encontramos. Ej. De las montañas.

1.4. Raciovitalismo

Para intentar superar racionalismo y relativismo, propone el raciovitalismo. Ortega intenta integrar razón y vida como dos dimensiones igualmente importantes de la realidad humana. La racionalidad no entendida como racionalidad pura al estilo kantiano, sino enmarcándola en un proceso vital, realidad radical.

1.5. Ideas y Creencias

Ortega establece una distinción entre ideas y creencias. Las ideas son las opiniones o puntos de vista individuales. Discrepamos por nuestras ideas. Las creencias son puntos de vista compartidos por la mayor parte de la gente de un lugar y momento determinado. Se asumen formando parte de nuestra circunstancia ofreciendo un repertorio de doctrinas y opiniones difundidas en el ambiente social sin discusión y con gran aceptación. Vivimos y pensamos dentro de las creencias. Ortega lo expresa diciendo “las ideas se tienen, en las creencias se está”.

2. El Individuo y la Masa

2.1. Vida y Vocación

Ortega, en su antropología, considera que la realidad humana no puede describirse con la clásica división entre materia y espíritu como se venía haciendo desde tiempos de Platón. Lo que define a la persona no es su cuerpo ni su alma, sino que es su vida, entendida como un quehacer, un proyecto. Tengo que contar con mi cuerpo y con mi espíritu, pero como dentro de una realidad más originaria y auténtica. Cuerpo y alma son cosas, pero la vida no es una cosa, sino que es un drama, una realidad dinámica y en evolución. Mi vida, aunque influida por mi circunstancia, depende de mis propias elecciones. La vida es el desarrollo de un proyecto personal. Dentro de cada ser humano hay una vocación íntima y personal que se identifica con lo que cada uno está llamado a ser. La vocación orienta mi vida, me señala en qué quiero llegar a convertirme, me indica la trayectoria de mi particular proyecto personal si quiero que esa vocación se convierta en realidad. Sin embargo, no todos llegan a reconocerla y no todos se esfuerzan activamente por desarrollarla. Esto lleva a Ortega a distinguir dos actitudes vitales. Llama vida auténtica a la de aquellas personas que identifican su vocación y se comprometen con ella, orientando su vida para intentar convertirse en eso que están llamadas a ser. Por el contrario, llama vida inauténtica a quienes se niegan a asumir su vocación, haciendo oídos sordos a esa llamada que viene de su ser más profundo. Estas personas pueden tener mucho éxito, pero nunca llegan a sentirse plenamente satisfechas. Ocurre cuando dejamos que otras personas determinen nuestro proyecto personal de vida. Una vida es verdaderamente ética cuando es auténtica y centrada en desarrollar un proyecto personal y aspira a cumplir su vocación.

2.2. La Historia y las Generaciones

Ortega atribuyó a la historia un papel muy importante porque es la circunstancia en la que se desenvuelve nuestra vida. Nuestro proyecto personal depende de las condiciones históricas. No se puede definir de manera fija y definitiva lo que es persona. De ahí que Ortega diga que “el ser humano no tiene naturaleza, sino que tiene historia.” No hay una esencia inmutable porque el ser humano depende de la circunstancia que es cambiante a lo largo de la historia. Sin embargo, hay cierta estabilidad. Quienes han nacido más o menos en el mismo tiempo y lugar comparten unas preocupaciones, visiones del mundo y aspiraciones. Se trata de las generaciones. Ortega definió “generación” como el conjunto de personas que han nacido en un momento parecido y que desarrollan sus proyectos vitales en un tiempo y lugar e influido por una misma circunstancia. La Generación del 98 fueron personas que alcanzaron su madurez vital y profesional en el momento en que España pierde sus colonias de ultramar. Comparten la angustia y el pesimismo de una sociedad en crisis. La Generación del 14 se preocupa por los asuntos que acerquen España a Europa y su espíritu es más positivo y constructivo. Entre una generación y otra, dice Ortega que transcurren unos 15 años en que cambien los problemas y los puntos de vista.

2.3. La Rebelión de las Masas

El pensamiento social y político de Ortega está vinculado a la situación histórica que le tocó vivir. En el primer tercio del siglo XX, en Europa hay una gran inestabilidad política y económica (Primera Guerra Mundial, Los movimientos comunistas y fascistas…). La teoría política de Ortega surge como respuesta a todo ello. Redactó una serie de artículos bajo el título de “La rebelión de las masas” que llegó a convertirse en su libro más conocido. Según Ortega y Gasset, en todas las sociedades se pueden distinguir dos tipos de personas distintas. Por un lado, están aquellos que se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismos y se esfuerzan por mejorar y perfeccionarse. Ellos constituyen una élite, son una minoría selecta. Por otro lado, están quienes renuncian a hacer este sacrificio y prefieren dejarse llevar. Estos resultan ser la mayoría, la masa. No se trata de una distinción basada en el nivel económico, sino que se basa en el modo en que se exigen a sí mismos. Además, éstos se esfuerzan por formarse una opinión propia, original y creativa acerca de los problemas de la sociedad. En cambio, la masa adopta las opiniones de otros sin tomarse el trabajo de elaborar su propio pensamiento. Esta división entre personas ha garantizado siempre el progreso de Europa. Pero esta situación ha comenzado a cambiar a principios del siglo XX. Ha surgido un nuevo tipo de individuo que Ortega denomina el hombre-masa como producto de la cultura europea como sociedad avanzada. Surge en este contexto de seguridad y abundancia. El hombre-masa ignora el sacrificio que supone construir una sociedad próspera y segura y se comporta como un niño mimado que no valora lo que tiene y que reclama sus derechos sin asumir sus obligaciones. Se siente satisfecho de sí mismo y no se esfuerza en aprender y formarse. A pesar de su ignorancia, se ve capacitado para opinar y adopta una posición cerrada e intolerante ante las ideas de los demás, rechazando las orientaciones de la élite. En ello consiste “la rebelión de las masas”. Se niegan a seguir la dirección de la minoría y adoptan una posición de liderazgo que no le corresponde. El resultado es una grave desestructuración social, responsable de la crisis que sufrió Europa entre guerras.

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