Ortega y Gasset: Figura Clave de la Filosofía Española del Siglo XX
José Ortega y Gasset es el máximo representante de la filosofía española del siglo XX. Su búsqueda de una síntesis entre razón y vida le condujo a investigar y a exponer los resultados de su investigación.
Ideas Principales
- Defiende el raciovitalismo como superación del racionalismo y del vitalismo.
- Propone el perspectivismo: la verdad del conocimiento es la perspectiva.
- El ser humano es un proyecto afectado por las múltiples circunstancias que le rodean.
- El ser humano no tiene naturaleza, sino historia.
- La filosofía busca el conocimiento del todo y se caracteriza por su radicalidad y ultimidad.
Primera Etapa: Objetivismo (Hasta 1914)
Tras constatar el desfase de la vida intelectual y científica española con respecto a la europea, Ortega busca en Europa las claves de la regeneración española. Considera que la causa del desfase de España es la ausencia de método, sistema y rigor científico en su pensamiento. En esta etapa, hay una valoración extrema de la ciencia y, por tanto, un enfrentamiento de Ortega a cualquier forma de subjetivismo. Esta primera fase durará hasta 1914, fecha en que las Meditaciones del Quijote abren la perspectiva de su pensamiento posterior.
La Doctrina del Punto de Vista: Perspectivismo
El perspectivismo surge como una superación del realismo ingenuo y del idealismo.
Crítica al Realismo Ingenuo
El realismo ingenuo parte de la existencia de lo dado, asume de un modo acrítico que lo que se presenta a la vista es tal y como aparece, y piensa que el universo está ya ahí y lo conocemos tal y como es.
Crítica al Idealismo
El idealismo, teoría dominante en la modernidad, es responsable de alejar al ser humano de la realidad. El «pienso, luego existo» cartesiano convierte al mundo en un objeto pensado. Ortega argumenta que volver a contactar con las cosas no es tan difícil como parece a primera vista y que el idealismo, en cierto modo, nos expulsa del mundo.
La Vida como Dato Radical
Ni solo la realidad (realismo) ni solo el sujeto (idealismo) pueden ser el dato radical del que se encargue la filosofía. Ambas posibilidades quedan incompletas ante nuestra experiencia cotidiana del conocimiento, en la que el individuo tiene mucho que decir, pero la realidad también impone una serie de condiciones. Por ello, Ortega busca un nuevo punto de partida que concilie y supere al realismo y al idealismo.
El Perspectivismo Detallado
La famosa frase «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo» encapsula esta idea. Ortega critica al racionalismo en su pretensión de alcanzar una verdad absoluta, atemporal, única y objetiva.
¿Es entonces Ortega y Gasset un relativista o un escéptico? ¡No! Ortega es un perspectivista. Al conocer, una persona solo ve lo que le permite su punto de vista, perspectiva o circunstancia. Nuestra perspectiva es imprescindible para conocer y, a la vez, constituye nuestro límite.
La verdad para Ortega y Gasset surgirá entonces de la complementariedad de todas las perspectivas, es decir, la suma de los diferentes puntos de vista sobre la realidad. El perspectivismo pretende resolver el conflicto entre objetivismo y subjetivismo, admitiendo el carácter múltiple y cambiante de la realidad, sobre la cual es posible tener múltiples perspectivas. Considera también que esa multiplicidad puede ser unificada mediante algún principio rector, al que se refiere Ortega al hablar de la complementariedad de las perspectivas.
La Razón Vital: Superación de Racionalismo y Vitalismo
Si en la interpretación de la realidad los polos eran idealismo y realismo, en el terreno del conocimiento la oposición se da entre racionalismo y vitalismo.
Crítica al Racionalismo
El racionalismo es demasiado abstracto y, por ello, incapaz de captar precisamente aquello que Ortega considera el «dato radical del universo»: la vida. La razón construye conceptos, ideas permanentes y estáticas, muy alejadas del constante cambio al que está sometida la vida. La razón puede llevarnos por caminos de abstracción, pero no es más que una de las funciones o posibilidades que tiene el ser humano de proyectarse a sí mismo.
Crítica al Vitalismo
Aunque el vitalismo aporta una solución valiosa al centrarse en la vida, Ortega critica que se olvida de la dimensión futura del hombre. Todos somos un proyecto, un quehacer cotidiano. No podemos vivir a expensas de un caprichoso presente que dirija nuestros pasos. Ese es el tipo de vida del animal, que no toma decisiones que incluyan un horizonte temporal muy superior al que le configura su presente. La libertad del hombre le obliga a anticiparse a su tiempo, algo que no puede soslayarse y que no es posible desde un enfoque puramente vitalista, que no puede ir más allá de lo que dicte el eterno fluir del presente.
Propuesta de Ortega y Gasset: La Razón Vital
Ortega propone una vía intermedia: ni la razón sola, ni la vida sola, sino la razón vital. La razón no puede concebirse al margen de la vida, ni la vida humana al margen de la razón. Renunciar a la vida o renunciar a la razón son dos modos de renunciar a ser hombre.
La Dimensión Histórica
La razón vital va acompañada por una ineludible dimensión histórica, porque el hombre se encuentra ya inmerso en la historia. La vida humana es esencialmente histórica: heredera de un pasado concreto y lanzada a un futuro por hacer. El hombre no puede salirse de la historia, y la razón, por tanto, debe ser un instrumento más dentro de la misma. Si la naturaleza puede entenderse como el fluir de la vida, la historia es el lugar específico del fluir de los asuntos humanos, de modo que la vida humana es siempre un «proceso», algo abierto e inacabado.